A medida que avanza el desarrollo del VII Congreso de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), que se realiza en Ibagué surgen nuevos retos para la organización indígena.
Diversos temas se discuten en las diferentes mesas de trabajo; el día de hoy cada mesa hará su sesión de trabajo para llevar su resultado a la plenaria general que se llevará a cabo en horas de la tarde.
Ascayra, presidente de la Asociación de Comunidades Bari de Colombia (Asocbari) consideró que la ONIC debe trabajar más desde la base y desde las comunidades; también debe buscar más cooperación internacional.
Rosario Epiayú delegada del Pueblo Wayuú planteó que la ONIC debe concentrar su trabajo en la parte territorial de los pueblos indígenas para frenar los abusos de la empresa multinacional y la violación de los Derechos Humanos de las comunidades indígenas.
También Ascahayra coincidió en que se debe proteger el territorio indígena. En Tibú –territorio indígena- se está cambiando el uso del suelo con el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y esto afectaría gran parte de nuestro territorio; con el nuevo POT se busca facilitar la explotación de carbón a cielo abierto.
Para la implementación del nuevo POT no hemos sido consultados previamente como lo ordena la Corte Constitucional y la Organización Internacional del Trabajo.
A nosotros nos preocupa porque son muchas hectáreas de tierras que van a ser invadidas por las compañías carboníferas.
¿Qué va a pasar con nuestros sitios sagrados y nuestros bohíos ancestrales; qué va a pasar con nuestros sitios de pesca y caza –que son formas de subsistencia de nuestras comunidades-; qué va a pasar con los campesinos que habitan estas tierras y que no hacen parte del nuevo POT, se preguntó el líder Bari.
Estos planteamientos son los que deben llevar a buscar estrategias de protección territorial.
También Berito Cobaría del Pueblo Uwa, alertó a las comunidades y dirigentes indígenas para que hagan frente a la invasión multinacional. Berito hizo un llamado a los profesionales indígenas para que asuman un compromiso de orientación y de trabajo por la resistencia del territorio e identidad indígena.
El emblemático líder Uwa invitó a comunidades, organizaciones y dirigentes indígenas a generar estrategias de resistencia y acción, y no quedarse solo en la denuncia.
Los tres líderes coincidieron en la necesidad de formar verdaderos líderes indios, quienes deben prepararse para trabajar en defensa de la causa indígena, pero sin olvidar su esencia y su compromiso con las comunidades.
Rosario Epiayú exhortó a las nuevas generaciones indígenas a que no olviden su cultura y que no dejen solos a los mayores en las luchas de la vida. Indicó que es importante tener sentido de pertenencia a las comunidades, pero también ejercer las prácticas culturales para la pervivencia de los pueblos indígenas.
También el padre Oscar Múnera, de la Conferencia Episcopal reconoció la necesidad de que el movimiento indígena consolide su organización.
El alto prelado indicó que el principal reto que tienen los indígenas es preservar su identidad cultural y superar muchas dificultades internas -que son inherentes a toda organización-; preservar su organización interna, su lengua.
Los indígenas deben preservar su familia y no casarse con gente de otra culturas porque ahí viene el mestizaje y entonces a desaparecer como cultura. Otro reto muy importante, dijo, es no dejar perder los valores ancestrales; escuchar a la mujer de su etnia, al niño y al joven valorarlos para que no se vayan de sus comunidades y se desintegren.
En esto el movimiento indígena debe ser muy fuerte, porque estamos en tiempos de globalización, en que se vino toda la cultura universal a través de los medios de comunicación y toda la tecnología que nos invade; y ahí está el reto de preservar su cultura para que no se dejen invadir del mundo occidental, expresó el padre Oscar.
El representante de la Conferencia Episcopal hizo invitó a los pueblos indígenas a que sigan muy unidos y que sigan conviviendo con sus valores ancestrales tan bonitos como son la comunidad, la minga, su trabajo organizativo y comunitario, su ciencia y su saber milenario de la medicina y la salud, y que no se dejan invadir de la globalización que si bien trae muchas cosas buenas, trae también muchos antivalores que destruyen las culturas más débiles, concluyó.
Finalmente, el prelado hizo un llamado a la sociedad colombiana a que respete a los indígenas y no fomente la mendicidad de ellos en las grandes ciudades, a que les apoyemos en sus territorios y en su vida común; que no les veamos con burlas, con maldad y con maltratos, sino que los valoremos como personas inteligentes y sabias que tiene nuestro país.
Fuente: Actualidad étnica