Santander de Quilichao, Marzo 6 de 2007
De grandes señores, grandes mercedes por eso, lo menos que podemos hacer las y los colombianos es prepararnos para recibir con bombos y platillos al presidente de los Estados Unidos próximo a visitarnos:
Invitamos a los dos millones de desplazados a que vistan sus mejores harapos y marchen con pancartas de bienvenida. Motivamos a los 450 niños que quedaron atrapados en su escuela mientras ejército y guerrilla combatían en el corregimiento de Junín-Tolima, a que enarbolen la tricolor. Instamos a los casi dos mil secuestrados a que desde el cautiverio entonen el himno norteamericano.
Alentamos a los 300 funcionarios recién despedidos con la liquidación del hospital San Rafael en Barrancabermeja para que -sin acento ribereño, griten a todo pulmón WELCOME. Le proponemos a los 25 millones de compatriotas que no pueden comprar ni comer carne, a que le compartan su secreto para combatir la obesidad que aquejan los estadounidenses. Sería maravilloso que los recién desterrados en Urabá, Apartadó y Angelópolis por parte de las autodefensas (ahora Águilas Negras) no se quedaran a mitad de camino y llegaran hasta la capital de la república para que la comisión de recepción sea mayoritaria.
Nada mejor que las autoridades del 75% de los municipios amenazados actualmente por algún grupo armado le ofrecieran las llaves de sus respectivas ciudades. Que los 1.5 millones de bogotanos que caminan cada día y en promedio 30 cuadras desde de su vivienda hasta el lugar de trabajo (por no tener dinero para pagar el pasaje de bus urbano) desvíen unas cuantas cuadras el rumbo y lleguen a la Plaza de Bolívar.
Que los menores de Planadas-Tolima y el Cauca que no han iniciado el año escolar porque no les han nombrado docentes exijan profesores nativos de inglés. Convocamos a las víctimas de los paramilitares a que embellezcan con las mejores flores las fosas comunes en donde encontraron a los suyos, quizás desde la ventanilla de su avión el presidente Bush se maraville con tan bello espectáculo floral.
Que nadie se quede en casa, ninguno de los 21 millones de pobres ó de los 7 millones que viven en la miseria. Todos y cada una tenemos un motivo para acogerlo, pero por si acaso no podemos ir a recibirlo, si no alcanzamos a llegar o la suerte no está de nuestro lado... no nos preocupemos porque nuestro presidente –asesorado por su séquito de parapolíticos en La Picota, pondrá al tanto al mandatario de los USA sobre los pormenores de esta bella, equitativa y pacífica república bananera.
Cabildo Indígena Cerro Tijeras