Servindi, 27 julio de 2011.- A un día de celebrarse las fiestas patrias del Perú presentamos el video “Vida entre nubes de polvo tóxico” que muestra la realidad del caserío San Antonio de Juprog, impactado por las actividades de la compañía minera Antamina.
Pensamos que la ocasión es propicia para reflexionar sobre las comunidades rurales del país, que también son peruanas y deberían ser respetadas en sus derechos ciudadanos, pero que son avasalladas por empresas lejos de la atención pública.
Las empresas que ocasionan estos daños hablan con elocuencia de responsabilidad social en escenarios virtuales y conferencias de prensa e incluso aspiran a certificados de máxima calidad operativa (Por ejemplo, ISO 1400) a pesar de provocar serias afectaciones a las condiciones de vida de los pobladores del entorno de sus actividades.
Los estudios demuestran que en los suelos existen concentraciones de metales como el cromo, cobre, arsénico, cadmio y plomo por encima de los límites permisibles.
Pero las evidencias no son suficientes para el Fiscal provincial de Huaraz quién decidió archivar la demanda de los comuneros de Juprog, por que no encontró la fuente contaminante. Mientras, la empresa sigue operando sin ninguna responsabilidad en los hechos denunciados.
Los humildes pobladores de Juprog, ubicados en la provincia de Huaraz, región Ancash, piden que la empresa Antamina, antes de pretender alcanzar la certificación internacional ISO 14000, primero atienda las demandas de su población y que los medios de información se hagan eco de sus demandas pues estan extenuados de pedir diálogo sin lograr acuerdos concretos.