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- Relatora expresa preocupación y urge a sensibilizar a la comunidad internacional para incorporar derechos indígenas en nuevas Metas de Desarrollo.
Servindi, 26 de abril, 2015.- La relatora especial de las Naciones Unidas para los derechos de los pueblos indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, manifestó su preocupación por la posible exclusión de los intereses y perspectivas de los pueblos indígenas en las metas de desarrollo de la próxima década.
“Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para incluir derechos indígenas, y derechos humanos en general, en la agenda del desarrollo post 2015, pero lo único que ha sido incluido hasta ahora es la mención del conocimiento tradicional de los indígenas, que es importante pero no es suficiente”, dijo.
Los derechos de los pueblos indígenas ya fueron excluidos de las Metas de Desarrollo del Milenio, planteadas en 1990 para ser alcanzados en 2015, y todavía no es claro que vayan a ser incluidos en la agenda de la ONU posterior a este año, expresó la funcionaria filipina.
Las nuevas metas de la agenda, que se conocerán como Metas de Desarrollo Sustentable y que ahora mismo están ahora siendo definidas y negociadas, sentarán los parámetros del desarrollo para al menos la siguiente década.
Indicadores específicos
En entrevista con Notimex, la experta destacó que la estrategia que sigue para influir la agenda es crear, con el apoyo de agencias de la ONU, indicadores que puedan medir el avance de las metas desarrollo dentro de las comunidades indígenas.
Para empezar, los indicadores básicos de la agenda del desarrollo, como el de reducción de pobreza, deben mostrar información desagregada sobre las comunidades indígenas.
Otros indicadores son la inclusión al derecho a la tierra de los pueblos indígenas, y el consentimiento informado cuando se establezcan proyectos económicos en sus comunidades. Estas referencias son parte esencial de la Declaración de los Pueblos Indígenas de la ONU, aprobada en 2007.
“No sabemos qué tanto podremos incluir estos indicadores en la agenda del desarrollo, pero al menos estamos creando estas parámetros derivados de los objetivos tradicionales, y los hemos sometido de manera oficial al grupo de trabajo”, expresó la relatora.
Otros temas que los pueblos indígenas impulsan en la agenda son los mecanismos de financiamiento para el desarrollo y la regulación tanto de inversiones del sector privado como de las transferencias de tecnología en sus territorios, lo que podría afectar sus cultivos con organismos genéticamente alterados.
La manera en que los promotores de derechos indígenas influyen las discusiones es mediante “gobiernos amigos”, entre los que han destacado hasta el momento los países nórdicos.
El predominio de intereses privados
Uno de los mayores obstáculos para incluir los derechos indígenas en las metas de desarrollo de la ONU, según varios representantes indígenas, son los intereses privados de las corporaciones y su influencia en lo gobiernos, que temen perder inversiones si apoyan a los pueblos originarios.
“Sabemos que en muchos casos las corporaciones gozan de más derechos que los pueblos indígenas, y eso es un gran problema para nosotros”, asentó Tauli-Corpuz.
Entre las industrias que oponen mayor resistencia a los derechos de pueblos originarios figuran mineras, petroleras, hidroeléctricas y firmas turísticas, precisó.
La relatora subrayó que las metas de desarrollo deben incluir referencias explícitas a la obligatoriedad de que las corporaciones se involucren en negociaciones profundas y directas con las comunidades cuyos recursos naturales proyectan explotar.
“Este es un lenguaje que estamos sumamente ávidos por incluir en la agenda del desarrollo, pero hasta el momento no ha sido muy fácil hacerlo”, reconoció Tauli-Corpuz.
Invisibilidad no reconoce aportes indígenas
De otro lado la activista indígena de Filipinas Joan Carling denunció la ausencia de los pueblos indígenas en instrumentos globales como la agenda post-2015 de desarrollo y la cumbre climática de París.
“Somos invisibles en esos procesos, en los cuales siguen sin reconocerse nuestras posibilidades de aporte”, advirtió en declaraciones a la prensa la activista filipina Joan Carling.
Si permanecemos excluidos de la agenda post-2015, no será posible hacer realidad el lema de Naciones Unidas de no dejar a nadie atrás en el nuevo marco, que dará continuidad a los objetivos del milenio fijados hace 15 años, dijo.
Carling cuestionó que entre los 17 objetivos y decenas de metas proyectados para el período 2015-2030 apenas se mencione la problemática de los originarios, herederos de siglos de discriminación, traducidos en la falta de acceso a servicios, tierras y recursos, además de carecer de reconocimiento oficial en muchas partes.
No menos preocupante es el tema climático, cuando el mundo se prepara para avanzar en París, en diciembre próximo, hacia un convenio universal, subrayó.
Según la dirigente del Pacto de los Pueblos Indígenas de Asia, las tradiciones, la cultura y los conocimientos ancestrales colocan a los originarios en buena posición para impulsar un desarrollo en armonía con la naturaleza. “Tenemos mucho que aportar, y eso pasa porque se manifieste una verdadera voluntad política de inclusión”, señaló.