Por Rodrigo Montoya Rojas*
7 de marzo, 2012.- Sobre el llamado ¨pensamiento Gonzalo¨ se habla mucho y se sabe poco. En el proceso de la fallida inscripción legal de su movimiento político, los senderistas han afirmado públicamente su adhesión al ¨pensamiento Gonzalo¨, sin haber hecho ninguna precisión de lo que sería ese pensamiento. Como Gonzalo es el seudónimo de Abimael Guzmán, se trataría del ¨pensamiento de Abimael Guzmán, (AG)".
Sus seguidores tienen la pretensión de situar a este ex profesor de filosofía como la ¨cuarta espada¨ del pensamiento marxista en el mundo, inmediatamente después de Marx, Lenin, y Mao Tsé Tung. ¿Tiene alguna base esta pretensión?
Sabemos que alrededor de 1960-65, AG se graduó de bachiller en filosofía en la Universidad San Agustín de Arequipa, con una tesis sobre Kant. Ese trabajado nunca fue publicado y el número de personas que lo conoce debe ser extremadamente pequeño. Después, siendo militante del Partido Comunista Peruano, fue a Ayacucho para trabajar como profesor de Filosofía en la Universidad San Cristóbal. En el momento de la ruptura chino soviética optó por ¨Bandera Roja¨ un ala pro china. En 1971, dirigió una nueva fracción, llamada también Partido Comunista.
De la mención dentro de un texto inicial a seguir ¨por el sendero luminoso de Mariátegui¨ se deriva su nombre mundialmente conocido, pero no reivindicado por sus militantes. Vivió cerca de veinte años en la ciudad de Huamanga y en la universidad llegó a ocupar el cargo de director de personal, un puesto clave para decidir a qué profesores y empleados contratar, nombrar o excluir. En todo ese tiempo, AG consagró su trabajo a formar militantes para su partido a partir del núcleo de profesores y estudiantes de la universidad. No le conocemos estudio alguno sobre la realidad ayacuchana y peruana. En todo este tiempo en Ayacucho habría podido aprender quechua y conocer a fondo la cuestión indígena. Marx, Engels, Lenin y Mao Tse Tung, escribieron decenas de millares de páginas para entender lo que era el modo de producción capitalista, su formación histórica y las tendencias de su desarrollo, la naturaleza del Estado, el qué hacer contra el Estado, la formación de la clase obrera, sus posibilidades, la necesidad de una alianza con los campesinos y muchos textos más sobre estrategia y táctica política y militar.
Antonio Díaz Martínez, un ingeniero agrónomo egresado de La Molina y compañero de AG escribió un pequeño libro ¨Ayacucho, Hambre y esperanza¨, un estudio importante que revela su interés por ver la realidad y su sensibilidad frente a la dolorosa realidad de la pobreza ayacuchana de entonces. Una breve tesis de bachillerato de antropología de Osmán Morote (se dice que fue el Nº 2 de SL) sobre haciendas y comunidades en el norte de Ayacucho, es un texto apenas conocido. En estas breves líneas se cierra el recuento bibliográfico de los senderistas. Esperemos que alguna vez se abran los archivos de la policía para conocer de cerca y con detalles los documentos orgánicos del partido senderista que no pueden confundirse con una documentación académica e intelectual de primer orden para entender Ayacucho y el país. En términos de producción académica e intelectual, la pretensión de comparar a AG con los clásicos del marxismo no tiene sentido alguno.
¿Qué de Mariátegui tendría el ¨pensamiento Gonzalo?
José Carlos Mariátegui fue un marxista original, creativo, hombre de amanecer, guía para los primeros pasos en la creación de una revista (Amauta) para pensar el Perú dentro de América latina y el mundo, en la formación del Partido Socialista sustantivamente diferente al clásico Partido Comunista soviético, y en la creación de una Central General de Trabajadores de Perú (CGTP). No tuvo tiempo para formar una central Indígena como quería. En sólo siete años, (1923-1930) dejó una obra esencial para entender nuestro país, particularmente sus ¨Siete Ensayos de interpretación de la realidad nacional¨. Tuvo un espíritu crítico, libre, y el coraje suficiente para no aceptar las tesis oficiales de la ¨Tercera Internacional¨ impuesta por Stalin. ¨Ni calco ni copia¨, sí una ¨creación heroica¨ como horizonte, es una de sus tesis política más importante. Fue un hombre alegre, sensible, incapaz de matar o de ordenar la muerte de un ser humano. Fue también excelente periodista y un hombre de letras, con excelente prosa.
Después de su paso por Italia y Europa, de donde volvió con algunas ideas y una mujer, JCM miró el Perú con mayor amplitud y sacó una primera gran conclusión: si tres cuartas partes de la población peruana son de indígenas andinos, el socialismo peruano debe partir de ese hecho y asumir las reivindicaciones indígenas no sólo como revolucionarias en sí, sino como parte de la tradición revolucionara del mundo. Hasta 1930, la Amazonía aparecía muy débilmente en el horizonte del país después del etnocidio causado por los caucheros.
Las ideas de Abimael Guzmán derivan directamente del leninismo, stalinismo y maoísmo ortodoxos, sin mediación de una visión crítica propia. El suyo es un mundo de ideas cerradas, de dogmas, de verdades absolutas. Los revolucionarios -¨nosotros¨- tienen la verdad de su lado y los contra revolucionarios -los otros-, la mentira y la traición. En esa forma se razonar y pensar no tienen lugar alguno la duda y el error. Por esa vía, es inevitable sostener la tesis: conmigo o contra mí. Esta idea tiene dos mil años, está en la Biblia y es parte del pensamiento europeo y de la modernidad política. Nos guste o no, debemos admitir que el marxismo, y las ideas de Lenin, Stalin, Mao y AG son esencialmente europeas y modernas. Esa es la misma lógica de Alberto Fujimori y de los fundamentalistas de la democracia: ¨con nosotros o contra nosotros¨. Es el mismo razonamiento de los oficiales de las Fuerzas Armadas y Policiales.
AG no vio indígenas quechuas en Ayacucho, sólo campesinos pobres, medios y ricos como en los manuales de Mao sobre el campo chino. Como buen marxista europeo céntrico estaba convencido de modernizar a los campesinos, de enseñarles el castellano y la cultura moderna como propusieron los indigenistas mexicanos y peruanos. Con esas ideas, las columnas senderistas acabaron con el proyecto de Educación Bilingüe de la universidad de San Marcos en Quinua y dieron un plazo de 24 horas para que el equipo de Educación Intercultural Bilingüe del Centro Amazónico de Antropología y de Aaplicación práctica, CAAAP, abandone la comunidad asháninka donde trabajaba. El etnocidio de indígenas quechuas y asháninkas no habría sido posible si los senderistas hubieran tomado como suyas las ideas de Mariátegui y si por su propia cuenta hubieran considerado a los pueblos indígenas como sujetos culturales, lingüísticos, políticos, naciones y patrias con todos los derechos en el territorio peruano.
Si AG y los senderistas leyeron a Mariátegui, la inevitable pregunta es por qué se llaman mariateguistas. La pregunta es igualmente válida para quienes desde los diversos fragmentos de lo que se llamó ¨izquierda Unida¨, de los grupos socialistas, y de los segmentos trotskistas que se auto identificaron e identifican aún como mariateguistas. El tema es complejo porque en el fondo se trata de la relación que existe entre la política y el trabajo académico e intelectual, que caminan por cuerdas sustantivamente separadas. La identidad con Mariátegui es una especie de rito político para beneficiarse del prestigio que ese nombre otorga independiente de la coincidencia entre las prácticas de los mariateguistas con las prácticas e ideas políticas centrales del Amauta.
Podrían ser ideas del ¨pensamiento Gonzalo¨
De algunas acciones de los senderistas pueden deducirse algunas ideas que podrían formar parte de algo llamable ¨pensamiento Gonzalo¨.
1. Matar a las vacas finas ¿Qué culpa tienen las vacas?
60 o 70 o vacas finas del fundo Alapachaca de la Universidad de Ayacucho fueron liquidadas por una columna de Sendero y el hecho fue reivindicado por la dirección senderista. ¿Qué culpa tienen las vacas? Pregunté a una estudiante que en Huancayo defendía las acciones de Sendero. Me respondió: ¨Veo que a usted, profesor, le interesan los niños privilegiados que toman leche. A nosotros nos preocupan los que no toman leche¨. Le propuse mi argumento: para que todos los niños tomen leche se necesita más vacas, con matarlas el problema se multiplica. ¨Cuando lleguemos al poder resolveremos el asunto¨. Fue lo último que dijo, acabando la rapidísima discusión. Matar a las vacas y alpacas preñadas, destruir hidroeléctricas, canales de riego, puentes, destruir empresas cooperativas como las de Laive en la zona central, y volar torres de luz, son muestras de un pensamiento primario, comparable al que tenían los obreros ingleses para destruir las máquinas en el momento de aparición del capitalismo.
2. Que los campesinos de las tierras altas no vendan ni compren, que no vayan con sus productos a la feria de Lirio, cerca de Huanta. Esta orden solo podía ser dada desde la ignorancia y desde el desprecio a los indígenas, porque nos guste o no el mercado es objetivamente una necesidad. Vendiendo sus productos, campesinos e indígenas obtienen el dinero para comprar aceite, arroz, fideos, sal, fósforos, cuadernos y libros de los chicos que van a la escuela para no ser como sus padres,
3. ¿Por qué un quechua ayacuchano nombrado gobernador contra su voluntad debía ser considerado como parte del estado burgués y enemigo de clase? Cuando los comisarios de Sendero ordenaron los ¨ajusticiamientos¨ de comuneros quechuas nombrados como autoridades, a pesar de su rechazo, y de de ancianas que dieron de comer a los soldados, precisamente para evitar que ellos las matasen por no recibir su colaboración, el supuesto análisis de clase que fundaba esas acciones era un atentado a la razón marxista y a la razón en general. Una crítica a Sendero Luminoso sobre los puntos 2 y 3, se encuentra en mi artículo “Izquierda Unida y Sendero: Límites y Posibilidades”, (Revista Sociedad y Política Nº 13, Lima, 1982, pp. 2-16).
4. Matar campesinos en nombre de los campesinos, obreros en nombre de los obreros, indígenas amazónicos como si no fueran seres humanos, dirigentes de izquierda en nombre de la revolución. Una receta para ese menú no aparece en el pensamiento de los marxistas clásicos y los marxistas libres, creativos, autónomos, como Mariátegui, el Ché Guevara, o en guerrilleros como De la Puente, Héctor Béjar y Guillermo Lobatón, por ejemplo. Hace 20 años, el 15 de febrero de 1992, un comando de Sendero Luminoso asesinó a María Elena Moyano, en Villa el Salvador, En ninguna parte podría encontrarse una receta para matar a una mujer -afro peruana, pobre, de izquierda, dirigente vecinal de primer orden- con un feminismo popular en el corazón y en los hechos. El crimen de ese comando -¨Colina¨, del otro lado- es cien veces crimen como los cien trozos del cuerpo de María Elena que volaron por los aires luego de la explosión de los cartuchos de dinamita en su pecho, cuando ya estaba muerta.
La lista tiene otros puntos más (AG Dios, cuota de sangre, no alianzas con otros grupos políticos, jóvenes convertidos en senderistas luego de ser raptados y separados de sus padres, militantes obligados a romper con sus familias, amistad ausente, sólo relaciones de camaradas -¨no tengo amigos, sólo camaradas¨, terrible frase de AG en la llamada ¨entrevista del siglo¨), pero me detengo aquí.
Una tesis original de AG, clave de su ¨pensamiento¨
. En 1992, SL sostenía que su lucha había llegado a un ´equilibrio estratégico¨ y que su victoria era prácticamente inevitable. Su captura cambió totalmente la situación: por una especie de magia, la guerra habría terminado y lo principal debería ser negociar. Junto con sus camaradas presos en distintos penales del país, llevados a Lima en aviones de la Fuera Aérea, firmó un compromiso con el gobierno. Mereció la deferencia de una cama nupcial y una torta de cumpleaños, gentilmente ofrecidas por Fujimori y Montesinos.
El argumento sencillo que defiendo es que en este viraje de AG se encuentra la razón principal de la derrota de SL. Lo normal y clásico habría sido que la lucha continuase y que otros dirigentes lo reemplazasen. Con esa decisión personal, AG abrió las puertas del desbande de SL; la mayoría de cuadros optó por abandonar su guerra; otros, los menos, dijeron la lucha continúa; y, otros pocos optaron por seguir al lado de AG pidiendo paz y amnistía. Se ha escrito mucho para tratar de explicar la derrota de SL. Alberto Fujmori se cree el hombre clave y, por eso, se siente salvador del país; las Fuerzas Armadas reclaman que a ellas les corresponde el mérito; ronderos y protestantes, dicen ¨fuimos nosotros¨. Todos tienen, sin duda, algo de razón, pero creo que el principal enemigo de Sendero Luminoso fue Sendero Luminoso mismo, particularmente AG, el caudillo, el Dios, el guía, el jefe, la cuarta espada. Sus tesis derivadas de la venganza y del ¨odio de clase¨ no se desprendieron de un análisis propio y original del país, de algo llamable un pensamiento a la altura de las mayores figuras del marxismo. La atención y esperanza que creó en miles de personas duró muy poco. Para terminar, me parece pertinente señalar que el daño producido por AG y Sendero Luminoso a las nociones de izquierda y socialismo es mucho mayor de lo que podríamos imaginar.
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*Rodrigo Montoya Rojas es antropólogo, profesor emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
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Artículo para el Diario la Primera, columna : Navegar Río arriba, recibido directamente del autor.