Por David Brooks
La Jornada, 5 de diciembre, 2016.- En un triunfo espectacular de la mayor movilización de resistencia indígena en la historia reciente de Estados Unidos, el gobierno federal anunció que no otorgará permisos para continuar con la construcción de un oleoducto en Dakota del Norte que atravesaba tierras sagradas por debajo del río Misuri y que buscará rutas alternativas para este proyecto.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército emitió su decisión la tarde de este domingo argumentando que después de extensas consultas determinó que la mejor forma para proceder es "explorar rutas alternativas para el cruce del oleoducto" y elaborar -como se había solicitado durante meses por los indígenas- un estudio de impacto ambiental muchos más amplio.
Dave Archambault II, presidente de la tribu Standing Rock Sioux, expresó su gratitud "por la valentía por parte del presidente Obama, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, el Departamento de Justicia y el Departamento del Interior para tomar pasos y corregir el curso de la historia y hacer lo que era correcto".
Después de que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército ordenó evacuar este lunes las tierras federales ocupadas por miles de indígenas y sus aliados y de que el gobierno estatal de Dakota del Norte había ordenado que los ocupantes abandonaran la zona ante condiciones invernales severas, se había disparado la tensión e incertidumbre sobre que ocurriría ya que los manifestantes rehusaron acatar tales ordenes.
Ante preocupaciones de represión -fuerzas de seguridad estatales y privadas habían empleado balas de goma, gas pimienta y lacrimógeno y hasta agua en temperaturas bajo cero contra manifestantes en diversos enfrentamientos durante las últimas semanas en que más de 560 fueron arrestados- este domingo llegaron más de dos mil veteranos militares de todo el país para sumarse a la resistencia y servir de "escudos humanos" en campamentos helados de los Sioux en Dakota del Norte.
Miles de indígenas Sioux y de otros pueblos indigenas, jóvenes, ambientalistas, activistas afroestadunidenses y latinos, artistas y muchos más, han mantenido una ocupación -ya era más como un pueblo- en tierras federales desde el verano para frenar el Oleoducto Dakota Access. Han recibido el apoyo de más de 300 tribus y naciones indígenas en este país y agrupaciones nacionales ambientalistas, culturales, de movimientos de derechos civiles como Black Lives Matter y activistas estudiantiles por todo el país (http://standwithstandingrock.net).
El proyecto con un valor de 3.8 mil millones de dólares está construido en más de un 90 por ciento y su último tramo de un total de mil 172 millas para transportar 470 mil barriles diarios de crudo desde tierras petroleras en Dakota del Norte a refinerías en Illinois pasaría por tierras federales que fueron otorgadas a los Sioux bajo un tratado de 1851, incumplido hasta ahora y que atravesaría por debajo del río Misuri.
Líderes de la Reserva Sioux Standing Rock, la cual colinda con esas tierras y el paso del oleoducto, expresaron su oposición oficial desde hace un año, argumentando que el oleoducto pasaría por tierras sagradas y a la vez amenazaría el agua potable no sólo de ellos, sino de unas 17 millones de personas por toda la región si hay una ruptura cerca del río. Por ello, muchos participantes se designaron como "protectores de agua" y subrayaron la defensa indígenas de los derechos ambientales para y de todos.
Dirigentes indígenas insistieron que esto es parte de una lucha histórica. "Nos estamos cansando de ser empujados por 500 años. Ellos toman, toman, toman, y ya basta", comentó Lee Plenty Wolf al New York Times en una entrevista en unos de los campamentos, entre dos jóvenes, una de California y otra de Francia que llegaron en apoyo.
Este fin de semana empezaron a llegar cientos de unos 2100 veteranos militares que se han comprometido en llegar desde todas partes del país -muchos de ellos con experiencia en las guerras de Irak, Afganistan, y otros de Vietnam- para defender de manera no violenta a la resistencia indígena. Encabezados por Wesley Clark, Jr., hijo del reconocido general retirado y ex candidato presidencial Wesley Clark, lanzó la iniciativa "Veteranos por Standing Rock" que afirma que los ex militares "se congregarán como una milicia pacífica y desarmada en la Reserva Sioux Standing Rock".
David Hulse, un veterano de la Marina de la guerra en Irak, comentó a ABC News que decidió sumarse a las protestas desde Chicago "no como una misión de guerra, sino como misión de paz…. ver tantos veteranos presentarse aquí, eso es hermandad". Uno de los veteranos tiene 90 años de edad, otra es la representante federal demócrata de Hawaii,Tulsi Gabbard. Kenny Nagy, veterano de la guerra de Vietnam, declaró al Los Angeles Times que "por fin vamos estar ayudando al pueblo de Estados Unidos en lugar de a las empresas".
Elizabeth Torrence, veterana del ejército quien estuvo en Irak, comentó rumbo al campamento que los soldados juran "defender al pueblo estadonidense contra enemigos en el extranjero o en casa, y la manera en que están tratando al pueblo estadounidense, a gente desarmada, es inaceptable".
Artistas han visitado y/o expresado solidaridad, desde los actores Jane Fonda y Mark Ruffalo a músicos como Neil Young, y rockeros punk en varias ciudades que ofrecieron conciertos para apoyar a los indígenas, como Neil Young; músicos indígenas crearon videos para esta causa.
Poco después de la decisión del gobierno federal, esta tarde, Archambault declaro a nombre de la tribu Sioux de Standing Rock su agradecimiento a todos los que participaron en esta resistencia, incluyendo a "la juventud tribal que iniciaron este movimiento… los millones alrededor del mundo que expresaron apoyo a nuestra causa… los miles que llegaron a los campamentos para apoyarnos". Indicó que ahora espera que todos regresen a casa, y que el gobernador del estado, Jack Dalrymple como el gobierno entrante de Donald Trump respeten esta decisión.
La empresa constructora del oleoducto, Energy Transfer Partners, había declarado anteriormente que se oponía a cualquier desviación de la ruta actual, y que si no completa el proyecto para el 1 de enero, perderá contratos multimillonarios.
Por lo tanto, algunos advierten que esto no será el final. Se espera que la empresa acuda a los tribunales para revertir esta decisión, mientras que el presidente electo Donald Trump ya expresó su apoyo para el proyecto, la semana pasada. No solo es el tipo de proyectos que propone para el país, sino que tiene un interés personal en el asunto: es inversionista en la constructora, cuyo ejecutivo en jefe donó unos 170 mil dólares a su campaña electoral.