El cambio climático amenaza a algunos pueblos peruanos enteros. Un granjero se ha lanzado a la búsqueda de culpables y no cejará hasta hacer que se resposabilicen de las consecuencias
Hipertextual, 25 de noviembre, 2016.- La figura de Saúl Luciano Lliuya se recorta con su chaqueta roja y gris contra los blancos picos de los andes. El sólo se enfrenta cara a cara contra los glaciares que amenazan con desplomarse sobre el lago que coronan. Si esto ocurriese, la ciudad de Huaraz, en la que ha vivido siempre, se vería inundada y destrozada por la ola. Pero Saúl no está en estos momentos en Perú. Ahora, el porte estoico de Luciano Lliuya se puede ver en Europa. Como contra los glaciares, su figura se recorta sola contra otro gigante: la empresa energética alemana RWE. Sin miedo alguno los señala acusándolos del peligro que corre su ciudad. Pero, ¿qué tiene que ver la industria de energía alemana con los glaciares andinos? La respuesta está se encuentra en los efectos del cambió climático en Perú.
La búsqueda de responsables
"Nosotros, en Perú, apenas hemos contribuido al cambio climático. Sin embargo, somos los que tenemos que vivir con las peores consecuencias". Esta visión es compartida por cientos de miles de peruanos, tal y como manifestaron en la pasada cumbre de París (COP21). Perú es uno de los países que menos emisiones de gases con efecto invernadero cuenta entre sus responsabilidades. Por el contrario, la alemana RWE es la principal emisora de este tipo de polución de toda Europa. Este gigante cuenta con la emisión del 0,5% total de emisiones (según los datos de 2013) y ha sido uno de los principales contaminantes desde la revolución industrial.
Este es el principal argumento que esgrime Luciano en su inusual gesta: denunciar al grupo para que se responsabilice del daño ocasionado a su localidad. La iniciativa comenzó a cobrar forma en la pasada Cumbre de Lima (COP20), en 2014, cuando Lliuya se puso en contacto con el grupo Germanwatch. Con su asesoramiento, los abogados del colectivo y este granjero estudiaron los datos de emisiones y los supuestos principales responsables de la aceleración del cambio climático en Perú (y en el resto del mundo). Tras discutirlo, el año pasado, el grupo aconsejó a Luciano denunciar al principal emisor en Europa, RWE, para que "se haga responsable de sus acciones".
Luciano exige a la empresa unos 17.000€ ($17.960) para construir una represa que permita proteger a Huaraz, su pueblo, de la avenida de agua que podría llegar en cualquier momento. Además, también exige 6.300€ ($6.650) gastados en medidas dispuestas por él y su familia en materia de contención y arreglos de pequeñas avenidas anteriores. Por su parte RWE explica que la denuncia es infundada, sin aplicación alguna ya que no existe una base legal que la sostenga. "El demandante ha fallado a la hora de demostrar un enlace entre las inundaciones y las emisiones de CO2", explica el representante de la demandada RWE, "y emitir CO2 en sí, no es un acto ilegal".
Un interesante precedente
Durante la cumbre contra el cambio climático de 2015, en París, un conjunto de países latinoamericanos, representado por Paul Oquist, expresaban que "aquellos que han causado el problema deberían de solucionarlo". Con estas palabras mostraban un serio rechazo a aplicar medidas contingentes o preventivas para reducir las emisiones. Este movimiento ya venía con la inercia de la cumbre de Lima, anterior. La Denuncia de Luciano es una manifestación práctica, concreta, de este sentimiento. Más que una gesta quijotesca, lo cierto es que esta iniciativa podría asentar interesantes precedentes. El cambio climático es un fenómeno general, procedente de muchos factores y muchas contribuciones. A veces, este concepto se pierde en el anonimato de las masas: ¿quién debería hacer qué y cómo? Esta denuncia pone a un culpable y una medida concreta sobre la mesa.
"Alguien es el culpable de este problema", explica Luciano. "El mundo es de todos, no solo de los que lo contaminan". La decisión de demandar solo a una empresa concreta es una estrategia muy particular ya que permite resaltar a un responsable y llevarlo a las cortes por un hecho concreto. Por otro lado, las exigencias de Luciano no parecen desmesuradas. Al fin y al cabo exige una solución para proteger su pueblo. La defensa del grupo energético, sin embargo, sigue siendo la falta de relación y base legal. En estas fechas, Luciano comparecerá en Essen para el juicio, momento en el que el granjero peruano y el gigante energético se verán las caras por primera vez.
Alguien es el culpable de este problema. El mundo es de todos, no solo de los que lo contaminan
Si el juez estimase oportuno darle la razón a Luciano, como decíamos, nos encontraríamos ante una situación nunca antes vista, un precedente legal que podría asentar nuevas medidas futuras. Medidas que incitasen a otras entidades a ser más eficientes a la hora de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. También ayudaría a los Gobiernos, colectivos, empresas y particulares a identificar responsables y medidas concretas, evitando la despersonalización de un problema que nos afecta a todos. Quién sabe, puede que la lucha de Luciano, al final, sea la lucha que todos deberíamos enarbolar si queremos un mundo futuro mejor.