Servindi, 10 de febrero, 2011.- El cambio climático y la destrucción de algunos ecosistemas ricos en diversidad configuran un escenario donde cada vez más disminuyen los recursos naturales esenciales para la subsistencia de la humanidad. Para la mayoría de especialistas, es urgente conservar y proteger las reservas de agua dulce entre los que figuran los humedales.
El Perú posee en la actualidad 6 millones 582,170 hectáreas de humedales, según datos del ministerio del Ambiente (Minam), que comprende aguajales y pantanos (6 millones 63 mil 551 hectáreas), bofedales (509 mil 381 hectáreas), manglares (5 mil 790) y el humedal costero (3 mil 448 hectáreas).
Valor y potencial
Por sus características, los aguajales son considerados esponjas naturales de agua. Estos ecosistemas se distribuyen en toda la llanura de la selva amazónica y albergan numerosas especies de palmeras como el aguaje, el aguajillo y el huasai que son fuente de alimentos para la fauna silvestre y el hombre. Solo en Iquitos genera empleo para más de 5 mil personas.
Los aguajales constituyen los más grandes almacenes de carbono entre los ecosistemas terrestres amazónicos. Retienen por hectárea hasta 600 toneladas de carbono, convirtiéndose así en ecosistemas importantes para la mitigación del cambio climático.
Otro de los humedales más trascendentes son los bofedales, denominados también “oconales” o “turberas”, que se ubican sobre todo en la región andina, a partir de 3800 msnm, principalmente en la zona sur y la zona central del país.
Los bofedales funcionan como eficientes almacenes naturales de agua y son verdaderos filtros naturales que mejoran la calidad del recurso. Además, son fuente de forraje permanente para la actividad pecuaria altoandina basada principalmente en camélidos sudamericanos y ovinos.
Este ecosistema frágil viene siendo afectado por las actividades antrópicas como son: el sobrepastoreo (pérdida de la calidad del forraje), obras de drenaje para el desarrollo de actividades productivas, construcción de reservorios de agua, construcción de presas, extracción para leña, y otros.
Protección insuficiente
La conservación y gestión de los humedales, se efectúa en el marco de la Convención Ramsar y la Estrategia Nacional para la Conservación de Humedales en el Perú, que data de 1996. Este último, hoy se encuentra en etapa de revisión por el Minam para su actualización.
Pese al marco jurídico, buena parte de los humedales afronta graves amenazas debido al afán de uso inadecuado de la tierra, el sobrepastoreo y el corte intensivo de totorales. Asimismo, está en riesgo por la contaminación minera, industrial, petrolera, agrícola, deforestación, la construcción de carreteras y otras obras de infraestructura como las represas.
En marzo del año pasado, murieron gran cantidad de aves en los humedales de Ite, a 95 kilómetros de Tacna. Luego se supo que la arena de la zona estaba contaminada de minerales, provenientes al parecer de antiguos relaves mineros.
Otra zona altamente vulnerada son las áreas costeras, ejemplo son los Pantanos de Villa cuyas riberas fueron ocupadas por invasiones, en Chorrillos. En ese sentido, hace poco la Municipalidad Metropolitana de Lima suscribió un convenio con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), a fin de que el municipio administre el Refugio de Vida Silvestre Los Pantanos de Villa a través de la Autoridad Municipal de los Pantanos de Villa (Prohvilla).
Asimismo, se sabe que la minería informal de Madre de Dios afecta el sistema de humedales y aguajales de la zona. En el 2009, el investigador y científico de Botanical Research Institute of Texas (BRIT), filial Perú, John Janovec, señaló que si no se tomaban acciones en cinco años el daño podría ser irreversible. En ese entonces, existían campamentos mineros en 25 de los aproximadamente 35 humedales de la zona.
Descarga el mapa de los humedales en Perú:
http://www.minam.gob.pe/tematica/eval-valor-y-financ-del-patrimonio-natu...