Imagen: CRIC |
Por Luis Carlos Osorio R.
2 de julio, 2013.- Para nadie es un secreto que la historia del movimiento indígena en Colombia está ligado al departamento del Cauca. Es más, hablar de luchas indígenas en Colombia, es hablar del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).
Y no es que el origen del movimiento indígena en Colombia se remonte al año 71, en el que se fundó esta organización. Hace ya cien años, Manuel Quintín Lame Chantre, un indígena de sangre nasa por su padre y guambiana por su madre, protagonizó el primer levantamiento indígena en Colombia, que logró extenderse por los departamentos de Cauca, Huila y Tolima. Él, nacido en una familia de terrajeros, no quería serlo más. Por eso su empecinamiento en la devolución y el reconocimiento de los resguardos.
El espíritu y el contenido de las luchas de Quintín Lame, al igual que otros lideres carismáticos de ese departamento, están presentes en la plataforma de lucha del CRIC y en general, de las organizaciones indígenas colombianas.
Por eso no sorprende el postulado expreso en el relanzamiento de su plataforma:
“Los gobernadores y todos los líderes, así como las comunidades, deben conocer todos los mandatos que se han creado en 42 años de existencia del CRIC; no es necesario inventarnos nada, solo retomarlos, evaluarlos y ponerlos en práctica”.
No hay nada que inventar, si acaso, adecuar a las nuevas situaciones de la lucha indígena temas nodales como “Recuperar la tierra de los resguardos y realizar la defensa del territorio ancestral y de los espacios de vida de las comunidades indígenas” y “Recuperar, Defender, Proteger los espacios de vida en armonía y equilibrio con la Madre Tierra”.
Es la tierra y su acepción cultural, el territorio, la principal razón por la que se movilizan los indígenas. Es tan grave la carencia de la tierra en el Cauca, que la lucha por el saneamiento y la ampliación de los resguardos, ha venido colocando en contradicción a indígenas con afros y campesinos, e incluso ha generado conflictos intraétnicos. Esa falta de claridad de criterios y estrategias unificadas en las comunidades, llevó al congreso del CRIC a orientar la elaboración de una agenda de unidad que involucre incluso a otros sectores.
Por eso llama la atención varios elementos abordados en el Congreso, algunos de los cuales constituyen un replanteamiento con relación a las prácticas del actual movimiento indígena:
Relación con el Estado. Los indígenas dicen estar “cansados de mesas o escenarios desgastantes e infructuosos de diálogo”. Creen que llegó la hora de hacer cumplir lo pactado, así tengan que ir “ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en contra del Gobierno Nacional por los incumplimientos de los acuerdos adquiridos ante los pueblos indígenas”.
Consolidar su gobernabilidad. Las recomendaciones del Congreso son elocuentes: “hay que revisar la gobernabilidad desde adentro”, profundizando el concepto de autonomía, teniendo como eje unificador el territorio. El CRIC está conformado por nueve zonas, y todas deben trabajar en el marco de los principios de la organización y de la plataforma política. Llama la atención el rol que los indígenas le dan a la familia, como elemento integrador de los mayores, los jóvenes y los niños.
El Congreso pareciera reflexionar a fondo sobre la transparencia, la capacidad y la idoneidad de sus líderes, sobre todo de quienes asumen cargos de dirección. Quieren que los lideres sean legitimados por sus comunidades y que tengan una vida familiar intachable. Lo más importante, quieren que los cargos sean rotados, por eso definieron que nadie puede mantenerse en un cargo por mas de dos años.
Uno de los temas mas relevantes fue el relacionado con la minería, pues el Congreso se pronunció con un NO rotundo a la minería en territorios indígenas, exigiéndole al gobierno la revocatoria y anulación inmediata de títulos y solicitudes mineras en sus territorios y en las áreas definidas por el gobierno como de reserva, al igual que el rechazo y derogatoria del decreto 0934 de 2013 que le quita a los alcaldes y entes territoriales (léase indígenas) la capacidad de prohibir la minería en sus jurisdicciones.
Los indígenas también se ocuparon del tema del conflicto armado y la paz. Ellos quieren tener una incidencia directa en los procesos de negociación de La Habana, “no para negociar sino para exigir el respeto a la vida y el territorio en el marco del Derecho Internacional Humanitario DIH”
A nivel político, los indígenas “se proponen retomar el corazón, el sentido, el ideario de la Alianza Social Indígena (por fuera de la Alianza Social Independiente) y complementarlo a la luz de las nuevas circunstancias que hoy viven los pueblos indígenas, nuestro movimiento y los sectores sociales y populares.
Es claro que los indígenas del Cauca quieren crear un nuevo movimiento político por fuera de las estructuras de la actual Alianza Social Independiente y en ese proyecto quieren involucrar a las organizaciones y a las autoridades indígenas, haciendo hincapié en que el nuevo proyecto debe darse en armonía con otros sectores sociales y populares, que de manera colectiva “defina idearios, contenidos políticos, estructuras, criterios y controles para los elegidos”. Aunque no lo explicitan, es clara la preocupación de las autoridades indígenas sobre el papel que cumplen los congresistas indígenas una vez elegidos, los cuales, en su gran mayoría, comienzan a rodar como ruedas sueltas.
Por último, el Congreso le otorga un papel especial a las comunicaciones indígenas, dejando la orientación de “Avanzar en la exigencia de la comunicación como derecho y principio de autodeterminación de los pueblos y continuar en la construcción colectiva de la política de comunicación diferencial integral desde y para los pueblos indígenas, que articule diferentes elementos espirituales y materiales que hacen la vida y articule iniciativas de comunicación indígena en los ámbitos local, zonal, regional, nacional e internacional”
Las conclusiones del CRIC bien podrían pasar desapercibidas, a no ser por la gran incidencia que esta organización ha tenido en todo el movimiento indígena colombiano desde su fundación. Por eso, las reflexiones que se hacen los indígenas del Cauca, marcan el rumbo del camino de los indígenas colombianos, que hoy no quieren saber nada de minería, ni siquiera de Consulta Previa, a pesar de ser esta una herramienta que les concede el derecho internacional, quieren revisar su experiencia de participación política y sobre todo, quieren tener incidencia en el actual proceso de paz que se adelanta en La Habana.
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Fuente: Actualidad Étnica.com: http://actualidadetnica.com/index.php?option=com_content&view=article&id=8738:congreso-del-cric-iun-nuevo-rumbo-del-movimiento-indigena-colombiano&catid=66
Manuel Quintín Lame, un símbolo vivo en el movimiento indígena.