Editorial del diario Los Andes
El domingo en el diario La República, se publicó una entrevista a un respetado lingüista que estudia idiomas andinos: Rodolfo Cerrón-Palomino. En la entrevista se desmitifica a los quechuistas cusqueños. Hoy en día con las mayores facilidades de comunicación y de medios, con la digitalización de numeroso material histórico puesto al acceso del público interesado, a través del internet, las relecturas sobre nuestra historia se vuelven cada vez más atractivas para los investigadores de todo lo que tiene que ver con las ciencias afines como la lingüística, la antropología, la etnohistoria.
Así por ejemplo se ha encontrado que el quechua que ha pervivido, fue el quechua que los Incas utilizaban para las tareas administrativas y de estado; el quechua que como idioma tuvo mayor desarrollo dejó de hablarse muy tempranamente, pues los que lo hacían se incluyeron a sociedad dominante que hablaba el castellano.
Sobre si el idioma de los Incas fue el aymara o el puquina, aún existe fuerte discusión, indudablemente Cerrón Palomino es de los que sostienen que era el aymara. De lo que no cabe duda es que habiéndose formado la cultura Inca con gente que provenía del Altiplano, su idioma era uno de los que se hablaban en esta zona.
Otro lingüista, Alfredo Torero, señala en varios de sus trabajos que en el Altiplano se hablaba, a la llegada de los españoles, el uruquilla, el puquina, el aymara y el quechua, y que estos idiomas fueron considerados como generales en la zona, por la distribución y amplitud de su uso. Falta investigar el posible origen de estos idiomas y ojalá ya haya quién lo esté haciendo.
Y así como el significado de Cusco o Cuzco, ha sido puesto en cuestión, tendremos que tener más rigor para determinar el origen del nombre de Puno. Con los mismos argumentos del Sr. Cerrón-Palomino se podría cuestionar que Puno provenga de puñuy, voz quechua. Tal vez tendría que buscarse los orígenes del nombre de nuestra ciudad en voces puquina o uruquilla que, aparentemente, han tenido en la zona, presencia más antigua que el quechua.
Es posible que releyendo fuentes primarias de investigación como crónicas, a la luz de incluir todo lo que se ha trabajado sobre la cultura andina, obtengamos nuevas interpretaciones. Algunos piensan que no es necesario, que todo ya está estudiado.
Otros, como probablemente el polémico entrevistado de diario la República, el domingo pasado, consideran que es necesario, no sólo por rigor científico, sino también porque permite entender más acertadamente lo que acontece hoy, sobretodo en lugares como el nuestro con población multicultural.
Fuente: diario Los Andes, decano de la prensa regional de Puno, Perú