Por Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro)
La reciente rebaja o eliminación de aranceles dispuesta por el gobierno, afecta en forma directa al sector agropecuario, que lo deja sin piso o debilita a la franja de precios, ya que muchos de los productos en franja están llevando su arancel a 0%.
No olvidemos que por la aplicación de la franja de precios, el maíz amarillo, los lácteos y el arroz no pagan aranceles ahora. Sin embargo han reducido a 0% su arancel, que ya estaba en 0% por las franjas.
Esta rebaja afecta los procesos de negociación comercial del Perú, como es el caso con México que ya no quieren negociar.
También afecta a las negociaciones con China, con la Unión Europea, entre otros.
Es decir muchos países van perdiendo el interés en negociar con el Perú, pues ya no tienen qué tratar para entrar a nuestro mercado libre del pago de aranceles. Mientras que Perú sí tiene que pagar altos aranceles para entrar a esos mercados.
Miremos a nuestros vecinos de Chile, donde a pesar de tener más de 30 acuerdos de libre comercio, a la fecha mantiene un arancel uniforme de 6% y este nivel lo viene negociando con todo el mundo, excepto sus productos bajo franja de precios que tienen aranceles más allá de 90% (azúcar).
Es decir son coherentes en su política y lo más importante, al menos tiene algo que ofrecer en sus negociaciones aun cuando su arancel efectivo esté en 2% por los diversos acuerdos suscritos con casi todos sus socios comerciales.
En el Perú se piensa que con esta medida de rebajas arancelarias vamos combatir la inflación. Primero que analicen qué porcentaje de la estructura del costo de las importaciones tiene que ver con el arancel y verán que este es marginal y que no tiene mayor incidencia en el costo de las importaciones.
En el plano de los precios, históricamente este tipo de medidas no ha servido para nivelar, controlar ni bajar precios de alimentos.
Al contrario, como en el caso del trigo, luego de la baja de aranceles, el pan y los fideos so más caros que hace nueve meses, cuando se dictó la baja de aranceles.
Los consumidores seguimos pagando alimentos más caros y los recursos que el fisco deja de captar por los aranceles, se trasladan libres, como premio, a las grandes empresas importadoras y comercializadoras de alimentos importados.
Los ganadores de este tipo de medidas son los mismos. Los pocos grandes.
Fuente: Conveagro