María Chavarría Mendoza |
- Para la linguista María Chavarría con esta iniciativa se evitaría que más lenguas originarias desaparezcan.
Por Kenneth Vargas M.
Servindi, 18 de agosto, 2014.- El reglamento de la Ley Nº 29735 que regula el uso, preservación, desarrollo, recuperación, fomento y difusión de las lenguas originarias del Perú aguarda su aprobación hace más de tres años.
Hace solo algunos días, con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, la Defensoría del Pueblo recomendó a la presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara, aprobar el ansiado reglamento.
En el documento dirigido a la PCM, la Defensoría sostiene que la falta de políticas adecuadas en materia lingüística ha originado que actualmente se hayan extinguido 37 lenguas indígenas.
A fin de indagar sobre las razones de esta demora y más falencias de los ministerios de Educación y Cultura, dialogamos con la lingüista María Chavarría Mendoza, conocida por su aportes al estudio de lenguas como el Ese Eja.
Chavarría Mendoza es una lingüista de San Marcos, con maestría y doctorado otorgados por la Universidad de Minnesota. Actualmente es docente de la Unidad de Postgrado de Lingüística en la Decana de América.
¿Por qué aún no se ha reglamentado la Ley Nº 29735 para la preservación de las lenguas originarias del Perú?
Es una situación incomprensible. Desde el inicio del actual gobierno se ha contratado abogados en ambos ministerios: cultura y educación. Entonces por qué no se agiliza la reglamentación y la formulación de políticas indígena para preservar lenguas y culturas. Y no se usan los recursos para obtener resultados inmediatos.
Con la aprobación de la ley, hace más de 3 años, se pudo elaborar un valioso instrumento como es el Documento Nacional de Lenguas Originarias del Perú, ¿es conocido este documento entre los miembros de los pueblos indígenas?
El Documento Nacional de Lenguas Originarias debería ser conocido no solo por los pueblos indígenas sino por todos los funcionarios de gobierno, periodistas, comunicadores y maestros peruanos.
Fue elaborado con la participación de maestros bilingües, dirigentes, lingüistas y funcionarios del INEI, Ministerio de Educación, pero no creo que haya sido promocionado y distribuido como se requiere.
Sobre el documento me da pena afirmar que hay nativos que no lo conocen, como sucede en Madre de Dios. Es penoso porque al ver que su lengua está en un libro se sentirían halagados y tendrían una herramienta de preservación.
Por otro lado, el Mapa lingüístico debería estar en cada salón de clase. Qué alegría siente uno cuando ve su idioma puesto en un mapa, es como una fotografía que tiene que ver con tu identidad lingüística.
¿Existe responsabilidad de los ministerios de Educación y Cultura en lo que se refiere a la desaparición de las lenguas originarias?
A nivel de las escuelas en las que se imparte la enseñanza bilingüe el Ministerio de Educación (Minedu) tiene una responsabilidad. Este ministerio debe asegurar el diseño de los alfabetos y que los profesores cuenten con sus respectivos materiales.
El Ministerio de Cultura por su parte es responsable de la preservación de las lenguas en las comunidades, pero este no tiene el presupuesto necesario ni los recursos humanos para cumplir con este objetivo.
A pesar de las carencias, esta cartera, que constituyó en 2014 la Dirección de Lenguas Originarias, ha sacado materiales de difusión sobre los derechos lingüísticos en varias lenguas. Aún así están acreditando intérpretes y haciendo que esta formación llegue al campo jurídico y al de salud.
¿El Minedu está en capacidad de cumplir su labor de enseñanza de las lenguas?
Esa pregunta debería contestarla el MINEDU, pero de todas formas sostengo que las universidades deberían enseñar estas lenguas en las diferentes regiones, además del quechua que abarca casi todo el país.
También hay responsabilidad de los Gobiernos Regionales. Hay buenas experiencias e iniciativas en Puno, Ayacucho y los maestros de Datem del Marañon que han sacado su propio currículum regional, otros sacan sus propios textos sin depender del centralismo limeño.
En general, hay iniciativas locales que deben ser atendidas por las Gobiernos Regionales, no todo debe depender de los Ministerios de Educación o del Ministerio de Cultura.
Tal vez, los textos no llegan a manos de los maestros por problemas logísticos o de distribución, ¿Qué está pasando en el Minedu?
He constatado, por ejemplo, que muchas veces la UGEL de Tampopata no llega a distribuir a tiempo los materiales. Se rompe la cadena de distribución y se debe investigar las causas. Los textos bilingües elaborados no llegan a su destino.
Así mismo, hay directores que reciben libros y los guardan por no entender la lengua. He sido testigo de que en comunidades nativas de Madre de Dios un material es recibido muchos meses después. Hay algo en la cadena que falla. Ismael Vega Centeno retrata esta realidad en su libro Buscando el río.
¿Conoce casos apremiantes de lenguas que deben ser revitalizadas?
Hay casos de alerta como el de la lengua Amahuaca, ya que muchos nativos que viven en Madre de Dios no la hablan. Esto se debería contrarrestar con el Documento Nacional de Lenguas Originarias del Perú para hacer que la herencia de los sabios abuelos se transmita.
El Censo Nacional 2007 fue criticado por especialistas al no ser útil para obtener resultados sobre las lenguas originarias, ¿Por qué?
El censo no incluyó el factor lengua. No se preguntó sobre la lengua a profundidad. Solo se preguntaba si hablaban castellano. Y muchos decían que sí sin hablarlo bien por miedo o prejuicios; lo mismo ocurre con sus propias lenguas.
Se necesita un censo socio-lingüístico en el que participen como encuestadores estudiantes de lingüística.
¿Qué errores perjudiciales para la subsistencia de las lenguas se cometieron en el censo?
El INEI tenía los nombres de las lenguas originarias mal escritos en su página web, hecho que reclame por escrito sin resultados.
Además, vi que los representantes del INEI querían ubicar a la gente por centro poblado, variable que no es reconocida por los indígenas. El INEI no quería aceptar la variable comunidad nativa, reconocida por estos pueblos. Esto los borra del mapa porque ellos se identifican por su territorio y universo sociolingüístico.
Usted reconoce serios errores en el Documento Nacional de Lenguas Originarias del Perú, ¿Puede señalarlos para los lectores?
Este documento tiene serios problemas, puesto que la información no fue tomada desde el campo. Desde mi experiencia como participante, observé que llegaron a Lima varios maestros bilingües y se elaboraba la información mediante trabajo de oficina.
El borrador de este documento no indica qué maestros bilingües se necesitan y hacen falta en las diferentes provincias del país. Solo ofrece una lista de los docentes aptos para la enseñanza de lenguas originarias.
Por otro lado, se fuerza a los maestros a que se hagan textos sin que tengan una idónea preparación en elaboración de material educativo y esto es responsabilidad de la Dirección General de Educación Intercultural, Bilingüe y Rural (Digeibir) del Minedu. La pregunta que debemos hacernos es si esos libros para la niñez están bien hechos.
Algunos expertos aseguran que para masificar la enseñanza en lenguas indígenas en las escuelas hace falta diseñar sus alfabetos, ¿esto es un obstáculo o un pretexto?
La burocracia del Minedu es alarmante. Falta revisar los alfabetos ya creados. Puede pasar que en 50 años paguemos caro estos errores porque la gente se acostumbraría a un alfabeto defectuoso perdiendo las virtudes de las lenguas.
Por ejemplo, los Ese Eja de Perú me contrataron para hacer un alfabeto. Llegue de Estados Unidos para hacerlo y se concretó el proyecto. El Minedu se demoró en aprobarlo siete años, aunque parezca increíble.
¿Existen errores en los 16 alfabetos ya elaborados?
El Instituto Lingüístico de Verano ha estado 50 años en este país y sus lingüistas, extranjeros, hicieron los alfabetos de acuerdo a su lengua materna. Si eran alemanes usaban su alfabeto. Hay casos aberrantes como en Bolivia donde hay una letra ‘doble jj’. El caso de la lengua Ese Eja refleja esto.
Además, el hecho de que estos lingüistas, misioneros en su mayoría, direccionaban la creación de los alfabetos a su propósito religioso.
¿Qué propone para evitar la desaparición de más lenguas como lo denunció la Defensoría del Pueblo?
El Minedu no debería ver el tema lingüística. Debe crearse un instituto de lenguas indígenas como existe en México y con independencia de cualquier ministerio.
Tenemos lo que otros países no tienen: lingüistas formados, pero que penosamente no tienen trabajo. Por eso se requiere un instituto donde participen todas las universidades y se reciba un monto presupuestal del gobierno, sin sufrir los avatares burocráticos del presente.
Los profesionales formados en este instituto serían un insumo para los ministerios y las comunidades donde faltan pedagogos e investigadores de nivel internacional para revitalizar las lenguas y evitar su desaparición.
Además, el gobierno debe recuperar todas las tesis hechas sobre lenguas originarias por investigadores estadounidenses y europeos que no han tenido el don de la gratitud, enviando esos estudios a la Biblioteca Nacional del Perú.
Datos:
- Según Chavarría, al año solo un tercio de los estudiantes de Lingüística de San Marcos se gradúa debido a que no hallan oportunidades laborales, y se dedican a brindar servicios de corrección en editoriales y enseñar castellano en escuelas de la ciudad.
- Existen 16 lenguas que ya tienen un alfabeto consensuado y certificado por una Resolución Directoral del Ministerio de Educación.
- Según fuentes oficiales, en Perú subsisten 47 lenguas nativas. 43 lenguas amazónicas y 4 andinas.
- La UNESCO publicó el Atlas Interactivo UNESCO de las Lenguas en Peligro en el Mundo. La lista de lenguas peruanas se puede observar en línea.
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