Por Marcos Matías Alonso*
Servindi, 15 de noviembre, 2016.- En su sesión del pasado diez de noviembre, los legisladores de la Cámara de Diputados consumaron el brutal recorte presupuestal destinado a los pueblos indígenas de México. No bastaron los exhortos de los Presidentes de la Comisión de Asuntos Indígenas de la Cámara de Senadores (14/IX/16), ni de la Comisión de Zonas Marginadas del Senado de la República (19/IX/16), para asignar mayores recursos para los pueblos indígenas.
Tampoco fue suficiente la movilización que hicieron los representantes indígenas de 23 estados de la República, quienes, el 12 y el 20 de octubre, organizaron dos Foros Nacionales para defender el presupuesto de sus pueblos y comunidades. También rechazaron la opinión del Presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas (CAI) de la Cámara de Diputados (27/X/16); ignoraron sus recomendaciones de “proteger el presupuesto de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), porque es la dependencia que tiene contacto directo para aplicar los recursos en beneficio de la población indígena”.
Ninguno de los argumentos anteriores fue tomado en cuenta por los negociadores financieros. En el dictamen que preparó la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública (CPCP), desdeñó la propuesta de los pueblos indígenas, desechó las recomendaciones del propio Congreso de la Unión e, incluso, relegó los exhortos del propio Presidente de la Junta de Junta de Coordinación Política (JUCOPO), de quien se supone es la máxima autoridad de la Cámara de Diputados.
Alfredo del Mazo Maza, en su calidad de Presidente de la CPCP, con la soberbia de saberse protegido por el Presidente de la República, por el titular de la SHCP y la complacencia de los Diputados del PRD, PAN, PVEM, MORENA, NA y PES, preparó el dictamen, sin objeción, por los miembros de su Comisión. Los legisladores fueron sometidos por voluntad propia, por omisión, por “mayoriteo” o por incompetencia, para defender las causas justas del pueblo de México.
La noche del jueves diez de noviembre, Alfredo del Mazo Maza presentó el dictamen de la CPCP del Proyecto de Presupuesto para el ejercicio fiscal del 2017. Como era de esperarse, el dictamen fue aprobado por 438 votos a favor y 36 votos en contra. En la Gaceta Parlamentaria del 10 de noviembre puede consultarse la intención del voto de cada uno de los diputados de las fracciones parlamentaria (www.diputados.gob.mx).
Con la anterior aprobación, la federación dispondrá de 4 billones 888 mil 892 millones de pesos para el ejercicio fiscal 2017. A pesar de que el Congreso dispuso de 51 mil 300 millones de pesos adicionales a la propuesta original que recibió el 8 de septiembre del titular de la SHCP, no hubo ningún incremento al presupuesto indígena para el próximo año: ni al transversal ni al “sectorial de la CDI”. Los siguientes datos son alarmantes:
En el presupuesto transversal del Anexo 10 del PEF/2017 hay un decremento del 12.15%. Es brutal el recorte que sufre la CDI con el 51.20%. Los legisladores fueron irresponsables al aplicar la reducción del 70.17% en “Infraestructura Indígena”. Este es el presupuesto infame que la CDI ejercerá en el 2017. Ahora que la SHCP cumplió con su amenaza brutal del recorte presupuestal a los pueblos indígenas, los índices de pobreza se agudizarán y no se podrán cumplir con las metas del Plan Nacional de Desarrollo y tampoco los compromisos que el Presidente de la República ha hecho en el sistema de las Naciones Unidas. Surgirán problemas en el país y también en el ámbito internacional.
La noche del 10 de noviembre, los Diputados de la Comisión de Asuntos Indígenas se consultaron quien presentaría la “reserva” al anexo 10 sobre las “Erogaciones para el desarrollo integral de los pueblos indígenas”. El derecho a exponer una “reserva” es el último “pataleo” que los legisladores tienen para tratar de hacer una rectificación presupuestal. Cándido Coheto, en su calidad de Presidente de la CAI, de inmediato declinó a esa responsabilidad. Ante la denegación de los demás legisladores, el Diputado Joaquín Díaz Mena (originario de Yucatán), exhortó a defender el presupuesto indígena. “El Huacho”, como mejor se conoce a J. Díaz Mena, expuso:
“…rechazamos de manera categórica el recorte a la CDI que no es más que un insulto a los pueblos indígenas de nuestro país, un desprecio de este gobierno federal a los más pobres de México. Es indignante que el gobierno reduzca las asignaciones a los más necesitados, quienes históricamente han sufrido el desprecio y la indiferencia ante las insultantes desigualdades en que viven…, los diputados de la Comisión levantamos la voz, pero el gobierno federal y sus operadores… no quisieron escuchar y quienes nos escucharon fingieron demencia…, compañeros diputados, les pedimos que se cumpla el compromiso del presidente Peña Nieto, en la ONU en 2014, de alcanzar un desarrollo incluyente en los pueblos indígenas, un compromiso que hoy se pasan por el arco del triunfo…”
Al finalizar su alocución, “El Huacho” pidió a los diputados del PRI, apoyar la “reserva”. Los priístas rechazaron su petición y la infamia se consumó. En la intención del voto, el propio Cándido Coheto, Presidente de la CAI, votó en contra, al igual que la mayoría de los diputados de la Comisión. Al votar de esa manera, se traicionaron a sí mismos y a los pueblos indígenas de México. En la Gaceta Parlamentaria del 10 de noviembre está la intención del voto sobre la “reserva” que planteó el “Huacho” (www.diputados.gob.mx).
Los diputados fingieron escuchar la demanda indígena. El 4 de octubre, diversos representantes indígenas se reunieron con Alfredo del Mazo Maza; al concluir dijo: “Tengan la certeza que haremos todo lo posible por apoyarlos”. Irónicamente afirmó: “En esta Cámara de Diputados manda el Presidente de la Junta de Coordinación Política y ustedes ya cuentan con su apoyo, así que haremos lo que él nos ordene…”.
Los resultados están a la vista. En esta legislatura el que manda en la Cámara de Diputados es el Presidente de la República y la mayoría de los diputados del PRI. Los que imponen el diseño presupuestal son los negociadores de la SHCP. El Presidente de la CAI se sometió dócilmente a los designios de su partido y quedó arrinconado como un pasivo observador. Triste y vergonzoso papel de los legisladores, quienes quedarán marcados por su incapacidad de defender lo que por derecho corresponde a los pueblos indígenas de México.
Concluyo este análisis con la reflexión de V. Toledo: “los presupuestos nacionales, más que ser datos financieros, reflejan las prioridades gubernamentales sobre los diversos sectores sociales de cada país. Los presupuestos públicos no son sólo instrumentos financieros, son documentos políticos que expresan las relaciones de poder en cada una de nuestras naciones”.
Para el Estado mexicano, la situación de los pueblos indígenas no representa ninguna prioridad. Por las relaciones de poder que se expresan en la Cámara de Diputados, los indígenas mexicanos quedan excluidos del presupuesto nacional que los condena a una pobreza que se agudizará en el futuro próximo.
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*Marcos Matías Alonso Investigador es titular del CIESAS. marcos104otmail.com