Servindi, 14 de noviembre, 2010.- La reciente campaña Amazonía por la Vida busca evitar que se explote el Bloque 31, ubicado en el corazón del Parque Nacional Yasuní.
La iniciativa hace un llamado a los afiliados en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social para que remitan sendas cartas expresando inconformidad con que se utilicen sus fondos para destinarlos a la explotación petrolera.
El Bloque 31 se encuentra en manos de la estatal Petroamazonas y según algunos estudios, este campo no es comercial, debido a que contiene muy poco crudo, que al igual que el ITT (Ishipingo-Tambococha-Tiputini) es pesado.
Los impulsores de la campaña sostienen que la operación no es rentable, tiene muchos impactos y es una amenaza a la credibilidad de la iniciativa Yasuní ITT.
Asimismo invocan a los asegurados a exigir el derecho a ser consultados en el uso de los fondos de seguridad social.
Invocan también a estar vigilantes para que se cumpla la Constitución.
Invitación a la acción:
Reenvía la siguiente carta expresando tu inconformidad con la explotación del Bloque 31 a las siguientes direcciones:
Ramiro González: [email protected], [email protected]
Con copia a:
Efraín Viera: [email protected]
Campaña Amazonía por la Vida: info@amazoniaaporlavida.org
Señor economista
Ramiro González
Presidente del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social
Ciudad
De mis consideraciones:
Yo, _________________ con C.I. _______________ (afiliado al IESS), en uso de mis derechos y facultades, quiero manifestarle mi total inconformidad con que mis fondos, depositados en el Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social, sean utilizados para la explotación petrolera en el bloque 31, localizado dentro del Parque Nacional Yasuní.
Considero mi derecho y mi deber interponer esta acción de rechazo toda vez que respaldo la iniciativa de no explotación del Yasuní ITT. La explotación de crudo en el Bloque 31 lesiona seriamente esa iniciativa. Además, se estaría dando paso a una actuación fuera del procesamiento jurídico, tal como establece el artículo 407 de la Constitución vigente.
“Se prohíbe la actividad extractiva de recursos no renovables en las áreas protegidas y en zonas declaradas como intangibles, incluida la explotación forestal. Excepcionalmente dichos recursos se podrán explotar a petición fundamentada de la Presidencia de la República y previa declaratoria de interés nacional por parte de la Asamblea Nacional, que, de estimarlo conveniente, podrá convocar a consulta popular.”
El bloque 31 se encuentra en el corazón mismo del Parque Nacional Yasuní. Sus reservas petroleras son escasas y de crudo de baja calidad. Se conoce que la extracción del hidrocarburo en dicho bloque no es rentable, si no se amplían las actividades al campo ITT. Sin embargo los impactos que esta actividad puede provocar son incuantificables. El crudo que se extraería tendrá una gran cantidad de aguas de formación (agua tóxica), en extremo contaminantes, se destruirían bosques, empeorarían las condiciones de salud, seguridad y bienestar en la zona, se ejercería gran presión sobre los territorios indígenas y sobre el bloque vecino, el ITT.
Recuerde, señor presidente, que esa región constituye la zona más biodiversa del planeta, tiene el régimen de conservación más fuerte del mundo: Reserva de la Biosfera, Parque Nacional y Territorio Indígena. Allí se generan gran parte de las nubes que aseguran el agua al territorio nacional, y por si lo anterior fuera poco, es un territorio de tránsito de pueblos en aislamiento voluntario, cuya vida estaría en grave riesgo si se avanza con las actividades petroleras. Las actividades extractivas en el Yasuní deberían iniciar un proceso de abandono y restauración de las zonas afectadas, en lugar de ampliarlas e invadir nuevas áreas.
Los fondos de los afiliados no pueden invertirse en operaciones que supongan altos riesgos tanto en lo económico, como en lo ambiental.
Reitero mi apoyo a la Iniciativa Yasuní-ITT, en tanto, ésta permite proteger el área más biodiversa del mundo, respetar los territorios de los pueblos indígenas particularmente aquellos en aislamiento voluntario, iniciar un camino hacia un Ecuador post petrolero, y enfrentar la crisis climática al impedir que se coloquen en el mercado más petróleo, pues con su consumo se está llevando al planeta a su colapso.
Por lo expuesto le ruego reconsiderar la decisión de invertir en la explotación de petróleo en el Bloque 31. Si a pesar de estas consideraciones se insiste en este empeño, considero que esta decisión demandaría una consulta popular, para resolver la explotación de este campo, y al menos una consulta a los afiliados para utilizar los recursos en esta arriesgada operación petrolera.
Atentamente,
CI.
Afiliado al IESS