Dr. Horacio Lucero, jefe del Laboratorio de Biología Molecular de la UNNE.
Chaco por Día, 10 de marzo, 2011.- El jefe del Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad Nacional del Nordeste mostró preocupación por el lobby que realizó la multinacional fabricante de pesticidas para instalar el algodón transgénico en el Chaco.
Luego de que se diera a conocer el lobby político y mediático realizado por la multinacional Monsanto para instalar en el Chaco el uso del algodón transgénico Cotton BT, el jefe del Laboratorio de Biología Molecular del Instituto de Medicina Regional dependiente de la Universidad Nacional del Nordeste, Horacio Lucero, mostró su intranquilidad por esta situación, no sólo por la introducción de paquetes tecnológicos de dudoso efectos en el ambiente y las personas sino por los pésimos antecedentes que tiene esta empresa multinacional en todo el mundo.
“Esta noticia es muy poco auspiciosa porque nosotros estamos teniendo las consecuencias en todo el país de lo que es el modelo de la soja transgénica, habida cuenta de que justamente el hecho de que esta manipulación genética haga que las semillas tengan esta resistencia a un herbicida, como es el glifosato, hace que los volúmenes de venta se vean aumentados en forma exponencial”, lamentó Lucero en declaraciones a RADIO CIUDAD.
“La gente que está ligada a esta actividad comienza a utilizar cada vez más productos porque hay una conducta de cualquier ser vivo que hace selección natural y la plaga que no eliminan por medio de estos herbicidas se hacen cada vez más resistentes”, explicó el biólogo.
“Eso va a necesitar campaña tras campaña más volumen de estos plaguicidas, y además se ven cócteles o mezclan con insecticidas como el endosulfán que van a ser retirados próximamente del mercado por el efecto nocivo en la población”, señaló.
Lucero mostró su preocupación también por los antecedentes que tiene esta empresa en todo el mundo. “Hay muchas firmas dedicadas a lo mismo pero Monsanto tiene una gran cantidad de antecedentes a nivel mundial que se tendría que alertar a las autoridades que la conducta de esta empresa es la de un desprecio absoluto sobre la calidad de vida de los pobladores expuestos”, dijo el especialista. “Esto me genera mucha preocupación”, añadió.
El cable
Este miércoles, Página/12 reveló que en un cable filtrado por Wikileaks, la embajada norteamericana dio detalles de cómo Monsanto encaró el lobby político y mediático para instalar el algodón transgénico en la provincia.
El entonces presidente de la sucursal en Argentina de la empresa, Juan Ferreyra, explicó a la embajada estadounidense -en agosto de 2008- que estaba teniendo “buenas conversaciones con productores de algodón para expandir el uso de bt cotton (algodón transgénico) en la provincia del Chaco y cooperar allí”, dice el cable.
“El 12 de agosto Monsanto firmó un acuerdo de cooperación con el gobernador del Chaco. El embajador pudo apoyar esta iniciativa con una nota en la página editorial del principal diario del Chaco y conversaciones con el gobernador ese mismo día. El gobernador Capitanich se mostró muy entusiasmado en trabajar con Monsanto para mejorar y expandir la producción local de algodón”, señala el documento secreto.
En este sentido, Lucero comentó que “está claro que una empresa multinacional que está bregando porque esa tecnología se pueda aprobar no tiene otra connotación que aumentar la producción a partir de la introducción de las semillas de un gen que es resistente a un herbicida. Esto se llama paquete tecnológico que es lo mismo que se utiliza para las otras semillas transgénicas”.
Si bien reconoció no tener mayores detalles sobre los efectos y la conformación genética del Cotton BT, Lucero señaló que es otro producto que seguramente mantendrá el esquema de la soja transgénica. “En principio los modelos son todos iguales”, dijo el especialista.
Y graficó: “El que tutela este producto es una empresa que produce agroquímicos. Esto está de la mano directamente con la venta de plaguicidas por eso se lo llama paquete tecnológico. Uno tiene que comprar la semilla y está obligado a comprar el mismo herbicida para el cual la semilla tiene el gen resistente”.
“El único fin de generar una semilla transgénica es que tenga una modificación genética manipulada en el laboratorio de manera tal que pueda resistir a algún producto agrotóxico. En el caso de la soja es un herbicida y según cuál sea el gen que introducen será el mismo herbicida para las otras semillas que producen”, comentó Lucero. “El único objetivo es aumentar la producción en función de utilizar mayor cantidad de plaguicidas”, abundó.