Servindi, 9 de marzo, 2013.- Indígenas y afrocolombianos denunciaron que avionetas de la policía antinarcóticos realizan fumigaciones con químicos muy fuertes afectando chacras, bosques y áreas del manglar en el bajo río Naya, Municipio de Buenaventura, corregimiento de Merizalde, en el Valle del Cauca.
El resguardo indígena eperara siapidaara de Joaquincito y los grupos de mujeres productoras de las comunidades afrocolombianas de Merizalde, Santa Cruz y Joaquín Grande se encuentran entre la población afectada.
Ellas habían establecido parcelas de recuperación de semillas y de producción de arroz, plátano, papachina, banano, piña, yuca, lulo, plantas aromáticas y medicinales, principalmente.
Las fumigaciones se iniciaron el día 11 y continuaron los días 13 y 25 de febrero, y aún se siguen realizando, indicaron las organizaciones mediante un comunicado.
En un recorrido que hicieron las autoridades y miembros del resguardo indígena y de las comunidades afrocolombianas del Bajo Naya se apreció que un 80 por ciento de los cultivos de pan coger fueron afectados por las fumigaciones.
También se constató fumigaciones en el manglar, donde se crían y crecen centenares de especies de peces, moluscos y crustáceos en sus estados iniciales. Esto se considera un grave atentado a las comunidades que viven en el manglar y dependen de él.
Las fumigaciones ponen en riesgo la vida de las familias que viven del manglar y con el manglar, las cuales sienten amenazadas su soberanía alimentaria, lo que puede generar un desplazamiento masivo.
Los daños no sólo son a los cultivos sino también a las fuentes de agua de consumo humano local y a la salud de las personas. Por ejemplo, en la comunidad de Santa Cruz dos agricultores presentan lesiones en el cuerpo a consecuencia de las fumigaciones.
Las organizaciones llamaron a las comunidades vecinas, a los consejos comunitarios del Pacífico, a las organizaciones sociales, a la academia, a los amigos y defensores de la naturaleza y a la sociedad en general, a pronunciarse contra esta agresión a la naturaleza y la alimentación de las comunidades negras e indígenas.
Piden a la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) y al Ministerio del Ambiente, explicar las implicancias ambientales y sociales de fumigar los manglares y las quebradas de donde se toma el agua para consumo humano y exijan la suspensión de estas acciones.
Recuerdan que un hecho similar ocurrió en marzo de 2010 cuando se fumigaron las parcelas de las mujeres indígenas, situadas a poca distancia de la Casa Grande, centro religioso y ceremonial del pueblo siapidara.
En esa ocasión fueron fumigadas las parcelas de sus vecinas y hermanas afrocolombianas de la vereda Santa Cruz, que trabajan, conjuntamente con las mujeres eperara, una experiencia productiva agroecológica propia, para no caer en las redes de cultivos ilícito.
A continuación reproducimos el comunicado de las organizaciones:
Comunidades indígenas y afrocolombianas del Río Naya denuncian fumigaciones sobre sus parcelas de pancoger y viviendas
Un ruido de hierro llegaba
del campamento, una corona
de carcajadas extranjeras,
y hacia los bosques enlutados
sólo la noche palpitaba.
No era el dolor, la mordedura
del volcán abierto en las vísceras,
era sólo un sueño del bosque,
el árbol que se desangraba.
La sangre quemante caía
de silencio en silencio, abajo,
hacia donde está la semilla
esperando la primavera.
Más hondo caía esta sangre.
Hacia las raíces caía.
Hacia los muertos caía.
Hacia los que iban a nacer caía.
Pablo Neruda
(del homenaje a Lautaro)
Desde el pasado 11 de febrero de 2013 se iniciaron por tercera vez fumigaciones aéreas en el Bajo Naya y se siguen realizando actualmente.
Varias avionetas de la policía antinarcóticos han aplicado sucesivamente un químico muy fuerte desde el lunes 11 de febrero y los días 13 y 25 de febrero. La gravedad de estas fumigaciones es que se realiza sobre todo el área, incluyendo gran cantidad de bosque y también áreas del manglar en las bocanas del Naya.
El resguardo indígena eperara siapidaara de Joaquincito y los grupos de mujeres productoras de las comunidades afrocolombianas de Merizalde, Santa Cruz y Joaquín Grande habían establecido parcelas de recuperación de semillas y de producción de arroz, plátano, papachina, banano, piña, yuca, lulo, plantas aromáticas y medicinales, principalmente. El recorrido que hicieron las autoridades del resguardo indígena y miembros de la comunidad indígena y de las comunidades afrocolombianas del Bajo Naya por las zonas afectadas por la fumigación, pudo apreciar la magnitud del daño, estimando que en un 80% los cultivos de pan coger fueron afectados por las fumigaciones. Así mismo, fueron constatadas las fumigaciones al manglar, donde se crían y crecen centenares de especies de peces, moluscos y crustáceos en sus estados iniciales. Esto constituye un atentado grave a las comunidades que viven en el manglar, del manglar, pero sobre todo con el manglar.
Estas fumigaciones ponen en riesgo la vida de las familias que viven del manglar y con el manglar, las cuales sienten amenazadas su soberanía alimentaria, lo que puede generar un desplazamiento masivo.
Las autoridades indígenas y las comunidades afrocolombianas de Merizalde, Santa Cruz y Joaquín Grande denunciamos estos graves daños a los cultivos, a las fuentes de agua de consumo humano y a la salud de las personas, pues en la comunidad de Santa Cruz dos agricultores fueron afectados por las fumigaciones y presentan lesiones en el cuerpo.
Esta es la segunda vez en dos años que se destruye la comida de las comunidades (ver comunicado de entonces en: http://servindi.org/actualidad/23502. El 16 de marzo del 2010, se fumigaron las parcelas de las mujeres indígenas, situadas a poca distancia de la Casa Grande, centro religioso y ceremonial del pueblo siapidara. También en esa ocasión fueron fumigadas las parcelas de sus vecinas y hermanas afrocolombianas de la vereda Santa Cruz, que vienen trabajando, conjuntamente con las mujeres eperara, en una experiencia productiva agroecológica propia, para no caer en las redes de los cultivos de uso ilícito que rondan los ríos del Pacífico, cultivos que llegaron también a esta región para destruir las economías comunitarias y las formas sostenibles de utilización de los recursos ambientales.
Estos daños se han cometido contra nuestras comunidades indígenas y negras, a pesar de que siempre hemos abogado porque la erradicación de los cultivos de coca se realice manualmente.
Hacemos un llamado a las comunidades vecinas, a los Consejos Comunitarios del Pacífico, a las organizaciones sociales, a la academia, a los amigos y defensores de los derechos de la naturaleza y a la sociedad en general, para que se pronuncien contra estos hechos que atentan contra la naturaleza y la comida de las comunidades negras e indígenas. Llamamos a la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) y al Ministerio del Ambiente, para que le expliquen al gobierno las implicaciones ambientales y sociales que tiene fumigar los manglares y las quebradas de donde se toma el agua para consumo humano y exijan la suspensión inmediata de estas acciones.
Buenaventura, 3 de marzo de 2013
- Cabildo Indígena eperara siapidaara de Joaquincito. Río Naya
- Grupo de mujeres productoras de alimentos de las comunidades de Santa Cruz,
- Joaquín Grande y Puerto Merizalde.
- Asociación de Cabildos Indígenas del Valle, región pacífico, ACIVA – rp
- Proceso de Comunidades Negras, PCN
- Colectivo de Trabajo Jenzera.