Antropólogo Mario Zúñiga analiza experiencias latinoamericanas de gobiernos autónomos en el marco de la I Cumbre Shipibo Conibo: Pueblo shipibo konibo xeteba hacia la autodeterminación.
Por Patricia Saavedra
Servindi, 19 de diciembre, 2016.- El camino que algunos pueblos han emprendido buscando una autonomía no es un escenario lejano.
Por ello, experiencias de gobiernos autónomos como el Wampis, y más recientemente los Kandozi –ambas en territorio peruano— fueron explicadas en su proceso, en el marco de la I Cumbre Shipibo Conibo 2016: Pueblo shipibo konibo xeteba hacia la autodeterminación.
Como punto de partida se analizó a gobiernos autónomos en Latinoamérica, teniéndose dos lados extremos, de acuerdo a lo expuesto por el antropólogo Mario Zúñiga.
El primero es el de las autonomías totales, y se refiere a aquellos pueblos que no quieren nada con el Estado, como es el caso de los Caracoles Zapatistas.
El segundo modelo más bien apunta a conquistar el Estado. Esto se ejemplifica con el caso de Bolivia, el cual aspira a consolidar un Estado Plurinacional.
Sin embargo, el especialista declaró que entre estos dos extremos hay también propuestas combinadas.
“En medio de esos dos extremos hay propuestas que combinan estas ideas y que tienen que ver con: autonomías internas y autonomías hacia el Estado, además de una reflexión propia sobre el territorio”, explicó Zúñiga.
Puntos de reflexión
De acuerdo a las experiencias recogidas por años entre los pueblos de la Amazonía por Pedro García Hierro y Alexandre Surrallés –uno abogado y el otro antropólogo, respectivamente— y citadas por Zúñiga, hay tres puntos centrales para iniciar la reflexión y avance hacia este proceso, y previo a una presentación frente al Estado.
La primera es la reflexión sobre el territorio, el cual para este caso, plantea interrogantes como: “¿Cuál es el territorio shipibo? ¿Cuántas hectáreas tiene? ¿Cuántas comunidades son? ¿Cuántas poblaciones son? ¿Cuál es su historia?”, etc.
Lo siguiente es lo que se denomina una gobernanza hacia adentro. Se refiere a “formas en que van a crear sus autoridades hacia adentro, sus leyes, sus normas, gestiones, concentraciones, distribución de beneficios, pactos internos, resolución de conflictos, fiscalización, seguridad alimentaria, desarrollo económico”, expuso Zúñiga.
De otro lado indicó que una gobernanza hacia afuera tiene que ver con el ejercicio de la titularidad y la representación hacia el Estado. En esta dimensión se analizan “las negociaciones, el control de impactos territoriales, las políticas de vecindad con otros pueblos indígenas, las alianzas y afiliaciones, las rentas, estrategias, el derecho a la consulta”, entre otros aspectos.
Una propuesta de cara al Estado
Además de lo anterior, se debe contar al menos de forma básica con tres elementos para ir y presentarse frente al Estado.
“El primero de ellos es la investigación antropológica de la historia, estructura y cultura del pueblo que se está representando”.
"Lo que prosigue es hacer un informe con una justificación jurídica, una propuesta de por qué ustedes están pensando su territorio integral y su gobierno”, explicó Zúñiga.
De igual forma, señaló que “otro elemento es contar con una propuesta geográfica, donde se identifique todo el territorio, incluso más allá de la comunidad”.
De esta forma “tenemos tres documentos para iniciar un proceso de diálogo frente al Estado y decirle soy este pueblo y tengo estos derechos, esta justificación jurídica, esta historia y tengo este territorio. Este es el proceso que ellos (los kandozi) han iniciado”.
La experiencia Wampis
De otro lado, una característica de la experiencia del pueblo Wampis es que, como describió Zúñiga, ellos decidieron “vivenciar su propuesta de autogobierno primero y comenzar a construirla desde la vivencia”.
Durante esta vivencia de su propio gobierno, junto con los sabios y líderes del pueblo reunidos en asambleas, también fueron partícipes especialistas como abogados, economistas, antropólogos o geógrafos. Después de alrededor de cuatro años, se vislumbra el estatuto del gobierno territorial autónomo de la nación Wampis.
“La nación Wampis no se ha planteado ir y pedirle al Estado: reconóceme. Ellos dicen, nosotros nos reconocemos y lo único que vamos a hacer con el Estado es presentar nuestra propuesta y ellos tienen que respetarnos. Lo que están haciendo es terminar su constitución, sus expedientes y se están yendo a presentar a los ministerios”, explicó Zúñiga.
Si bien el proceso cuenta con el amparo del Convenio sobre Pueblos Indígenas 169 de la Organización Internacional del Trabajo, es importante mencionar que, a la par, hay un acompañamiento y estrategia legal que puede llegar hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos, finalizó el investigador.