Servindi, 26 de agosto, 2010.- Guisella Evangelisti, autora de “Mariposas rojas” reveló que su primera producción literaria es una novela de amor hacia los pueblos indígenas y al Perú y que el nombre del libro se debe a los hermosos tatuajes que exhiben algunas mujeres asháninkas.
“Es una novela donde hay mucho amor. La defino como una novela de amor a la gente, de amor a la riqueza cultural del Perú y de gran amor hacia la naturaleza, que representa a la madre”.
Entrevista a Guisella Evangelisti Frondarolli
Por Servindi
- Ha fusionado mundos diferentes en su novela pero desarrollados en el espacio y en la vida cotidiana de los pueblos indígenas
Sí, por eso me atrajo mucho la figura de la señora cooperante, porque como hay tan pocas personas que viven en contacto con los pueblos indígenas pensé que valía la pena contar su vida; por ejemplo cómo es vivir en una cabaña, sobre todo para una persona acostumbrada a la vida cómoda, al lujo -no al lujo desenfrenado, sino al estilo europeo- y de cómo fue para ella vivir en una cabaña. En los primeros tiempos no tenía baño, e iba a lavar la ropa en el río. Ella me respondió que estos han sido los años más lindos y más felices de su vida.
Evidentemente había y hay cosas que no son materiales y que son de la misma calidad en relación con la gente. Cuando los indígenas hablan del buen vivir, significa que uno no tenga hambre, que no tenga frío, que tenga las necesidades básicas, pero también implica que se pueda disfrutar del tiempo, de las relaciones, disfrutar de la vida. No sólo es tener cuatro cosas o más objetos.
- ¿En qué época de su vida descubre la vocación de trabajar con los pueblos indígenas?
En la novela te puedo hablar de dos versiones: La persona que inspira la novela y otro, el personaje. Son diferentes, pero son elementos importantes. Entonces, la persona que me ha inspirado la novela, vino por primera vez al Perú en los años 70' para hacer una investigación de antropología. Fue a la sierra y se quedó realmente pasmada por las condiciones en las que estos niños de la sierra iban a escuela.
Funcionaba el discurso "la letra con sangre entra", las escuelas era pésimas, la relación con sus padres eran muy sufrida, muy sacrificada, muchas veces eran peones de la hacienda. Era una época prácticamente medieval.
Estoy hablando de la época de Velasco. Entonces, ella se quedó impresionada de estas condiciones y siempre -aunque regresando a Alemania- le quedó un recuerdo muy profundo y después la situación de su vida, la ruptura del matrimonio, etc., la puso de nuevo en condiciones de escoger dónde quería ir, dónde quería hacer algo con sentido y sintió que regresar al Perú, donde se había sentido tan cercana a la gente, podría ser una opción para ella y fue así. Y de hecho, ella nunca ha abandonado al Perú.
- ¿Es una novela que recoge hechos reales?
Bueno, los hechos reales en realidad se refieren a los hechos históricos, como he explicado antes. Es una novela y no una biografía y es muy importante subrayarlo porque una biografía es diferente. Una biografía trata de una persona, habla y documenta todos los hechos.
En este caso, la figura de la señora cooperante cuya trayectoria admiramos es una figura más universal. Lo he querido así, porque puede inspirar a muchas mujeres a superar sus problemas sentimentales, a superar su propia tranquilidad y abrirse a un amor más amplio. Y para esto no es necesario que todos elijan vivir en cabañas, pero sí es necesario abrirse al otro, el otro que puede ser, simplemente mirar y entender al niño de 7 años que te está vendiendo caramelos en la noche. Entonces, interrogarse por qué esta niña, qué cosa está queriendo, qué puedo hacer yo por esta niña, entonces ser un ciudadano más consciente. No necesariamente se debe ir a vivir en situaciones extremas.
- Ha escrito cuentos pero esta es su mayor producción dentro de su trayectoria como escritora
Es una novela más compleja, no sólo porque tiene 445 páginas y es extensa sino porque habla de diferentes pueblos, habla de los asháninka, de los machiguenga, de los haramtbutk y de los yaminahua. Pero habla, creo y espero, no de forma pesada sino más bien didáctica, habla de una forma muy humana. Entonces, son los mismos indígenas que cuentan a veces su historia sobre cómo vivían antes, cómo viven ahora y cuáles son sus problemas, cuenta sus sueños.
Estas son historias reales que yo he recogido, historias reales de gente real, por eso quisiera repetirlo a los peruanos para que conozcan qué variedad de gente interesante que tenemos, desde camioneros que viajan a los andes, hasta la señora que vende salchipapas en la esquina y viene de un cerro de Lima y que lleva sacrificándose muchísimos años para que sus hijos sean profesionales. El chamán Pablo Maringo que ha sido una grandísima persona, personalmente lo he conocido y ha sido un encuentro muy enriquecedor. Entonces, presento un Perú profundo de gente amorosa, magnífica, tenaz, luchadora. Este es un Perú que quiero rescatar, para que la gente se reconozca en sus cosas bonitas, no sólo en la corrupción sino reconocerse en este valor de las mamitas, el valor del camionero, del chamán, del curandero. Además del personaje principal que también es una historia de una mujer que se abre y evoluciona.
- ¿Su novela es etnográfica, costumbrista?
Yo no sé qué cosa es (risas) Estos géneros siempre reducen. Es una novela donde hay gran amor. Defino como una novela de amor a la gente, de amor a la riqueza cultural del Perú y de gran amor para la naturaleza y la naturaleza que es madre. Nosotros tenemos que reconocerla como pueblos andinos y amazónicos. Es una novela de amor.
- ¿Cuál es su método al escribir? ¿Cómo ordenó un material tan extenso?
Imagínate que lo corté porque hice una primera versión de 750 páginas. Se han quedado muchísimas historias. Por ejemplo, la historia de Sarita Colonia, me conmovió mucho conocer la historia de esta mujer. He tenido que reducirla porque no se puede decir todo.
¿Cómo lo hice?, primero tomé una figura como un hilo conductor, esa es la figura de Marianna y a través de la evolución de su vida, entonces es una mujer que llena, prácticamente en la novela se entiende que se da en la última época de la vida.
Claro que hay mucho espacio que contar porque está Europa, la guerra mundial y tantas cosas que han pasado. El feminismo, la revolución, la globalización, el cambio climático. Hay casos como siglos de vida entonces hay miles de historias que contar. No solo esto, también la historia del Perú pero hay que ordenarlo.
La primera parte lo hice con simples asociaciones de ideas. Una mujer que está frente a una metralleta que en 10 minutos podría estar muerta. En ese momento ve un caracol que pasa frente a sus pies y recuerda una buhardilla donde vivía y van apareciendo una serie de remembranzas. Las primeras trescientas páginas de recuerdos son asociaciones.
En cambio la segunda parte son cartas de amigos, son crónicas que parten de recortes de diarios, donde se cuentan los eventos más importantes de Perú, la marcha de los cuatro suyos; el shock económico de Fujimori, tantas cosas que hemos vivido en estos últimos veinte años y que ella cuenta la historia a otros amigos, entonces puede ser una carta a una hija o a una amiga, hay varias formas.
Creo que lo mejor para cuando se habla de los pueblos indígenas es hablar por testimonios directos. En el caso de los asháninkas está el testimonio de la cooperante y de otros que yo misma recogí y esos testimonios están ahí. Yo simplemente les doy el micrófono y les dejo hablar para que el lector sienta qué cosa transmite. Y no se quiere juzgar ni dar recetas sino creo que los pueblos indígenas están haciendo un gran camino, un camino difícil pero que es muy importante apoyarlo.
- ¿Por qué mariposas rojas?
Mariposas rojas son los tatuajes que llevan algunas mujeres asháninkas. La mayoría utiliza puntos pero otras se tatúan mariposas rojas que son muy lindas, y que le dan un tipo de belleza muy particular.
- ¿Ha sentido alguna influencia de otros autores?
Más que influencia he sentido el ejemplo de los autores como García Márquez, he leído en su biografía que dice haber escrito siete veces la Crónica de una muerte anunciada. Esta es una clase, una lección de humildad. Yo sé que la primera versión de un libro nunca es la mejor. Es la base, después hay que ver cómo estructurar mejor.
La primera versión yo la había hecho contando sobre ella de niña, digamos como una vida un poco más tradicional. La segunda versión, la mujer frente a la metralleta, que no se sabe si morirá o no. Claro, cambia de estructura a lo mejor si lo pongo cinco años más, tal vez, es un tema de mucha paciencia, de mucho tiempo pasado.
Es panorámica, incluye historia del Perú y de Europa, es una historia bastante amplia.
Después de haber escrito un libro, sé lo que hay detrás. Primero un acto de amor hacia los lectores y un deseo de decir algo, el amor a la naturaleza y el amor a la gente. No te imaginas lo que representa para mí que los jóvenes puedan recibir esto. Prefiero que diez soles beneficien a un chico que generar ganancias.
- ¿Cómo crea a sus personajes?
Todos los días vemos personas que se vuelven personajes porque a alguien se le ocurre describirlas. Me ha pasado, por ejemplo, con algunas inmigrantes peruanas en Barcelona noche donde ahora vivo. He conocido una chica con una historia increíble. La escribí una noche. Al día siguiente, cuando me dijo “ay, mi historia tendría que ser escrita”, yo le dije “aquí está, si quieres léela”. “Cómo, pero yo soy tan así, tan interesante ”, exclamaba, y yo le decía “eres tan interesante y mucho más, sólo que tú no lo sabes”. A mí me encantan las aventuras de las personas, primero tienen valor de a lo mejor cambiar el país y abrirse al otro.
Con frecuencia nos ponemos en contacto con gente absolutamente diferente a nosotros y queda en nosotros ver qué cosa podemos intercambiar y qué cosa podemos dar. Esto es la interculturalidad, esta figura del migrante y que es a la vez cooperante a mí me estimula mucho y de la cual se puede aprender mucho.
He viajado sola por trabajo mucho tiempo, he viajado en camión, en canoa, en avión, hasta en carro de buey y en buses destartalados.
Cuando viajas sola, le preguntas a la mamita y le invitas y la señora te cuenta sus cosas y descubres historias increíbles. Baja de la sierra, duerme en la vereda y vende su papa. Quiero rescatar lo que me ha dicho la viejita asháninka que me ha hecho pensar muchísimo.
- ¿Sabe asháninka?
No, sé veinte palabras pero la protagonista sí sabe, además del alemán, inglés y francés que es su base y después aprendió asháninka, quechua y otras lenguas.
Tras la publicación, una mujer me dijo, “señora la felicito porque empecé a leer su libro y no podía parar de leerlo”, estas son satisfacciones por todas las noches pasadas en vela y de de decir qué locura estoy haciendo. ¡Qué sentido tiene la vida si no se hace locuras!