AINI, Riberalta, 21 de noviembre de 2010.- El Estudio de factibilidad Técnica, Económica, Financiera - Ambiental y el diseño final del proyecto hidroeléctrico Cachuela Esperanza de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), será presentado en abril del 2011 para luego iniciar el respectivo proceso de consulta a los y las comunarios de la zona.
El proyecto hidroeléctrico forma parte del Complejo Río Madera junto a las hidroeléctricas de San Antonio y Jirao en el Brasil, que ya están en su fase de construcción y están siendo cuestionadas por los impactos negativos sobre los derechos económicos, sociales, culturales, y ambientales de la población aledaña, entre estos de los pueblos indígenas.
El investigador y asesor de comunicación del Centro de Estudio Aplicados a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Víctor Van Oeyen, señala que todos los estudios hasta el momento indican que el proyecto Cachuela Esperanza es económicamente inviable e implica impactos ambientales relativamente más graves que aquellos causados por los las represas de Jirao y San Antonio.
Así mismo, el investigador señaló que dicho proyecto implica inundar una enorme cantidad de bosques entre 400 a 900 km2. Esta inundación generaría la liberación de gases metanos con efecto invernadero 25 veces más dañinos que el dióxido de carbono.
Dicha situación es ocasionada por la abundante vegetación en estado de descomposición, producto de la inundación del territorio afectado, sumado a las altas temperaturas.
“Es necesario debatir alternativas; en el Rio Madera por ejemplo la pesca está disminuyendo; según el Canciller Choquehuanca se prevé que solamente arribará un 4% de peces migratorios a Bolivia a consecuencia de las represas Jirau y San Antonio" sostuvo el investigador.
"Por otro lado, la cantidad de electricidad que necesita Bolivia en esa zona es de 20 megavatios, mientras que el proyecto de Cachuela Esperanza prevé genera 900 megavatios, por lo que no se justifica la construcción de semejante infraestructura para tan poca energía que necesitan los pobladores bolivianos” afirmó Van Oeyen.
Entre las alternativas a considerar el investigador plantea, que en vez de construir una represa se podrían instalar turbinas flotantes en el río que generarían electricidad sin ningún daño para el medio ambiente y para las comunidades indígenas aledañas.
El estudio del proyecto hidroeléctrico Cachuela Esperanza fue encargado a la consultora canadiense Tecsult. En este momento ENDE está completando el estudio, cuyo diseño final recién se conocerá en abril del 2011.