Actualidad Ambiental, 22 de octubre, 2010.- En Madre de Dios (ver mapa) la minería informal trabaja extrayendo oro aluvial en piedemontes y llanuras (playas y cauces de ríos). A su paso, estos mineros destruyen bosques y envenena ríos con mercurio.
El problema no es nuevo; data de por lo menos setenta años. Sin embargo, en los últimos veinte años esta actividad se ha industrializado. Tan sólo entre el 1986 y el 2008, y sólo en las microcuencas de los ríos Huepetuhe y Caychive, casi 10 mil hectáreas han pasado de bosque a suelo desnudo.
Hasta marzo del 2009 el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) y el MEM habían entregado 1.592 derechos mineros en Madre de Dios y solo 19 tenían estudios de impacto ambiental aprobados.
Estas fotos corresponden a la zona de Guacamayo, uno de los bastiones más recientes de los mineros informales. Hace algunos días, en Guacamayo, se incautaron 9515 galones de combustible destinado a minería informal
Como muchos mineros de Madre de Dios, doña Francisca Hualla no es oriunda de esta región, sino de Juliaca. Sin embargo, trabaja desde hace más de veinte años en Huepetuhe, una de las zonas de extracción de oro más conocidas del distrito.
Ella extrae oro aluvial en lo que alguna vez fue el lecho de un angosto río. Como ella, se estima que 40 mil personas trabajan en la minería de oro en la región.
Doña Francisca trabajó extrayendo oro de manera artesanal durante muchos años. Sin embargo, tras largas jornadas de trabajo -y con el alza en el precio del oro- ella logró comprar un volquete y un cargador frontal. Ahora, desde hace tres años, ya no lava el oro en carretilla, sino con la ayuda de esta máquina, denominada chute.
Cada mes, doña Francisca lleva una bola de un kilo de oro a una de las cientos de tiendas que comercializan con este mineral en la región. Ella es una de las vendedoras más fieles de esa casa.
El proceso de “requeme” –mediante el cual se separa el oro del mercurio al someter las piedras a fuego intenso- es habitual en tiendas que compran oro en Madre de Dios. El “requeme” es altamente contaminante, tanto para quien realiza la operación como para quien está presente en el proceso.
Tiendas como esta pueden llegar a comprar más de veinte kilos de oro a la semana. Oro que, luego, es transportado a Cusco, donde, de acuerdo a estos negociantes, es esperado con impaciencia por compradores suizos. Curiosamente, el oro que sale del Perú, por esta vía, no paga impuestos.
Para estos negociantes, el contar con personal de seguridad, armado, es más que importante. En zonas como Huepetue se registran elevados índices de delincuencia.
El comercio del oro en Madre de Dios genera también otra clase de negocios: la venta de mercadería adulterada, la explotación laboral y la trata de personas.
“Brenda” nació en Tacna, pero desde hace varios meses trabaja en Huepetuhe.
Tanto “Brenda” como “Xiomara” laboran en uno de los muchos bares, abiertos de día como de noche, para satisfacer los gustos de los mineros con jornadas de trabajo de más de 12 horas.
Desde hace dos años, Boris Melic trabaja como minero en la quebrada Dos de Mayo. Él es uno de los pocos mineros que se considera legal en Madre de Dios.
Boris Melic llegó a Madre de Dios para trabajar en la carretera Interoceánica, pero problemas con sus contratistas ocasionaron que se quede sin trabajo. Así, y tras buscar nuevas posibilidades de trabajo, la extracción de oro parecía ser la opción más rentable.
Melic cumple con las normas exigidas en la extracción de oro. Algunas de estas incluyen, por ejemplo, la reforestación o el tratamiento de los residuos sólidos. Lo malo, sin embargo, es que Boris Melic no tiene información sobre qué reforestar. Además, el servicio de recolección de residuos, más que ineficiente, es inexistente.
El mes pasado, el oro alcanzó un record histórico a nivel internacional, llegando a US$1.274,80 la onza. Esta demandada es la que hace posible que la “fiebre” del oro se intensifique en Madre de Dios.
Pese a los esfuerzos del Ministerio del Ambiente y los operativos encabezados por el Sernanp en áreas protegidas, el desgobierno y la corrupción mantienen su soberanía en Madre de Dios. Frente a ello, instituciones estatales como el Ministerio del Energía y Minas o la Sunat parecen aún no haberse preocupado lo suficiente frente al caso.
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Fuente: Actualidad Ambiental, un servicio informativo de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA): http://www.actualidadambiental.pe/?p=7501#