05 de abril de 2010.- Presentamos un artículo elaborado por la Comisión de Pastoral Social y Derechos Humanos del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, bajo responsabilidad del Padre Xavier Arbex de Morsier que a pesar de haber sido escrito en junio de 2006 conserva actualidad e interés.
Las aguas de la región Madre de Dios ¿Vida o muerte?
Por Padre Xavier Arbex de Morsier
Introducción
Que la llamemos “Dios” o “Naturaleza” o “Vida”, todos los seres humanos reconocen una Fuerza Superior que rige el universo con reglas que la ciencia descubre cada vez mejor. Pero la ciencia descubre también que, cada vez mas, el ser humano destruye estas reglas en vez de contribuir a la Obra del Creador. La regla principal es que la muerte de una generación permite la vida de la siguiente, pero estamos haciendo que la vida de nuestra generación cause la muerte de la siguiente.
Una de las reglas es el ciclo del agua, el elemento vital. Y nosotros en la región Madre de Dios estamos destruyendo este ciclo, por eso nuestra Iglesia católica, a través de su Comisión de Pastoral Social y DDHH siente como un deber profético lanzar un gran grito de alarma.
En efecto, cualquiera que mira la imagen satélite de la parte sur oriental del Perú se percatará de una inmensa herida blanca en medio de la cobertura verde de la selva. Se trata de una zona de unos diez mil kilómetros cuadrados totalmente contaminados por la actividad minera aurífera.
Las cifras del desastre:
Donde hace unos cuarenta años corrían aguas cristalinas por las quebradas de las nacientes de los grandes ríos Madre de Dios e Inambari, hoy días son inmensas pampas de lamas, lodo y enormes taludes de cascajo producidos por 550 maquinas pesadas, (entre cargadores frontales, retroexcavadoras y volquetes), mas unos 800 a 1,000 motores para las ‘chupaderas” y unas 150 dragas de distintos tamaños.
A eso hay que añadir un número imposible de conocer de mineros artesanales.
Donde hace unos diez años se tomaba aguas de manantial, ahora se toma agua en botellas... Y cada año nuevas quebradas son afectadas por la minería, desapareciendo la fauna y flora acuática, llevando a los ríos una tal cantidad de materiales de relave que la luz no puede penetrar hasta sus profundidades.
Otra fuente de contaminación de las aguas: el combustible. A diario entran 50 camiones cisternas de unos 3,000 a 4,000 galones de combustible cada uno. Lo que viene a ser unas emanaciones de gases en la atmósfera correspondiendo a mas de 175,000 galones quemados por día (similar al consumo de toda una ciudad como la del Cuzco) y unos 1,500 litros de aceite derramados diariamente en el suelo para ser llevados a los ríos por las lluvias.
¿Y para cuanta cantidad de oro? El año 2,005 los mineros declararon 15 toneladas de producción. Pero como se sabe que el 40% no es declarado la producción anual habría sido de 25 toneladas. Como este año el oro a pasado de 42 so1es/grano a 62 soles/gramo todo deja suponer que vamos a pasar de las 35 toneladas de producción.
Esto representa más de dos mil millones de soles de los cuales solo 23 millones de soles quedarían como ingresos para los gobiernos locales y eso todavía si se cumple la recaudación fiscal.
Aguas envenenadas:
El mercurio, o azogue, se utiliza para amalgamar el oro. Se necesita dos gramos de mercurio por un gramo de oro. Lo que hace que este año se utilizarán 70 toneladas de este metal sumamente peligroso que se evaporará en el aire para recaer en microscópicas gotas alrededor de donde se ha realizado el fogueo del oro. Todos los alrededores serán entonces cubiertos de una película invisible de mercurio que será tocada por los niños que gatean, por las manos de los que se apoyan, por los animales que laman. Cada año esta situación empeora y no se miden las consecuencias sobre el sistema nervioso y respiratorio de los que viven en los centros mineros. Pero eso no es - todo, las lluvias llevan este mercurio a los ríos y este se va depositando en el fondo de los cauces. Es absorbido por los peces y si el pez come otro pez entonces se produce metilmercurio, un veneno mortal para el que, a su vez, coma este pescado. En esto también no se sabe cuantas enfermedades y decesos han sido producidos por este fenómeno. Nunca los médicos se han preguntado el origen de tantas enfermedades respiratorias y nerviosas porque son enfermedades clásicas y no se hacen comparaciones en las estadísticas.
La acelerada erosión:
Las “chupaderas” son constituidas por motobombas de gran calibre que succionan el material derrumbado por los chorros de alta presión que carcomen las laderas de los ríos o cochas, para después verterlo en las tolvas. El resultado es una erosión acelerada y una devastación del bosque primario. Aunque estos motores son los equivalentes a los de los camiones de alto tonelaje. son relativamente fáciles de transportar y es así que ríos hasta ahora fuera de las zonas mineras habituales son atacados por esta depredación salvaje.
Las condiciones sociales:
Si es verdad que esta minería da trabajo directo a unas 15 mil personas e, indirectamente a otro tanto, hay que ver en que condiciones... Día y noche en el lodo con la constante amenaza de ser sepultados y abandonados bajo tierra, ya que para sus patrones sencillamente estos peones no existen en ningún registro, ni menos en planillas. Los campamentos son hechos de carpas de plástico azul que no ofrecen ninguna protección frente a las tormentas tropicales. La comida no es balanceada, solo “llena” sin alimentar verdaderamente. Las mujeres cocineras de los campamentos y sus jóvenes ayudantes son expuestas a las pulsiones sexuales de hombres borrachos y privados durante meses de sus parejas habituales. Si aparecen embarazadas son despedidas fríamente o abortadas en los pueblos mineros con las condiciones de higiene que uno se puede imaginar. Como no se les da lo suficiente para regresar a sus pueblos, ellas terminan en la prostitución.
¿Y las autoridades?
El problema del agua toca a casi todos los sectores de la administración. Cada una de ellas tiene sus leyes y reglamentos al respeto. Pero veamos lo que pasa.
El Ministerio de Energía y Minas tiene que hacer cumplir las normas de la DGAAE y hacer respetar su catastro para evitar las explotaciones mineras “salvajes”. No lo cumple porque dice ser limitado por falta de personal y de presupuesto.
El Ministerio de Salud debería estudiar y controlar las emanaciones toxicas del mercurio y sus efectos sobre las personas. No pone empeño. No es de sus prioridades.
El Ministerio de Trabajo debería controlar las condiciones laborales y los contratos. Lo ha intentado poniendo una oficina descentralizada en Huaypethue pero no sirvió de nada.
Las ONG ambientalistas (tan influyentes en cuestiones de madera, fauna biodiversidad, etnias nativas) deberían exigir el cumplimiento de las normas internacionales no entran casi nunca el las cuestiones mineras.
La Marina de Guerra debería controlar la “Franca Fiscal” (50 m. a cada lado de los ríos), los permisos de navegación, de transporte de sustancias tóxicas, los permisos para dragado no intervienen prácticamente nunca en la zona minera.
El Ministerio del Interior (por no decir PNP, Prefectura, Subprefectura) debería vigilar al respeto del orden interno, de la seguridad ciudadana, investigar la desaparición de personas. Su presencia en la minería es limitada a las comisarías de las capitales de distritos y no intervienen nunca para la prevención del delito.
El Ministerio de Educación: ¿Porque el departamento tiene el mas bajo nivel de rendimiento escolar y de varios coeficientes a nivel nacional? Los estudios recientes demuestran que el mercurio afecta a madres gestantes y pasa por el cordón umbilical a sus hijos, el daño que produce es a nivel cerebral.
La minería aurífera ES LA VACA SAGRADA, nadie la puede tocar, nadie dice nada, tanto en las grandes minas como Yanacocha, como en las explotaciones menores, pero múltiples, como las que tenemos en el Madre de Dios. Hay muchas leyes y medidas pero no hay voluntad por preservar el medio ambiente, solo interesa que vengan las inversiones en minería y hidrocarburos y sus resultados económicos.
¿Soluciones?
Es evidente que esta forma de extracción es nociva para todo y todos PERO ES IMPENSABLE SUPRIMIRLA, entonces hay que buscar formas de mitigar sus efectos:
Estas medidas son las siguientes:
1. Mandar un batallón de “inspectores refogadores” encargados de utilizar el mercurio en los campamentos mineros. Ellos, y ellos solamente, manejarían el mercurio con sus retortas de recuperación. Pasarían una vez por semana en cada campamento, acompañados de agentes de seguridad armados, para “refogar” el oro e inspeccionar si se cumplen las reglas elementales de lucha contra la contaminación.
Por supuesto no comprarían el oro el cual se queda con el minero para que sea él mismo quien lo comercialice. El minero tendría la ventaja de no tener que ir a comprar y transportar el mercurio (el mercurio recuperado le costaría la cuarta parte y el “refogueo” le sale gratis, además que no seguirá contaminándose ni el mismo, ni los que viven y trabajan con él).
2. Limitar las concesiones mineras al territorio señalado para este uso por la Zonificación Ecológica Económica, prohibiendo su expansión “salvaje” a otras zonas. Al hacer esto se estará respetando las fuentes de producción de agua: los manantes, que le servirán tanto para la propia minería-lavado de material, como para la agricultura, la pesca y por supuesto el consumo humano directo.
3. Monitorear continuamente la calidad del agua de los ríos y las enfermedades de los mineros. Puesto que el mercurio es acumulado lentamente en sistema nervioso, hígado, riñones, corazón, sus efectos graves se ven con el tiempo y sus síntomas se confunden con otras enfermedades, el minero y los que viven-trabajan con él, son los primeros afectados. El minero no solamente es el causante de un mal, sino también la principal víctima de su propia actividad.
4. Distribuir folletos de información sobre la forma de evitar contaminaciones por los cambios de aceite de los motores, recuperación de los desperdicios sólidos etc. Tener en los centros mineros unas “Casas del Minero” donde se informa y da facilidades.
El cuidado de las contaminaciones con combustibles y lubricantes no atañe únicamente a mineros sino a todos los transportistas fluviales de los ríos de Madre de Dios, sea lo que sea que transporten: oro, madera, castaña, pasajeros, turistas o insumos para estas actividades. Y la contaminación de este tipo arroja hidrocarburos que son todos cancerigenos o carcinogénicos y/o contienen metales pesados como plomo y cadmio que le siguen a la saga del mercurio en cuanto a su toxicidad.
5. Exigir que los comerciantes coloquen obligatoriamente filtros de partículas a los sistemas de escape de gases de los motores diesel que venden.
6. Empadronar a los mineros en forma asociativa y exigir que cada campamento tenga al día la lista de sus obreros y cocineras con la dirección de sus familiares. Para el efectivo respeto de sus derechos laborales, de la salvaguarda de sus condiciones dignas de vida y de respeto por sus derechos humanos. Para evitar la desaparición de seres humanos, su trafico y esclavitud laboral o sexual.
7. Controlar mejor la recaudación de los impuestos (canon). Estableciendo sistemas de vigilancia ciudadana a todo nivel para evitar la otra, peligrosa, corrosiva y sutil forma de contaminación: la corrupción.
Pero estas medidas cuestan....
Por eso lo primero que se debe hacer es agregar un “impuesto ambiental” sobre el combustible, aplicando el lema “quien contamina paga”. Si se aumenta el combustible en un 2%, (vale decir en unos veinte centavos por galán), solo en los sitios de ingreso a la minería, se recaudaría mas de un millón de soles mensualmente.
Con estos fondos se puede.
Estas medidas no son tan difíciles de aplicar si cada ministerio pone de su parte. Pero es evidente que habría que romper con esta tradición de “tierra de nadie” y de “pacto con el diablo” que rige en las zonas mineras del oro.
Todos ganarían. El minero en mejor salud, respeto y apoyo a su trabajo y los gobiernos locales en una mayor recaudación de impuestos a favor de las apremiantes necesidades de nuestro pueblo: salud, educación, atención a desposeídos: ancianos, niños abandonados, madres solteras, enfermos mentales, etc.... de los mineros entre otros.
En la fiesta de San Juan Bautista, 24 de Junio de 2006.