Hoy se inicia la Tercera Cumbre Indígena de las Américas en Guatemala y queremos aprovechar la ocasión para recordar y difundir los acuerdos y conclusiones de la Segunda Cumbre Indígena de las Américas que se realizó en Quito, en julio de 2004 (dar un cliq al enlace anterior para ver el archivo en formato PDF, 73 k) y plantear algunos desafíos y esperanzas que este evento tiene.
Sucede con frecuencia que se realizan eventos pero no se comparten previamente los acuerdos de los eventos anteriores. Con esto resulta que se elaboran declaraciones o pronunciamientos muy generales o repetitivos, que se trabajan sin tomar en consideración los textos anteriores.
Los documentos producidos en Kito fueron muy importantes porque resumieron la posición de los pueblos indígenas ante una variedad de temas actuales y dieron forma a una agenda indígena continental.
Uno de los desafíos de la tercera cumbre es evaluar cuánto se ha avanzado en materializar dicha agenda, qué experiencias se han obtenido en su consecución y que pasos o estrategias son necesarios para continuar avanzando en su concreción.
Los pueblos indígenas están enfrentando demasiadas amenazas y agresiones para darse el lujo de concluir un evento de envergadura continental suscribiendo solo un nuevo pronunciamiento.
Las comunidades y poblaciones indígenas esperan que de este tipo de certámenes se sistematicen y compartan lecciones aprendidas que permitan enfrentar con mejor suerte las políticas de exterminio y despojo de recursos naturales que implementan los organismos internacionales, las empresas transnacionales y los gobiernos sobre los territorios indígenas.
¿Qué acciones, instancias, mecanismos, procedimientos pueden emplear las organizaciones indígenas para intentar frenar los atropellos que día a día los envuelven?
La unidad y las declaraciones de unidad son muy importantes y necesarias. Sin embargo, la unidad solo es auténtica si se traduce en acciones concretas de solidaridad. Y tenemos que ser imaginativos, creativos para reinventar esta unidad de tal manera que los pueblos indígenas adquieran cada vez mayor fuerza social y política.
El tema de la comunicación es fundamental para cualquier estrategia de fortalecimiento organizativo. Por eso esperamos que la Tercera Cumbre conceda importancia a este tema y las organizaciones asuman compromisos para que la comunicación tenga un mayor desarrollo en la agenda indígena.
No se trata solo de la comunicación externa: hacia el estado, la prensa o los aliados, sino de la comunicación interna: hacia las bases, que permita dar legitimidad y solidez a las organizaciones indígenas; así como de la comunicación para el intercambio de experiencias y que debe promoverse de forma permanente entre organizaciones indígenas.
Por otro lado, la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI) adoptó una plataforma de acuerdos que las organizaciones deben levantar para exigir a los estados su cumplimiento, en el marco del derecho a la comunicación de los pueblos indígenas, y como una forma concreta de ejercer el derecho a la libre determinación.
Las organizaciones indígenas deben incorporar en su agenda de lucha la necesidad de acceder a medios propios para difundir su cultura, sus problemas, su realidad, en sus propias lenguas indígenas, y acceder de igual modo a los medios privados y comerciales en el marco de la diversidad cultural.
Es oportuno exigir a los estados la pronta ratificación y cumplimiento del Convenio de Diversidad Cultural de la UNESCO que es una nueva arma que puede ser usado por los pueblos indígenas para fundamentar el valor de la diversidad cultural y protegerla frente a otros tipos de intereses meramente lucrativos y mercantiles.
El Programa de Acción del Segundo Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo es asimismo una plataforma de acción internacional mucho más desarrollada que la plataforma del primer decenio y que hasta ahora no ha recibido suficiente atención del movimiento indígena.
La Tercera Cumbre en Guatemala es un espacio propicio para compartir este nuevo contexto de amenazas pero también de oportunidades que primero debemos conocer para poder aprovecharlas y ponerlas al servicio del movimiento indígena.