Por CooperAcción
2 de abril, 2016.- En la medida que avanza la campaña electoral algunos candidatos comienzan a hacerle algunos guiños al sector de mineros informales e ilegales. Por ejemplo, el candidato Kuczynski ha propuesto reflotar el Banco Minero pensando en ese sector, mientras que Keiko Fujimori, en una reciente visita a Puno, afirmó que se debe comenzar de cero el proceso de formalización.
Mientras esto ocurre, el congresista por Madre de Dios, Amado Romero, ha presentado un proyecto de ley (17 de febrero) que en concreto plantea derogar todo el marco legal que estableció el Ejecutivo desde el año 2012 para la formalización minera y la interdicción de las actividades abiertamente ilegales: “es conveniente derogar o dejar sin efecto las normas que regulan el actual proceso de formalización, cuyos resultados son infructuosos”, han declarado los autores del proyecto, los congresistas Amado Romero (Arequipa), Tomas Zamudio (Arequipa) y Eduardo Cabrera (Ica). Dicho sea de paso, esta posición coincide plenamente con las propuestas de Hernando de Soto.
El ministro del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, ha señalado que el proyecto de ley de Amado Romero es carta blanca a la minería ilegal. Hay que rechazarlo por irresponsable. Responde a su interés minero”. Cabe señalar que el congresista Romero ya fue suspendido el año 2011 por la Comisión de Ética por sus vínculos con la minería ilegal y nuevamente al final de su mandato intenta favorecer al sector que precisamente representa.
Mapa de expansión de la mineria ilegal a enero de 2015. Fuente: Minam. Dar clic en la imagen para agrandar
En medio de todo, hay que remarcar que el precio del oro ha comenzado a recuperarse y por consiguiente la producción en regiones como Madre de Dios. ¿Cuáles son los escenarios que se proyectan para los próximos años? Si bien en los dos últimos años el crecimiento de este sector se había desacelerado como consecuencia de la caída de las cotizaciones internacionales de los metales y la implementación de políticas de mayor control e interdicción, esto no quiere decir que la influencia de los mineros haya perdido fuerza: por ejemplo, en el ranking de las principales actividades delictivas que mueven importantes cantidades de dinero en el Perú, la minería ilegal continúa compartiendo los primeros lugares junto al narcotráfico y la tala ilegal.
Además, en el terreno político constatamos en la práctica que ya no hay proceso electoral en el Perú (subnacional y nacional), sin una participación directa o indirecta de representantes de los mineros. Como se sabe, aparte de la presencia del señor Romero en el Congreso de la República, el ex presidente de la Federación de Mineros de Madre de Dios (Fedemin) resultó elegido gobernador de esa región.
Por lo tanto, el menor dinamismo y la menor rentabilidad de las operaciones mineras informales e ilegales, no significan que la fuerza e influencia de este sector haya sido mellada de manera significativa y menos aún esté en riesgo de desaparecer: los años de bonanza, acumulación y los niveles de organización alcanzados, permiten afirmar que este sector está en capacidad de resistir una coyuntura de menores precios, las propias políticas de interdicción y formalización y seguir aprovechando la debilidad del Estado y su escasa presencia en los territorios.
Todo indica que las estrategias de los mineros continuarán teniendo como objetivo central detener el proceso de interdicción y formalización, así como consolidar su presencia e influencia en los territorios en los que operan. Ello significa que la cuota de ilegalidad en este estrato de minería seguirá estando fuertemente presente, más aun si los que pretenden ser gobierno ofrecen desmantelar todo lo avanzado y comenzar de cero las políticas de formalización.