Servindi, 1 de septiembre, 2011.- ¿Qué sucede cuando un pueblo indígena de tradición nómada es contactado oficialmente sin las debidas precauciones en un contexto de violencia, conflicto armado, despojo territorial y desarraigo? Este es el vívido drama de los Nükak al cual dedica su último informe el Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA).
Valioso informe de IWGIA puede ser descargado enj formato pdf. Haga clic en la imagen |
Se trata del documento titulado: "Los Nükak. El último pueblo de tradición nómada contactado oficialmente en Colombia" editado por Dany Mahecha R. y Carlos Eduardo Franky con el auspicio del Instituto de Promoción Estudios Sociales (IPES) y la Universidad Nacional de Colombia, sede amazonía.
La publicación describe una serie de factores que aceleraron el proceso de contacto masivo y que han llevado a situaciones inmanejables como la presencia de nuevas enfermedades en la población Nükak que han elevado la tasa de mortalidad muy cerca del 39 por ciento.
La población Nükak bordea las 600 personas y su lengua solo es dominada por los miembros de la Misión Nuevas Tribus, cuyo programa fue cerrado en 1996, incluyendo sus acciones de salud, sin que fuera adecuadamente reemplazado por el Estado, lo que generó un drámatico aumento de la morbilidad.
Los Nükak viven una situación de desplazamiento forzado, luego que fueron desarraigados de sus territorios ante la fuerte presencia armada de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC), y los grupos paramilitares autodenominados Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), quienes entre 2002 y 2004 libraron una intensa guerra por el control territorial del Medio Guaviare.
El documento de IWGIA presenta como anexo el documento: Lineamientos para un Plan de Atención Integral Diferencial (PAID), elaborado en un proceso de diálogo con los nükak asentados en Villa Leonor (sector barrancón del Resguardo de El Refugio) y en la finca de la Alcaldía de San José del Guaviare.
Si bien los lineamientos se concentran en los grupos citados algunas de las consideraciones y estrategias contribuyen a formular un PAID que atienda a la totalidad de este pueblo, e incluso contiene elementos útiles para atender a otros grupos indígenas que afrontan problemas similares, como los vecinos hiw (guayabero) o los sikuani.
Cabe mencionar, además, que con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) difundió el Informe sobre las Crisis Humanitaria y Violación a los Derechos de los Pueblos Indígenas en Colombia. En éste se denuncia que el panorama de violaciones a los derechos de los pueblos indígenas en Colombia “es crítico, sistemático y reiterativo”.
Recuerda que la Corte Constitucional ha advertido que “35 pueblos indígenas se encuentran en peligro de extinción a causa del conflicto y el desplazamiento forzado”. La situación de algunos pueblos es mucho más critica que otros citando, por ejemplo, el caso de los Nükak Maku y los Guayaberos, entre otros.
Esos pueblos son víctimas de la presencia de grupos armados legales e ilegales en sus territorios quienes han alterado sus formas tradicionales culturales de vida y son objeto constantes del “desplazamiento, confinamiento, amenazas y asesinatos”.
Las denuncias realizadas por los pueblos indígenas y sus organizaciones han sido acogidas favorablemente por diversos organismos internacionales y el 17 de febrero de 2011 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publicó un informe sobre los derechos de los pueblos indígenas y tribales sobre sus tierras ancestrales y recursos naturales.
En el la CIDH señala que “El prospecto de desaparición de cada uno de los 65 pueblos indígenas colombianos (…) implica una serie de violaciones transversales, profundas e históricas de los derechos humanos individuales y colectivos amparados por la Convención Americana sobre Derechos Humanos.”
La CIDH exhortó al Estado colombiano a adoptar “medidas positivas, vigorosas y efectivas para garantizar, respetar y promover la existencia física y cultural y los derechos humanos de los pueblos indígenas que habitan desde tiempo inmemorial su territorio” y que están pendiente de cumplimiento.
El organismo puntualizó que en el marco del conflicto armado los indígenas son “victimizados en forma aguda y desproporcionada por el conflicto armado interno”.
"Los Nükak. El último pueblo de tradición nómada contactado oficialmente en Colombia"
Introduccion
La historia reciente de los nükak, el último pueblo de tradición nómada contactado oficialmente en Colombia, en 1988, narra las problemáticas que acontecen cuando un grupo aislado inicia el proceso de contacto y este se consolida sin la intervención apropiada. La carencia de experiencia del Estado colombiano en el manejo de situaciones similares, conllevó a que no se tomaran las medidas respectivas para evitar y atender la llegada de nuevas enfermedades, que generaron una alta tasa de mortalidad cercana al 39%, así como tampoco se previó el impacto de los procesos de recomposición de los grupos locales, los cambios en las relaciones de parentesco y la organización política y económica con la vinculación a las redes de mercado, la reducción de la movilidad tanto espacial como social y el abandono progresivo de diversas prácticas culturales (Cabrera et al. 1999, Franky et al. 1995).
Estas situaciones hacen parte de un patrón definido y documentado en múltiples experiencias (cf. entre otras Bartolomé 1995, Gajdusek 1977, Lewis 1977, Ligthman 1977, Neel 1977, Ribeiro 1971) aunque, en el caso nükak, ciertas circunstancias específicas aceleraron el proceso de contacto masivo. En primer lugar, la ausencia de relaciones entre los nükak y los indígenas vecinos territoriales, más experimentados con el mundo de los blancos, quienes usualmente orientan a los recién contactados y juegan un papel preponderante cuando pueden apoyar las labores de traducción. En este caso, los únicos que hablaban la lengua nükak eran los misioneros de la Misión Nuevas Tribus.(1) Por otra parte, la ubicación del territorio nükak en Colombia, en el interfluvio del medio río Guaviare y río Inírida, a doce horas de Bogotá por carretera y en una frontera agresiva de colonización, asociada a cultivos ilícitos.
Así, pese a que el territorio ancestral está amparado por la figura de Resguardo, es extremadamente vulnerable a las incursiones de foráneos. En tercer lugar, la relación entre el número de población campesina versus la población nükak, ya que para el momento en que se oficializó el contacto se calculaba la presencia de cerca de diez mil personas en los alrededores del territorio. Con el agravante de la presencia de las autodenominadas Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC), a las que se sumaron desde 1997 los grupos paramilitares autodenominados Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en la frontera noroccidental del territorio, quienes entre 2002 y 2004 libraron una intensa guerra por el control territorial del Medio Guaviare. Actualmente, la población nükak se estima en 600 personas, de las cuales el 25% se encuentra en inmediaciones de San José del Guaviare en situación de desplazamiento forzado.
A esto se añade la influencia del imaginario inicial como indígenas no contactados, habitantes de un bosque generoso en recursos y con escasos intercambios con occidente. Desde esta perspectiva, cualquier intervención fue asumida como destructiva en detrimento de su integridad y autenticidad, desconociendo el derecho de los nükak a decidir y actuar autónomamente, así como las dinámicas socioeconómicas y políticas de la región. De hecho, el proceso de contacto masivo se documentó y difundió entre las instituciones competentes ya que, en 1995, todos los grupos locales ya habían establecido relaciones con los colonos y campesinos en las áreas de su influencia territorial, y el avance de la colonización era inminente (Cabrera et al. 1994 y 1999, Franky et al. 1995). Sin embargo, en los primeros diez años de contacto, la actitud de las autoridades gubernamentales tendió a ser evasiva y centrada en acciones de corto plazo y coyunturales. Esto, en parte, fue justificado en que cualquier acción que se lleve adelante con los nükak debía ser cuidosamente argumentada y discutida para no generarles perjuicios en su integridad física y cultural, a pesar que no se hicieron los debidos esfuerzos por discutir y definir con los mismos nükak las acciones requeridas para mejorar sus condiciones de vida.
Entre estas omisiones con serias consecuencias para los nükak se destaca la ausencia de una atención en salud acorde con las características sociales y culturales de los indígenas y de sus vecinos territoriales. Esto fue especialmente crítico luego del cierre definitivo, en 1996, de la sede de la Misión Nuevas Tribus, ubicada en el sector oriental del territorio, sin que se sustituyera el servicio de salud allí prestado, lo que generó la mayor morbimortalidad reportada luego de los primeros cinco años de contacto (A. Jiménez com. pers., 1998).(2)
También se destaca la no ejecución de los recursos fiscales (3) que le corresponden a los nükak desde 1994, los cuales suman a la fecha más de 1.700.000 pesos (unos 800.000 US$). Las iniciativas para discutir la pertinencia de consultar a los nükak sobre dichos recursos, adelantadas entre 1998 y 2001, fueron dejadas de lado cuando se produjeron los primeros desplazamientos forzados en 2002, ya que la atención se centró en la ayuda humanitaria (cf. S. Mahecha 2010). Sólo hasta 2006, luego de una directiva de la Procuraduría General de la Nación en la que se demanda al Consejo Nacional de Atención Integral a la Población Desplazada (CNAIP) presentar un “Plan de atención efectivo, especial y diferenciado para los nükak desplazados y en riesgo de desplazamiento”,(4) se abren espacios institucionales para que sean consultados.
Justamente, con el propósito de mejorar los canales y estrategias de comunicación y comprensión de la situación actual de los nükak desplazados, queremos compartir dos documentos, resultado de un convenio interinstitucional entre el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) para cooperar con el Gobierno y los nükak en la construcción de un Plan de Atención Integral Diferencial que orientara las acciones que diferentes entidades del Estado adelantan para atender la situación humanitaria de este pueblo. El ejercicio fue desarrollado entre 2009 y 2010 y contó con el apoyo técnico y financiero de agencias del sistema de Naciones Unidas involucradas (ACNUR: la agencia de la ONU para los refugiados; OACNUDH: oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos; OCHA: oficina para la coordinación de asuntos humanitarios; y PNUD: programa de Naciones Unidas para el desarrollo), así como también con el acompañamiento de la Alcaldía de San José del Guaviare, la Oficina de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, el Ministerio de Protección y el Ministerio del Interior y de Justicia, entre otros.(5)
El primer texto, titulado “Contacto, desplazamiento forzado y cambios entre los nükak”, describe los hitos más relevantes en el proceso de contacto, los reacomodos territoriales debido a la intensificación del conflicto armado y las consecuencias del desplazamiento forzado, como el despojo territorial al que han sido sometidos. El segundo texto, titulado “Lineamientos para elaborar el Plan de Atención Integral Diferencial (PAID) para los nükak, identificados como wayari muno “gente del Guaviare” y meu muno “gente de la Coronilla”, ubicados en los asentamientos de Agua Bonita y Villa Leonor (sector Barrancón en el Resguardo de El Refugio)”, recopila los antecedentes relevantes en la formulación de políticas públicas para atender a los nükak, describe aspectos socioculturales de este pueblo y presenta los resultados de un proceso de consulta con los nükak de estos asentamientos, en el que se definen las acciones a seguir en las áreas de gobierno, territorio, salud, educación e intercambios y acceso a bienes.
Esperamos que esta publicación contribuya a orientar futuras intervenciones con el pueblo Nükak, atendiendo al reconocimiento pleno como sujetos de derecho, en todos los temas que puedan afectarles, así como también la definición e implementación de políticas públicas que superen la coyuntura y proyecten acciones de mediano y largo plazo, las que contemplen como principio el empoderamiento de los nükak respecto al futuro de su territorio y al manejo de los recursos fiscales. Este reconocimiento es inaplazable.
Notas:
(1) En 1989 se determinó que los nükak hablaban un idioma inteligible con el que hablaban los cacua (ubicados en el Vaupés). Incluso hubo una relocalización de un grupo nükak al poblado cacua de Wacara, en el río Querarí, para que entablaran relaciones, pero los nükak nunca consideraron a los cacua sus aliados y debido a los conflictos presentados se decidió llevarlos de nuevo a su territorio étnico (cf. Reina 1990 y Jackson 1991).
(2) Misionero colombiano de Nuevos Horizontes pionero en el trabajo con los nükak.
(3) Estos son recursos de la Nación que se distribuyen anualmente en las Entidades territoriales, incluyendo los Resguardos, de acuerdo al número de la población.
(4) Directiva No 005 del 18 de Abril de 2006.
(5) Los textos que se presentan en esta publicación fueron ampliados y actualizados con el propósito de presentar un panorama general de la situación actual de los nükak y particularmente de los grupos que se encuentran en situación de desplazamiento forzado. Agradecemos los comentarios de Eduardo Gómez a la versión preliminar.
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