Angélica Mendoza, madre de
Servindi, 7 de agosto, 2012.- Ante la suspensión de las diligencias que buscan dar con la identidad de las víctimas desaparecidas durante el conflicto armado interno vivido en la década de los años 80 y 90, el Movimiento Ciudadano por los Derechos Humanos de Ayacucho expresó su rechazo a la medida y lo relacionó con un intento de impunidad.
Las diligencias que programó la Fiscalía Penal Supranacional de Huancavelica-Ayacucho, encargada del caso Cabitos 83 y que tiene que ver con las graves violaciones a los derechos humanos ocurridos al interior del Cuartel Los Cabitos de Ayacucho durante los años de 1983 a 1985, se desarrollaron hasta el pasado 2 de agosto.
Estas eran diligencias itinerantes de exposición de prendas de vestir de los cuerpos recuperados de las fosas ubicadas en el sector conocido como La Hoyada, que sirvió de campo de entrenamiento del Cuartel Los Cabitos, en los distritos y provincias donde se produjeron detenciones y desapariciones forzadas masivas.
Las duras críticas del colectivo ciudadano que sostiene que se está poniendo en peligro el avance de las investigaciones se dieron luego de conocerse la decisión del Jefe del Instituto de Medicina Legal con sede en Lima de no autorizar la continuación de la participación del equipo forense especializado en la exposición programada para la provincia de Vilcashuamán.
Algo que no se esperaba más aún cuando gracias a estas diligencias se logró preidentificar a un aproximado de seis individuos. En el sector denominado La Hoyada se encontró tras cerca de cinco años de investigación un total de 50 fosas de las que se recuperaron 109 cuerpos, de los cuales 53 contaban con elementos asociados como prensas de vestir y otros.
El Movimiento Ciudadano de Derechos Humanos de Ayacucho advirtió que de esta forma “se estaría pretendiendo nuevamente cubrir con el manto de la impunidad las graves violaciones ocurridas en el Cuartel Los Cabitos de Ayacucho”, hechos que hasta el momento han llevado a que siete oficiales estén enjuiciados.
El caso Cabitos 83 resulta emblemático porque dicho cuartel se convirtió en un centro de torturas y ejecuciones extrajudiciales, este caso dio partida a la construcción de toda una política de encubrimiento que jamás fue denunciada por las autoridades de la época.