Servindi, 29 de enero, 2014.- La organización internacional Vía Campesina sostuvo que el 2014 es un año clave para orientar de manera radical las políticas agrícolas favorables a la agricultura campesina familiar, en el marco del Año Internacional de la agricultura familiar decretado por la Organización de las Naciones Unidas.
El año de la agricultura familiar no debe ser un velo comunicativo que haga olvidar las negociaciones actuales cruciales y sólo cambios radicales en las políticas asegurarán el reconocimiento y el futuro de la agricultura familiar, más allá del año 2014.
Recuerda que entre las negociaciones actuales está el acuerdo comercial con los Estados Unidos, la reglamentación relacionada a las semillas y los últimos ajustes de la futura Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea.
En tal sentido llama a las instituciones internacionales, y especialmente a la Unión Europea, a mostrarse coherentes y sistemáticas en la definición de las políticas agrícolas a favor de la soberanía alimentaria y la agricultura campesina, esencia de la agricultura familiar.
La Vía Campesina es una red internacional que cuenta con más de 160 organizaciones en 79 países y representa a más de 200 millones de campesinos. En Europa, la Coordinación europea Vía Campesina está presente en más de 18 países de Europa.
El poder de la pequeña y mediana agricultura
Las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas campesinas son la espina dorsal económica y social de la agricultura europea, la más poderosa del planeta, donde las granjas tienen 14 ha de tierra en promedio, entre las cuales más del 69 por ciento poseen menos de 5 ha y sólo un 2,7 por ciento más de 100 ha.
Basada en la capacidad y en la intensidad del trabajo – y no el capital – adaptadas a la infinita diversidad de las condiciones naturales, sociales y económicas, estas estructuras productivas garantizan la seguridad y la diversidad alimentaria de los ciudadanos europeos, y son un modelo de durabilidad social, económico y ecológico.
Se trata de una agricultura para vivir, no una actividad especulativa, apunta Via Campesina.
Sin embargo, año tras año, los políticos se dedican a hacerlas desaparecer dentro de una pseudo modernidad adaptada a los desafíos del siglo XIX y a la crisis global que afrontan los pueblos europeos.
Desafíos actuales
Vía Campesina destaca que hoy resulta necesario estimular la relocalización de las producciones agrícolas, y poner en marcha políticas basadas en los principios de la soberanía alimentaria para mantener y ampliar la durabilidad económica y social del modelo de la agricultura campesina.
Es preciso asegurar la instalación de nuevos agricultores, con jóvenes, aunque también, nuevos entrantes provenientes de los otros sectores económicos en crisis que no ofrecen ningún futuro.
Es preciso que la idea de la agricultura familiar evolucione, respetando la evolución de la familia en Europa, lejos del patriarcado y sin discriminación.
La política territorial debe evolucionar, según las directivas validadas por los Estados en el Comité de Seguridad Alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Las reglamentaciones relacionadas a la higiene deben adaptarse a las realidades de la actividad familiar.
Respecto a las semillas indica que la reglamentación debe apoyar el control campesino en toda producción agrícola, y no favorecer solamente a la industria de las semillas. Se necesitan financiamientos más adaptados a las pequeñas granjas que a los programas actuales de desarrollo rural.
También es necesario facilitar la creación de nuevos circuitos de mercado mucho más apropiados a la agricultura campesina familiar, y regular los mercados para garantizar precios remunerativos y estables.
Finalmente, es indispensable permitir la organización colectiva y solidaria de la agricultura campesina familiar.