Por Luis Vittor*
2 de diciembre, 2011.- En Durban, a cuatro días de iniciada la COP17, se respira incertidumbre sobre los resultados finales de las negociaciones sobre cambio climático. Desde otro ángulo, se habla de unas expectativas bajas sobre los resultados aunque no quiera reconocerse de manera oficial.
El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, llamó -en la sesión inaugural- a lograr un resultado “equilibrado, justo y creíble”. Mientras que la ministra, Maite Nkoana-Mashabane, presidenta de la COP17, reconoció que las preocupaciones sobre el tema “van más allá de las paredes de esta sala” y que en las calles el pueblo está pidiendo “justicia climática”. En simultáneo, un pequeño grupo de activistas ocupaban uno de los parques adyacentes al centro de negociaciones demandando precisamente “justicia climática”.
Las expectativas para los resultados de la COP17 parecen haberse centrado en dos temas. Por un lado, la implementación de los acuerdos de la COP16 de Cancún, principalmente la puesta en marcha del Fondo Verde del Clima, y -por otro- una urgente definición sobre un segundo periodo del Protocolo de Kioto.
El primero aparece como más posible de lograr, mientras que el resultado sobre el segundo es ciertamente incierto y se corre el riesgo que Durban podría ser la sepultura de Kioto.
Desde el inicio de la COP17, varios países en desarrollo han planteado la necesidad de recursos financieros para encarar los efectos del cambio climático. El acuerdo para un fondo surgió en Copenhague (2009) pero por ahora el fondo verde es todavía una promesa a los países en desarrollo para apoyar financieramente su adaptación al cambio climático. Se espera recaudar 100 mil millones de dólares al 2020 para el fondo.
El miércoles se presentaron los avances en la constitución del Fondo Verde para el Clima. Casi todos los grupos recibieron de manera positiva la propuesta, con excepción de las críticas provenientes del grupo de países del Alba y otros que cuestionaron la carencia de personería jurídica internacional del fondo y que sobre todo no se constituya como una “canasta vacía”. Se espera que la propuesta sea aprobada y sería lanzada en Durban.
Con relación al futuro de Kioto, en los discursos inaugurales, algunos grupos se expresaron a favor de acordar un segundo periodo del protocolo aunque existe el rumor de que algunos países, como Canadá, podrían abandonarlo tras la finalización de la COP17.
El G77/China ha expresado su apoyo para un segundo periodo de Kioto. En este mismo sentido van los países africanos. Mientras que la Unión Europea planteó la necesidad de lograr un nuevo marco global vinculante que debe ser completado para el 2015 y que un segundo periodo de Kioto podría ser la transición al mismo.
Por otro lado, son muy conocidas las posiciones de Rusia, Japón y Canadá de no apoyar un segundo periodo de Kioto, que junto a Estados Unidos (que nunca ratificó el protocolo) minan las posibilidades de una acuerdo multilateral sobre el futuro de Kioto.
El miércoles, la presidencia de la COP17 en conferencia de prensa reconoció que Durban es un “momento decisivo para el futuro de este régimen multilateral basado en reglas”.
Desde afuera y dentro del centro de las negociaciones, los grupos de sociedad civil han expresado su apoyo a la necesidad de un segundo periodo del Protocolo de Kioto. El grupo de pueblos indígenas, en una intervención ante las partes el miércoles, demandó que “se debe acordar un segundo periodo 2013-2020 y que el mismo incluya la participación indígena”.
De acuerdo con la opinión de algunos participantes lo más probable es que solo se llegue a definir una hoja de ruta para un futuro acuerdo vinculante y que en este sentido Qatar, sede de la COP18, podría ser decisivo respecto al futuro de Kioto. Mientras tanto, hay esperanza de que la llegada de los ministros de las partes pueda cambiar el ánimo sobre el futuro de Kioto.
Otros esperan que la presión social ayude a lograr resultados positivos en las negociaciones pero al momento esta presión aún no aparece en Durban con la consideración que todavía queda más de una semana para el fin de las negociaciones.
Las actividades alternativas de la sociedad civil se concentran en el llamado “Espacio de los Pueblos” en el Campo Howard de la Universidad de KwaZulu-Natal.
El domingo 27, en un acto público, el Arzobispo Desmond Tutu entregó una petición firmada por 200 mil personas a la ministra Nkoana-Mashabane, presidenta de la COP17, mediante la cual demandan a los negociadores que “el mundo necesita una acción climática ahora”.
Para el sábado 3 se prevé una movilización denominada “Día de Acción Global”, que espera movilizar a diversos grupos sociales que desde diversas partes de la ciudad pretenden pasar por las instalaciones donde se realizan las negociaciones.
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*Luis Vittor es economista peruano, asesor de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI).
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Fuente: ALAI: http://www.alainet.org/active/51246&lang=es