Servindi, 26 de agosto, 2011.- La comunidad indígena de Arroyo Moroti, en el departamento de Itapúa, vive en la más absoluta miseria debido a la deforestación y la desaparición de los recursos. Estos temas son estudiados por Gerónimo Ayala Benítez, el primer indígena mbya guaraní en recibirse de arquitecto en la Universidad Católica de Itapúa (UCI).
Así lo explicó la semana pasada durante la presentación de su tesis de grado titulada “Vivienda para los guaraníes”, que trata sobre la pobreza extrema de las comunidades indígenas de Itapúa, sus causas y posibles vías de solución.
Otro de los problemas abordados en el estudio es la degradación de las tierras de los indígenas y la contaminación de sus arroyos.
Gerónimo Ayala Benítez es de la comunidad Pindó, distrito de Santos Cosme y Damián, y presentó su tesis de grado el pasado viernes, donde además analiza las causas de la extrema pobreza de los indígenas, y de la pérdida de su cultura.
Por ello es que examina a la vivienda guaraní, como centro de mantenimiento de la cultura, donde se desarrolla la transmisión de la cultura.
La tesis rescata algunos aspectos de la sabiduría ancestral de los nativos que se está perdiendo. “El objetivo es rescatar estos valores y materializarlos en viviendas dignas y adecuadas a las tradiciones del pueblo mbya como una forma de mantener esos valores entre las nuevas generaciones”.
Sin embargo, actualmente se observa que los indígenas acorralados por la deforestación y la pérdida de sus recursos, los nativos son empujados a abandonar su tradición de construcción de viviendas.
Los hogares mbya eran diseñados de acuerdo a su visión y su forma de interrelación con su entorno, en estrecha vinculación con la naturaleza, dijo Gerónimo Ayala.
No obstante, el problema no es sólo el déficit de viviendas. El monocultivo es también una cusa de la extrema pobreza debido a que los indígenas se encuentran acorralados por las extensiones de soja, y su hábitat es cada vez más destruido.
Esto no permite al indígena conservar sus tradiciones en cuanto a producción, y debe convertirse en un changador (trabajador ocasional) para sobrevivir, señala Ayala.
Hay comunidades que viven en tierras done ya no existe un solo árbol, y es sabido que el indígena necesita vivir en estrecha relación con el bosque, es otra de las conclusiones a la que se llega.
Para el titulado indígena, el centro del relacionamiento con el mundo está en la naturaleza, y si ésta se destruye, “desaparece su mundo”.
Gerónimo actualmente trabaja como asesor de la Secretaría Nacional de la Vivienda. Al respecto, declaró que “llegar a este objetivo no fue tan difícil, es resultado de un esfuerzo donde el mayor inconveniente que tuve fue superar las necesidad de dónde vivir durante la época de estudiante”.
El trabajo de investigación fue financiado por una beca otorgada por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY). Gerónimo Ayala contó que fue becado desde la secundaria hasta el segundo año de la universidad por la EBY, y por la Universidad Católica desde el segundo año hasta terminar la carrera.
La comunidad Pindó es un asentamiento de indígenas reubicados por la binacional debido a la construcción de la represa de Yacyreta. Actualmente están asentados en las afueras de San Cosme.