Servindi, agencias.- El miércoles 6 de junio se inició la denominada Cumbre de los Ocho (G8) sin visos de alcanzar acuerdos importantes para luchar contra el calentamiento global -uno de sus principales temas de agenda- y en medio de protestas masivas.
La reunión anual de los ocho países más industrializados: Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Japón, Gran Bretaña, Alemania y Rusia continuará hasta el viernes en Heiligendamm, Alemania.
A la cumbre asisten en calidad de invitados representantes de los gobiernos de Brasil, México, China, India y Sudáfrica, países catalogados de economías emergentes, quienes sostendrán un encuentro en Berlín.
Angela Merkel, canciller federal alemana, tenía esperanzas en obtener un compromiso del G-8 para limitar a 2 grados la subida de las temperaturas hasta el año 2050 pero Estados Unidos envió mensajes previos que bloquean cualquier acuerdo ambicioso en este sentido.
La medida alentada por Merkel implica reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero con relación a 1990 pero esto no calza con la política de Estados Unidos, principal país contaminante del planeta.
Los informes científicos coinciden en que un aumento de la temperatura mundial superior a los dos grados impediría controlar el cambio climático, que adquiriría una dimensión catastrófica.
No estamos preparados para aceptar esa propuesta" declaró el responsable de la Administración norteamericana sobre cuestiones medioambientales, James Connaughton.
Estados Unidos, país que no ha firmado el Protocolo de Kioto para reducir las emisiones de contaminantes, expresó en cambio su deseo de trabajar un acuerdo post-Kioto.
Dicha posición fue reforzada por Japón quién por medio de su Ministro del Exterior Koji Tsuruoka dijo que el objetivo enunciado por Merkel debe ser visto más como un deseo que como una meta concreta. El primer ministro japonés, Shinzo Abbe expresó su voluntad de definir conjuntamente "un marco práctico", pero "flexible".
Por su parte, Merkel recibió el apoyo del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, del saliente primer ministro británico, Tony Blair, y del jefe de gobierno italiano, Romano Prodi.
Activistas de Oxfam representan al Presidente George Bush (EEUU), al Primer Ministro Stephen Harper (Canadá), a la Canciller Angela Merkel (Alemania), al Presidente Nicolas Sarkozy (Francia), al Presidente Vladimir Putin (Rusia), al Primer Ministro Tony Blair (Inglaterra), al Premier Romano Prodi (Italia) y al Primer Ministro Shinzo Abe (Japón)
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Por su parte, la organización ecologista Greenpeace pidió a la canciller alemana, Angela Merkel, que "ignore" la opinión del presidente de EEUU, George W. Bush, sobre el clima e intente convencer a los restantes países del G8 de fijar objetivos concretos para la reducción de emisiones contaminantes.
"Greenpeace recuerda a Merkel que el G8 todavía puede ser un éxito si los siete países (del grupo firmantes) del Protocolo de Kioto ignoran a Bush y se comprometen a fijar objetivos para reducir hasta 2050 en un 50 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero", señaló el experto en clima de la organización, Daniel Mittler, en un comunicado.
Reminiscencias de la guerra fría
La Cumbre G-8 se halla matizada por una fricción politica entre Rusia y Estados Unidos a raíz del proyecto norteamericano de extender su escudo antimisiles a la República Checa y Polonia, países ex pertenecientes a la órbita soviética.
Rusia reaccionó de inmediato y amenazó con apuntar sus misiles sobre Europa, como en la guerra fría. Esta medida es una de las posibilidades para asegurar nuestra seguridad indicó un portavoz ruso.
Ni Rusia era una amenaza para Europa, ni el escudo antimisiles estadounidense lo es para los rusos afirmó George Bush, mandatario de EEUU, quién transmitirá personalmente su posición al presidente ruso el día jueves.
Protesta antiglobalización neoliberal
Unos 8.000 manifestantes rebasaron el control de la policía alemana y llegaron en diferentes puntos hasta la valla de seguridad metálica de más de 12 kilómetros de largo instalada junto al complejo hotelero donde se reúne el G8.
A pesar del enorme dispositivo de seguridad desplegado, los activistas, pusieron en jaque a los agentes que apelaron chorros de agua, gases lacrimógenos y golpes con bastones para desalojarlos.
Un portavoz policial aseguró que la situación está controlada, pero miles de manifestantes continúan apostados a unos 50 metros de la valla metálica.
Otro grupo bloqueó temporalmente las vías del ferrocarril "Molly", el único medio de transporte que disponen los periodistas para llegar a Heiligendamm.
Otros manifestantes cortaron una parte de la autopista A-19 en las cercanías del aeropuerto de Rostock-Laage al que llegaron varios de los líderes de los países del G8.
Dos activistas de nacionalidad española fueron condenados a prisión por un tribunal de la ciudad de Rostock por haber participado en las manifestaciones del sábado último en la que aproximadamente 400 policías resultaron heridos.
La manifestación central contra la cumbre del G8, prevista para el jueves 07 de junio en Heilingendamm y que carecía de autorización, fue suspendida por los organizadores, informó la agencia italiana ANSA.
Ante la anulación de la marcha la mayoría de activistas concurrirá mañana a un recital en Rostock, en el cual particparán artistas que se declaran comprometidos en la lucha contra la pobreza, como Bono, Bob Geldof y Herbert Groenemeyer.
Cumbre Alternativa rechaza "liberalismo desenfrenado"
Bajo la consigna "Otro mundo mejor es posible" se inició la Cumbre Alternativa a la cita del Grupo de los Ocho (G8) en el balneario alemán de Heiligendamm.
El evento tiene el objetivo de reflexionar sobre contrapropuestas al "liberalismo desenfrenado" del G8.
Los organizadores invitaron a mil 500 participantes y a unas 40 asociaciones, ONG y sindicatos, sobre todo africanos y asiáticos.
Durante la apertura, realizada este martes, los delegados reiteraron que buscan la confrontación pacífica con los jefes de Estado y Gobierno del G8.
''Pensamos que la cumbre del G8 no está orientada hacia el conjunto de la población'' mundial, señaló Hassen Lorgat, sindicalista sudafricano.
El encuentro antiglobalización tiene como propósito preciso, denunciar el "liberalismo desenfrenado", responsable de las diferencias entre ricos y pobres, la hambruna en los países tercermundistas, así como la renuencia de Estados Unidos a aceptar controles para evitar el desastre mundial por cambios climáticos.
Asimismo, las discriminaciones de género, así como el drama de los inmigrantes ilegales.
Entre los representantes de más de 40 agrupaciones al encuentro alternativo figuran dirigentes del sindicato alemán IG, de los metalúrgicos, con más de tres millones de afiliados, el Movimiento Attac, Greenpeace y Oxfam, además de otras organizaciones y partidos.
Las protestas contra la globalización neoliberal y en demanda de un mundo mejor vienen sucediéndose desde el sábado en el norte de Alemania con la participación de miles de personas de este país y de otros de Europa, convocadas por más de 300 organizaciones.