Por Guillermo Reaño
Revista Viajeros, 27 de enero de 2008. Mientras la prensa tradicional y la opinión pública se solaza comentando el pedido formal del Estado peruano para que la controversia marítima con Chile se dirima en la Corte Internacional de La Haya, nadie, o muy pocos, han dicho algo con respecto a otro proceso histórico que se va a llevar a cabo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Como lo hemos comentado en esta revista virtual, la Federación Nativa de Comunidades Cacataibo (FENACOCA) presentó una medida cautelar ante este organismo para que se le exija al Estado peruano dejar sin efecto los permisos de exploración sísmica en los territorios que se han definido como parte integrante de las reservas territoriales para los cacataibos en aislamiento voluntario.
El tema de los cacataibos es complejo, por ello es que nos reunimos con Richard Smith, Margarita Benavides y Carlos Soria, del Instituto del Bien Común (IBC), para conversar sobre las implicancias que tiene para el movimiento indígena y ambiental la lucha por los derechos de los cacataibos en asilamiento voluntario.
En febrero la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) deberá pronunciarse y, como se sabe, lo que diga deberá ser acatado por el Estado peruano.
- El IBC ha venido realizando constantes investigaciones en territorio cacataibo; sin embargo, existen posiciones que niegan (o por lo menos contradicen) las afirmaciones suyas sobre la presencia de indígenas cacataibos en aislamiento voluntario. ¿Es cierto que en algunas comunidades se vienen produciendo encuentros entre asentados y aislados, por llamarlos de alguna manera?
Margarita Benavides: En los territorios de las comunidades tituladas se producen constantemente encuentros entre pobladores locales e indígenas en aislamiento. Existe, evidentemente, un protocolo implícito entre unos y otros para coexistir pacíficamente. Por lo general los indígenas el asilamiento voluntario se roban las gallinas e ingresan a los cultivos de yuca para llevarse algunos productos.
- Al margen de la creación de las reservas territoriales que la FENACOCA ha exigido al Estado peruano, ¿cuál es la posición del IBC sobre estas poblaciones en aislamiento?
Margarita Benavides: Para nosotros es necesario que se respete el derecho de estos pueblos a elegir el modo en que se van a vincular con la sociedad que los está cercando. En el área de nuestra intervención, sobre todo en la zona sur, existe una presión muy grande de colonos que están ingresando desde el Codo del Pozuzo. Nosotros hemos hecho un sobrevuelo en octubre del año pasado que indica que la colonización avanza inconteniblemente. En las imágenes que tenemos del área del 2005 todavía no había indicios claros de esta arremetida colonizadora
- En este contexto de colonización desenfrenada a la que Uds. hacen referencia, es evidente que las operaciones petroleras están aumentando la presión sobre las poblaciones de indígenas en aislamiento. ¿Es irreconciliable la presencia de estas poblaciones con las operaciones del llamado lote 107?
Margarita Benavides: No es incompatible en todas las áreas; sin embargo, hay zonas donde la exploración sísmica y otras actividades asociadas a la operación petrolera pueden atentar directamente sobre estas poblaciones.
- ¿Cómo se trabaja en este tipo de operación petrolera?
Carlos Soria: Primero se realiza un sobrevuelo en banda para hacer mediciones gravimétricas y electromagnéticas. Ese sobrevuelo no requiere autorización, tampoco de un estudio de impacto ambiental; en principio, porque no se está ingresando a territorio físico de nadie.
- Los sobre vuelos generan estrés entre las poblaciones asentadas en estas zonas
Carlos Soria: Depende de la altura y frecuencia. El sobre vuelo del que estamos hablando se produce a cien metros de altura
- ¿Qué sigue después?
Carlos Soria: Después viene la colocación de las líneas de exploración sísmica. Una primera cuadrilla realiza el desbroce o la apertura de la línea. Una segunda cuadrilla instala los explosivos. Se trata de cargas de cuatro a siete kilos de dinamita colocadas a quince metros de profundidad. Una tercera cuadrilla detona la carga y registra el movimiento. Una cuarta se ocupa de la revegetación para cerrar el área.
- Impresionante, qué bulla¿Ustedes se oponen a que se intervenga el área?
Margarita Benavides: No, no nos oponemos a que haya exploración donde las comunidades lo permitan. Nos oponemos a las operaciones en las zonas donde hemos constatado presencia de aislados.
- ¿Digamos que están actuando, si seguimos el razonamiento del presidente Alan García, como perros del hortelano?
Richard Smith: No, no, apenas somos unos pitbuls (risas)
- ¿Están de acuerdo que las comunidades autoricen el ingreso de las compañías petroleras en el área?
Richard Smith: Siempre y cuando se contemplen los impactos que va a tener dicho ingreso. En las áreas de las comunidades donde hay evidencias de la presencia de indígenas en aislamiento voluntario, definitivamente no se debe ingresar.
- Ahora, siguiendo la lógica de la operación que están describiendo, ¿podría ocurrir que la compañía, luego de sus exploraciones sísmicas de rigor, no encuentre petróleo y se retire?
Richard Smith: Sí, podría ocurrir
Margarita Benavides: Debo añadir que los informes indican que la exploración sísmica puede tener más impactos negativos que la propia explotación. Por los explosivos, la cantidad de gente que entra y la cantidad de residuos que dejan. Se trata de una intervención que en sí ya es muy dañina.
- ¿Quiénes son los dueños de Petrolífera, se trata de una compañía seria?
Richard Smith: Se trata de una empresa pequeña, que tiene una sola actividad de extracción en Argentina. Tanto en Colombia como en el Perú recién está en la fase de exploración.
- ¿O sea, al igual que con las mineras de poco peso específico, se trataría de una empresa que está buscando petróleo para luego vender a una operadora mayor?
Richard Smith: Sí, podría ser. Por lo general estamos hablando de una empresa pequeña cuyos propietarios en Canadá contratan a un gerente peruano que a su vez subcontrata a diferentes operadores para que les proporcione el estudio de factibilidad o el de manejo comunitario. No nos queda ninguna duda que estamos tratando con empresas que no nos garantizan operaciones profesionales de treinta o cuarenta años de duración.
- ¿Se habla de Petrolífera en las comunidades?
Richard Smith: Sí, ya han hecho reuniones en las comunidades, han hecho también talleres en torno al Estudio de Impacto Ambiental.
- ¿Ustedes lo han revisado?
Carlos Soria: Sí y hemos observado algunos procedimientos.
- ¿Y les hicieron caso?
Carlos Soria: Eso queremos pensar. Se trata de un procedimiento muy rápido y lleno de formalismos. Se plantean las observaciones y la otra parte, en este caso los representantes de Petrolífera, se comprometen a resolverlo.
- ¿Cuál es la posición de FENACOCA?
Richard Smith: La posición de FENACOCA siempre ha sido la de crear las reservas de protección y en el actual contexto quiere que las áreas donde se encuentran los aislados tengan un tratamiento especial por parte de Petrolífera.
- ¿Qué institución del Estado está observando que se respeten los procedimientos existentes en cuanto a la operación petrolera se refiere?
Carlos Soria: Ninguno. En asuntos ambientales no existe cautela.
- ¿Y la Dirección General de Hidrocarburos?
Carlos Soria: Están en otros temas
Richard Smith: Petrolífera ha creado un programa de monitoreo comunitario local que está a cargo de Iván Brehaut. Se supone que a través de este mecanismo se superarán los problemas que se susciten.
- ¿Cuál es la posición del Gobierno Regional de Ucayali?
Carlos Soria: Son cuatro los gobiernos regionales que tienen ingerencia en el problema cacataibo. Pasco es con quien más hemos conversado. Ellos tienen copia de todos nuestros documentos. En un primer momento se oponían a la explotación petrolera en territorios de los aislados pero luego han comprendido que el petróleo puede ser una buena oportunidad. Están viendo qué beneficios obtienen de la situación.
- La lógica de los que se oponen a la creación de las reservas que están exigiendo insisten en que se está inventando un indígena no contactado para impedir el desarrollo real de la zona
Richar Smith: Sí, eso aparece en el discurso de Alan del 2007, pero lo venimos escuchando desde el 2005 en los trabajos del antropólogo Carlos Mora. No hay que olvidar que su estudio en contra de los que venimos trabajando en la construcción de las reservas territoriales es de ese año
- Bueno, entremos al tema del debate con Carlos Mora y Luis López. Para ellos el estudio de Uds. no arroja pruebas suficientes sobre la existencia de los cacataibos en aislamiento voluntario.
Carlos Soria: Para Carlos Mora el estudio carece de rigurosidad, pero ese no puede ser el punto central. El estudio es un alcance, un estímulo que nosotros le presentamos a la autoridad para convencerlos de la necesidad de mirar el problema.
- ¿El estudio no es un expediente técnico?
Carlos Soria: Así es. Nosotros solo presentamos una solicitud con un poco de datos para que el Estado complemente la investigación. Y no lo tienen que hacer Perú Petro, lo tiene que hacer el Indepa. O en todo caso el Inrena que tiene jurisdicción sobre el área.
- ¿Lo de ustedes no es un expediente técnico?
Carlos Soria: Nosotros pedimos una solicitud al Estado para que se creen las dos reservas territoriales de las que venimos hablando. En esa propuesta presentamos una serie de testimonios sobre la presencia de indígenas cacataibos en aislamiento voluntario que indicaban la necesidad de que el Estado los proteja.
La ley indica que a partir de esa solicitud la autoridad competente debe atender el pedio y complementar la información. Sin embargo no se ha hecho nada. Nuestra solicitud ingresó en el 2005, la hemos reiterado en el 2006 ante Indepa (así lo define la ley) y no se ha hecho nada.
- Digamos que la respuesta del Estado ha sido la autorización de operar en el Lote 107
Richard Smith: Sí
- ¿Con ello, la propuesta de Uds. nació muerta?
Carlos Soria: En realidad hay que ver las respuestas del Estado, porque el Estado, para el caso, no actúa como uno solo. Una primera respuesta es la que nos dio el Inrena cuando se creo la Zona de Protección Estricta en Cordillera Azul.
- Esa fue una respuesta positiva
Carlos Soria: Así es. La segunda respuesta positiva vino a colación de la opinión favorable de Indepa (Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuano) a un pedido del Ministerio de Energía y Minas sobre la existencia o no de estas poblaciones. Después vino la opinión de Defensoría del Pueblo que en su informe 101 recomienda resolver el proceso pendiente a favor de la oficialización de los indígenas cacataibos en aislamiento voluntario.
- Entonces, ¿qué es lo que ha ocurrido?
Carlos Soria: Lo que sucede ahora es que el gobierno de Alan García le ha dado autoridad a Perú Petro para que maneje el tema ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otros espacios. A la Comisión Interamericana debió ir el Indepa o Inrena, no Perú Petro llevando a César Sarasara para que dramatice sobre las maravillas del contacto.
- Increíble, ¿no?
Richard Smith: En el fondo al gobierno le importa un carajo el tema indígena. Si nos oponemos al petróleo nos convertimos de inmediato en el perro del hortelano.
----
Fuente: Revista Viajeros online