Por Rocío Silva Santisteban*
19 de mayo, 2015.- Han sido varios comentaristas, columnistas, opinólogos y ciudadanos de a pie que coinciden en que el mensaje a la Nación del presidente del Perú no dijo nada, excepto dar un paso al costado para que la empresa Southern sea quien tome las decisiones, con el argumento de respetar los convenios y marcos legales de la inversión.
OHT dio el pésame a todas las familias de los muertos de Tía María y bla bla bla. Quienes esperábamos una decisión nos quedamos esperando.
A los pocos y bien cronometrados minutos, el director general de la Southern contesta. La respuesta incluye la consideración de decir que la vida humana está por encima de los contratos comerciales, algo que el presidente Humala no mencionó expresamente. El director planteó una “pausa” de dos meses y el Poder Ejecutivo respiró aliviado pensando que realmente el problema puede “patearse un tantito”.
Este ha sido otro momento vergonzoso en la historia del Perú: un gobierno enmudece ante las violaciones de derechos humanos de uno y otro lado, para preocuparse, sobre todo, del cumplimiento del derecho comercial. ¿Cuánto vale la vida de un agricultor en el Perú?, ¿acaso el costo de una bala? ¿Cuánto vale la vida de un policía?, ¿la gratuidad de una piedra? A la democracia peruana se le ve el fustán y a los ujieres de las empresas, autoritarios momentáneos, como la presidenta del Congreso que cree saber lo que es ejercer el poder, renegados de sí mismos, emplean toda suerte de argumentos acomodaticios para justificar su traición. Y dan un paso al costado. Qué vergüenza.
En medio de todo, otro traidor a la causa que lo llevo al liderazgo, se vende por un buen plato de lentejas aunque tiene, por lo menos, el coraje de aceptar ir a prisión (el Ministerio Público se demora tanto que bien pudo correrse). Una mujer de 35 años, Yovanna Mendoza, es rapada en Cocachacra porque la encontraron grabando un video con los rostros de quienes se reunieron para hablar con Nicolás Lúcar. Se descubren otros videos de policías que destruyen una cabina de teléfonos para culpar a la población. Los periodistas limeños se desgañitan contra los huaraqueros y los espartambos pero callan la información de heridos de bala trasladados a hospitales de Arequipa, así como ante las denuncias preventivas contra sus colegas de Cable Visión y Exitosa Mollendo. En un video se ve a un joven oficial de la PNP disparándole con su revólver a la población desarmada. Los jóvenes isleños, enfundados en uniformes caqui y portando AKMs de madera, creen que golpear con cadenas y corear monstruosas consignas es parte de la protesta. Y el caos le revienta en la cara al presidente del Perú que se agacha para evadir al zapato de la indignación.
Mientras tanto la empresa Southern es denunciada por José Luis López Follegatti, analista de Diálogo Minero –fuera de toda sospecha de ser “anti”–, de hacer la clásica maniobra de solicitar 4.400,8 hectáreas más de lo que consignaron en su ultrarrevisado EIA que consigna tan solo 488,5 hectáreas. ¡Diez veces más! ¿Y ahora que nos puede decir el ministro Pulgar Vidal?
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*Rocío Silva Santisteban (Lima, 1963). Estudió literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y es Doctora en Literatura por la Universidad de Boston. Ganó el Premio Copé de poesía con su poemario Ese oficio no me gusta (1990). Otras publicaciones: Mariposa negra (1993), Condenado amor y otros poemas (1995) y Turbulencias (2006). En 1994 publica su libro de relatos Me perturbas (1994). Actualmente es periodista y docente universitaria. Además es secretaria ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
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Fuente: Diario La República: http://larepublica.pe/impresa/opinion/1099-ollanta-humala-telonero-de-la-southern