Servindi, 24 de enero, 2016.- Representantes de pueblos Indígenas, procesos sociales y de organizaciones campesinas de 15 países de Mesoamérica y la Amazonía debatirán la Encíclica papal “Laudato Si” y enviarán un mensaje al mundo sobre el aporte de los pueblos originarios para proteger la naturaleza, a través de la defensa de los territorios, la biodiversidad, los ecosistemas y la diversidad cultural.
El encuentro denominado “Con la Encíclica “Laudato Si” defendemos los derechos a la Tierra, el territorio y los bosques”, se realizará el sábado 13 y domingo 14 de febrero en San Cristóbal de Las Casas, en Chiapas, México, como antesala a la visita del Papa Francisco que se efectuará el lunes 15 de febrero.
El evento es convocado por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMPB), la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) y la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red MOCAF).
A través de la Encíclica “Laudato Si”, el Papa Francisco llama a la unión de toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral frente a una crisis ecológica de la casa común: el planeta Tierra, donde la fuerza de las propuestas de la modernidad se vuelve contra los seres humanos.
Para las organizaciones que convocan al encuentro, la Encíclica Papal es un invaluable aporte moral y político, que aporta nuevos argumentos para la lucha por proteger los territorios y la vida que éstos albergan.
Los pueblos indígenas y comunidades locales esperan que el mensaje papal se difunda paulatinamente a nivel mundial, y con esto las personas tomen mayor conciencia respecto a las repercusiones de las acciones humanas sobre la naturaleza y la vida misma.
Cabe destacar que es una de las expresiones más visibles de la crisis actual es el cambio climático. En el contexto de la crisis ecológica mundial, la protección de las selvas tropicales y de los bosques forman parte de las soluciones centrales.
La cuenca del Amazonas y Mesoamérica representan aproximadamente el 45 por ciento de los bosques tropicales del planeta. Mientras que la Selva de Lacandona, ubicada en Chiapas es el centro de más alta diversidad biológica en el trópico de Norte y Mesoamérica.
La evidencia científica demuestra la clara correspondencia entre las áreas de bosques tropicales – y su estado de conservación- y la presencia territorial de pueblos indígenas y comunidades ancestrales y locales.
Los pueblos indígenas protegen los bosques gracias a sus prácticas y costumbres tradicionales, pese a las múltiples presiones que representa del desarrollo y el voraz apetito consumista mundial que impulsa a la expansión de proyectos extractivos.
Represas hidroeléctricas, carreteras que atraviesan las selvas y las plantaciones de monocultivos, son algunas de las agresiones que impactan sobre los territorios y sus ecosistemas.
Justificadas como progreso, fácilmente estas presiones encuentran el respaldo de políticas públicas irresponsables o de la impunidad que casi siempre van de la mano de la corrupción.
También cada vez es más frecuente el uso de la violencia, el asesinato de líderes indígenas y comunitarios y la criminalización de las acciones que se realizan desde los territorios para la defensa de la vida.
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