Servindi, 31 de mayo, 2011.- El incremento inusual de la temperatura del río Camisea, producido por desagües ricos en materia orgánica, fósforo y nitrógeno, han generado la aparición de cianobacterias que dejan un mal sabor en los peces y que podría causar alergias en la piel y problemas estomacales en la población indígena del Bajo Urubamba.
El reporte de vigilancia de calidad de agua del río Camisea, efectuado en mayo por el Programa de Monitoreo Ambiental Comunitario del Urubamba (PMAC Bajo Urubamba) identificó la presencia de poblaciones de cianobacterias como microcistis y anabaena, especies contaminantes y oportunistas.
El reporte advierte estar atentos a los cambios de las condiciones regulares del río Camisea, sobre todo en la época de verano en que la disminución de su caudal es notoria.
Con el ingreso de materia orgánica -como la que proviene de los sistemas de saneamiento básico de las comunidades-, se presenta el escenario ideal para el inicio de procesos de eutrofización del cuerpo de agua.
El llamado de alerta se originó por los propios indígenas machiguengas de la comunidad de Segakiato que alertaaron sobre el mal sabor de los peces.
Walter Kategari Iratsimeri, vocal de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) y representante del pueblo machiguenga, demandó a las autoridades locales, regionales y nacionales iniciar las investigaciones respectivas para identificar a los responsables de esta situación.
Las comunidades temen que la aparición de bacterias causen alergias en la piel y en los ojos, náuseas, vómitos, dolores abdominales, diarreas, problemas de hígado y debilitamiento muscular, que han sido señaladas como posibles consecuencias de la ingesta de peces de río.
Según información médica, algunas cianobacterias producen toxinas y pueden envenenar a los animales que habitan el mismo ambiente o beben el agua, pues se trata de una gran variedad de géneros y especies. Algunas producen toxinas muy específicas y otras producen un espectro más o menos amplio de tóxicos.
Los géneros más frecuentes implicados en floraciones son Microcystis, Anabaena y Aphanizomenon. Los mecanismos fisiológicos de la intoxicación son variados, con venenos tanto citotóxicos (atacantes de las células), como hepatotóxicos (atacantes del hígado) o neurotóxicos (atacantes del sistema nervioso).