Por Jorge Agurto
Servindi, 9 de abril, 2016.- El 3 de octubre de 2015, hace seis meses, destaqué los atributos de Verónika Mendoza cuando no aparecía en ninguna encuesta electoral (1). Desde entonces, mucha agua ha corrido por el río y hoy es importante ratificar sus virtudes y advertir los desafíos y el contexto de agresión y regresión que se viene alimentando en torno a su proyección política.
El rol histórico de Verónika
Entonces señalé que la honestidad, la juventud y la consecuencia de Verónika son tres valores y cualidades políticas escasas e indispensables para una renovación política en serio.
Luego, en otro artículo posterior, agregué el valor de la coherencia, "pues hace lo que dice y cumple lo que promete" (2). Este atributo se confirmó al cumplir su promesa de realizar elecciones internas abiertas y transparentes para elegir los candidatos al Congreso y alternar a una mujer y un varón en las listas congresales a fin de asegurar un lugar equitativo para las mujeres.
Lo obtenido hasta ahora por Verónika Mendoza es consecuencia del rol que puede cumplir un individuo en la historia cuando en su persona se condensa un conjunto de relaciones sociales que necesitan expresarse.
Su mérito personal consiste en saber interpretar y manifestar necesidades auténticas y reales en un momento particular en que su rol individual se conjuga y potencia con otros factores propios del contexto socio-histórico.
Una semana histórica
La semana del 3 al 10 de abril de 2016 no es cualquier semana en la historia del país. Es una semana especial, de aquellas en las que se concentra mucho tiempo histórico, hablando en términos de significación y trascendencia. Es un breve tiempo, de alta calidad, en el que se ponen en tensión y desenlace muchas tendencias que estaban contenidas.
El 3 de abril fue el debate presidencial que permitió consolidar la perfomance política de Verónika frente a los demás adversarios. Fue el día en que salió a la luz el escándalo de los Panamá Papers, de honda repercusión mundial y en particular en el Perú, por la secuela de denuncias que involucra a su principal adversaria Keiko Fujimori.
Fue la semana en que produjo una enorme manifestación de más de 50 mil personas rechazando la podredunmbre del fujimorismo como una lacra social, política y moral que no ha muerto, se mantiene incólume y amenaza con retomar las riendas del poder en el Perú.
Es la semana que culminará con las elecciones generales del domingo 10 de abril en que se define quiénes competirán en una segunda vuelta la presidencia del Perú para el periodo 2016-2021, año del Bicentenario de la Independencia del Perú.
El significado de la renovación política
Contra todo pronóstico de las encuestadoras de opinión, de los periodistas y de los opinólogos de izquierda y derecha, que han errado clamorosamente en sus apreciaciones sobre el factor político que encarna Verónika Mendoza, ésta representa —desde mi personal punto de vista— un factor profundo y viable de cambio y renovación política por algunas razones que resumo a continuación.
a) Construcción democrática del frente.
Al poner en práctica mecanismos de democracia interna en la construcción del Frente Amplio se ha asestado un puñal al corazón del espíritu de secta y al estilo político practicado por viejas cúpulas y camarillas que tradicionalmente han trasladado a los espacios de frente una errada y anquilosada concepción partidaria del centralismo democrático.
Cuando muchos clamaban con vehemencia por la unidad de la izquierda y cuestionaban lapidariamente que algun sector de ésta pudiera tener algun futuro sino estaba previamente unida, el Frente Amplio demostró que más importante que la "unidad" en abstracto era necesario practicar una renovación profunda, y esta pasaba por reconciliarse con la práctica democrática.
No está demás afirmar que las agrupaciones de derecha se encuentran clamorosamente distanciadas de la democracia. En la mayoría de los casos, se trata de seudo-partidos caudillescos (y tanbién cantinflescos, con el respeto a Mario Moreno), construidos en torno a individuos que obedecen a intereses privados muy específicos, carentes de identidad ideo-política y con una institucionalidad débil adrede para facilitar el manejo de las cúpulas.
b) Construcción programática de cara al pueblo.
Otro factor clave del Frente Amplio es empatar o concordar programáticamente con las necesidades y propuestas formuladas por diversos sectores sociales cuyas demandas no han sido interpretadas y expresadas por otros sectores políticos, salvo muy escasas excepciones.
La agenda social y política es construida de manera viva y activa gracias al protagonismo de sectores políticamente emergentes como los pueblos y comunidades indígenas u originarias, el campesinado, los movimientos ambientalistas, agroecológicos, de derechos humanos, juveniles, de mujeres, etc.
Muchos partidos políticos, incluso de izquierda, han ignorado estas expresiones o las han visto como furgón de cola de sus estrategias, sin percatarse que la renovación profunda de la política se encuentra precisamente en la diversidad de esos movimientos que enriquecen la agenda programática del pueblo peruano.
Temas como la diversificación productiva, la defensa del agua como derecho humano, el ordenamiento territorial, la promoción del sector agrario, la defensa efectiva del ambiente, la lucha consecuente contra la corrupción, el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos, son algunas de las muchas propuestas que no han salido de una consultoría o de un gabinete de expertos sino de un proceso de construcción social y programático.
Sin duda, pueden haber omisiones y faltan articular y desarrollar propuestas pero el camino se ha abierto y no está cerrado. Habrá que implementar mecanismos para seguir construyendo y desarrollando la agenda programática del pueblo y concertando estrategias para su aplicación.
El factor emocional o subjetivo
c) Despertar sin temor la energía creadora del pueblo.
Pero quizas el más grande aporte político del Frente Amplio es el haber tocado las fibras y haber despertado el protagonismo y la energía creadora del pueblo (3).
Con una campaña austera, sin recursos publicitarios tradicionales, sin grandes carteles, sin spots en la televisión, con escasisímos spots radiales (creo haber escuchado solo dos en toda la campaña y eso que paro pegado a la radio) el Frente Amplio ha logrado lo que ningún otro equipo de campaña gracias a que logró despetar el entusiamo e involucrar al pueblo en la campaña.
El Frente Amplio no ha tenido uno sino cientos equipos de campaña que de manera horizontal y descentralizada han desplegado sus recursos, basados en el ingenio y en la creatividad, y que han dado batalla en las redes, en las plazas, en las calles, en los buses; algo que tiene un valor inconmensurable en términos publicitarios y financieros.
Mientras que en otras opciones políticas se aprecia un enorme gasto publicitario, con una parafernalia mercantil que hace recordar a las campañas estadounidenses, con personal contratado hasta para repartir hojas volante, en la campaña de Verónika vemos personas comprometidas, con fe en el cambio social y que participan de manera voluntaria, sin esperar una retribución a cambio.
La guerra sucia y el miedo al cambio
Como lo afirmó el celebre escritor Eduardo Galeano "El miedo al cambio es muy pero muy dañino porque mata la esperanza". "Este miedo al cambio (...) es uno de los más poderosos en esta suerte de maquinaria criminal del crimen y opera contra la voluntad democrática del cambio" (4).
La guerra sucia desatada por el poder corporativo instaurado en el país, por los medios de desinformación concentrados en el Grupo El Comercio (Correo, Peru21, El Trome, Gestión, Canal 4, Canal N, etc.) (5) y por los voceros oficiales y oficiosos de los partidos de derecha que mienten con descaro pondrá a prueba cuan profundo ha calado la propuesta del Frente Amplio en la conciencia popular.
La tarea es enorme, compleja y de largo plazo, porque se trata de desmontar siglos de pensamiento colonial, de limpiar gruesas capas de barro nauseabundo que se vierte diariamente sobre la mente de la población y descontaminar la televisión basura y vomitiva, funcional al apoliticismo, que ni siquiera respeta el horario de protección al menor establecido por ley.
Verónika Mendoza ha lanzado dos armas secretas y poderosas contra la guerra sucia, contra el miedo paralizante y el temor al cambio social: la alegría y el amor. Con estas armas subliminales en juego empieza la renovación política del Perú. El Frente Amplio y Verónika Mendoza han iniciado el camino.
Notas:
(1) Jorge Agurto: "El factor Verónika Mendoza", 3 de octubre, 2015. Ver en: http://www.servindi.org/actualidad/140762
(2) Jorge Agurto: "La oportunidad histórica de caminar sobre nuestras raíces", 28 de marzo, 2016. Ver en: http://www.servindi.org/actualidad-opinion/28/03/2016/la-oportunidad-historica-de-caminar-sobre-nuestras-raices
(3) Jorge Agurto: "Tocando las fibras más sensibles del pueblo", 25 de febrero, 2016. Ver en: http://www.servindi.org/actualidad-cronica-opinion/25/02/2016/tocando-las-fibras-mas-sensibles-del-pueblo
(4) Galeano: "El miedo al cambio es muy dañino porque mata la esperanza". Ver en: http://www.servindi.org/actualidad-cronica-opinion/25/02/2016/tocando-las-fibras-mas-sensibles-del-pueblo
(5) Jorge Agurto: "Puede existir democracia con una alta concentración de medios?, 1 de abril, 2016. Ver en: http://www.servindi.org/actualidad-opinion/01/04/2016/puede-existir-democracia-con-una-elevada-concentracion-de-medios