En su cuarto día como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ignora la demanda de la población Sioux y da luz verde a polémicos oleoductos. Entre ellos el Dakota Access que había sido suspendido el pasado diciembre. Rechazo hacia su figura va en aumento.
Por José Carlos Díaz Zanelli
Servindi, 26 de enero de 2017.- Durante su primera semana como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump se ha empeñado en hacer sentir su presencia. Y es que el nuevo mandatario norteamericano debutó en la Casa Blanca emitiendo un decreto que viabiliza la construcción de dos oleoductos de combustible: Keystone XL y Dakota Access.
Como se sabe, el segundo había sido suspendido por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. luego de que un estudio revelara que ponía en riesgo las fuentes de agua de las comunidades Sioux. Esto debido a que su trayectoria atravesaba la reserva Standing Rock y el río Mississippi.
El oleoducto de Dakota Access, construido por Energy Transfer (firma en la que Donald Trump tenía hasta hace unos meses una participación minoritaria), se impondrá pese a las protestas de lo población nativa norteamericana. Como se recuerda, durante todo el 2016 la obra se desarrolló bajo la tensión generada por los opositores al proyecto.
Esto, hasta que tuvo que ser suspendido en diciembre del 2016. Entre las principales figuras opositoras a la construcción del oleoducto Dakota Access se encontraba el ex candidato presidencial demócrata, Bernie Sanders.
Primeras reacciones
Tan solo unas horas después de conocerse la firma de estos decretos, cientos de manifestantes se apostaron en las afueras de la Casa Blanca en Washington para expresar su rechazo a la decisión tomada por Donald Trump.
Hundreds (maybe 1,000+) are gathered in front of the White House to stand up for our people and planet! #NoDAPL #NoKXL pic.twitter.com/2evcecFUpk
— Natalie Green (@natalieg92) 24 de enero de 2017
“En lugar de dar impulso a afirmaciones falsas sobre el potencial de los oleoductos para crear puestos de trabajo, Trump debería enfocar sus esfuerzos en el sector de la energía limpia, donde reside el futuro de Estados Unidos”, declaró esta semana la directora de Greenpeace para EE.UU., Annie Leonard.
De momento, la postura de Trump parece inamovible. Y así lo hizo notar en una de sus primeras conferencias de prensa ofrecidas desde Washington: “A partir de ahora vamos a comenzar a hacer oleoductos en Estados Unidos”.