Agencia Xinhua, 19 de septiembre, 2010.- La pobreza indígena en México persiste al igual que hace 200 años, cuando se gestó la lucha de Independencia, afirmó la socióloga del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputados, Gabriela Ponce.
En 1808, antes del inicio de la Independencia, México (entonces Nueva España) tenía cuatro millones de kilómetros cuadrados y seis millones 122.000 personas, de las cuales 60 por ciento eran indígenas y pobres, afirmó la investigadora.
La sociedad mexicana se transformó con el movimiento, aunque a 200 años, la injusticia social persiste, sobre todo en la población rural, señaló Ponce.
La doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se refirió a la situación social y demográfica en la Nueva España de 1808, cuando era un territorio despoblado y totalmente abandonado social, económica y culturalmente por los regentes.
De los 6,1 millones de personas, más del 60 por ciento vivía en condiciones de miseria.
A mediados del siglo XIX la población aumentó a ocho millones de personas, de las cuales 30 por cientoera indígena, es decir, 30 por ciento menos que en 1808.
La disminución se explica, a decir de la investigadora, por la lucha de Independencia, epidemias y el hambre, sin embargo en 1910 la comunidad indígena se redujo aún más, para ubicarse en tan sólo el 20 por ciento de la población total.
La investigadora dijo que la guerra de Independencia puede considerarse una guerra étnica, un enfrentamiento entre castas, entre criollos y mestizos.
"En cambio, la Revolución Mexicana ya es una guerra de clases: la campesina, el proletariado y la burguesía", explicó.
La independencia ignoró a los indígenas
En aquellos años, previos a la lucha independentista, la socióloga comentó que hubo una desagregación social y económica de los mexicanos.
"No había integración de ningún tipo de las comunidades porque no había buenas comunicaciones y además, los niveles de escolaridad no existían. El 90 por ciento era analfabeta y el resto pertenecía a las clases altas y en ocasiones alfabetos funcionales, porque lo único que sabían era poner su nombre y leer algún recado", dijo.
En esa época había alto, medio y bajo clero. El alto, dijo Ponce, estaba con los peninsulares, en cambio, el medio y bajo clero, al que pertenecían Miguel Hidalgo y José María Morelos simpatizaban con la lucha.
La composición social era injusta, en la Ciudad de México, por ejemplo, de los 115.000 habitantes, el 30 por ciento trabajaba como servidumbre; mientras, en el campo, donde se ubicaba el 90 por ciento de población, vivían indios miserables, que además pagaban tributo a la corona en su calidad de esclavos en las grandes haciendas.
El también investigador de la Cesop, Cornelio Martínez, explicó que los jesuitas, así como los miembros del medio y bajo clero, constituyeron piezas clave en la lucha contra el yugo español, pues la Independencia se logró gracias a la cohesión religiosa, porque fue el cura Hidalgo y luego Morelos quienes hicieron posible el levantamiento.
De acuerdo con los investigadores, y aunque resulte paradójico, el movimiento de Independencia en México terminó de desintegrar a la población indígena, pues no fueron contemplados ni en la Constitución, ni dentro de los planes de progreso nacional, una vez ganada la batalla.
Actualmente los indígenas representan el 10 por ciento de la población total, unos 10 millones de personas la gran mayoría en condiciones de pobreza extrema.
Ponce y Martínez agregaron que en 2006 la desnutrición se elevó a 32 por ciento entre la población indígena.
De cada 100 niños, sólo 24 concluyen la primaria y sólo siete logran matricularse en instituciones medias y de nivel técnico, indicaron al añadir que el promedio de reprobación escolar es de 9,8 por ciento y que 83 por ciento no tiene acceso a servicios de salud.
La ausencia de los elementos básicos del desarrollo al interior de las comunidades indígenas, sin duda representan parte de los desafíos pendientes antes y después de las fiestas del Bicentenario, destacó el economista, Cornelio Martínez.
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Fuente: Agencia Xinhua: http://spanish.china.org.cn/international/txt/2010-09/15/content_20933668.htm