Indígenas caucheros encadenados. Fotografia en W. Hardenburg,1912
Servindi, 29 de julio, 2007.- Un conjunto de instituciones, entre las que se encuentra radio La Voz de la Selva, han emprendido una campaña para generar conciencia sobre un episodio trágico de nuestra historia y resarcir -así sea simbólicamente- a las poblaciones afectadas.
El motivo propicio es que el 9 de agosto de 2007 se cumplirá 100 años desde que el periodista Benjamín Saldaña Roca denunció los crímenes del Putumayo (Escuche spot con un cliq aquí).
Investigadores, historiadores y cronistas señalan que el genocidio ocasionó entre 30 y 60 mil indígenas, víctimas de asesinatos, torturas y otras vejaciones realizadas por funcionarios y operadores de la Amazon Peruvian Co., propiedad del cauchero peruano Julio César Arana.
A pesar del número de víctimas y la crueldad de las torturas verificados con abundantes testimonios y pruebas forenses y judiciales, nunca se sancionó a la empresa ni a su propietario. El juicio se perdió y los crímenes quedaron impunes en la historia.
Saldaña denunció ante el Juzgado del Crimen de Iquitos a la empresa de Arana que explotaba a los indígenas, principalmente Huitotos y Ocainas, como mano de obra barata en sus caucherías en el Encanto y la Chorrera.
Desde que Benjamín Saldaña, propietario de los quincenarios La Felpa y la Sanción, de Iquitos, denunció a la empresa Amazon Peruvian Co. y a su propietario Julio César Arana, estos fueron foco de atención de algunas autoridades locales e instituciones nacionales y extranjeras.
Por ejemplo la prensa y la Liga Antiesclavista de Inglaterra desató una campaña mediática y diplomática contra lo que se sabía eran prácticas normales en aquella empresa: la explotación, la tortura y los asesinatos contra la población indígena. Incluso la Iglesia Católica censuró y denunció públicamente los hechos a través de una Encíclica Papal.
A cien años de la denuncia del periodista Benjamín Saldaña, ante el silencio culposo de nuestra sociedad y ante el horror que nos causan las historias de abusos contra los indígenas, los promotores de la campaña creen que es necesario levantar el tema para hacer conciencia de que solamente sobre la memoria histórica de nuestro pasado podremos entender el presente y así construir el futuro.
Es necesario resarcir, acaso simbólicamente, a las poblaciones afectadas, es necesario que la impunidad que da cien años de olvido se termine.
Es necesario que nuestros hijos, las nuevas generaciones, conozcan la historia de su pueblo, es necesario reconocer que el desarrollo cauchero de Iquitos en el Perú, y de Manaus en el Brasil, del que quedan preciosos monumentos arquitectónicos, se pagaron con sangre de chiringa (árbol del que se extraía el latex del caucho), pero sobre todo con sangre Huitota y Ocaina.
Convocamos a las instituciones y organizaciones públicas y privadas, y personas de todas partes, a compartir con nosotros la aventura de reencontrarnos con nuestro pasado, de asumirlo y de sancionarlo para poder mirar, con la frente en alto, con dignidad, el camino que nos toca en adelante. Para que el pasado no se repita.
La campaña ha encontrado rápido eco entre diversas instituciones. La Red de Comunicadores Indígenas del Perú (REDCIP) acordó en su encuentro realizado en Yarinacocha, Ucayali, del 21 al 23 de junio, sumarse a la campaña para "denunciar los crímenes cometidos contra los pueblos indígenas, construir una memoria histórica digna que considere la opinión de los pueblos indígenas y pedir a las autoridades que se cambie la denominación de calles, avenidas y monumentos asociadas a las personas involucradas en crímenes de nefasta recordación (entre ellos Julio C. Arana, Fitzcarrald y otros)".
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Vea información relacionada al tema:
- Julio César Arana del Águila (Wikipedia)
- La Casa Arana en el Putumayo. El caucho y el proceso esclavista, por Roberto Pineda Camacho
- La fiebre del caucho (Wikipedia)
- Julio César Arana y Sir Roger Casement. Destinos cruzados. El caucho, un comercio infame, por Roberto Pineda Camacho