Dos expertos en la educación intercultural bilingüe analizan la Resolución Ministerial recientemente expedida sobre el proceso de admisión a los institutos pedagógicos y superiores y concluyen -a partir de su experiencia- que "esta norma marcará el inicio del fin de la educación intercultural bilingüe (EIB) en la amazonía peruana". Esto debido a que "muy pocos o incluso ningún postulante de algunos pueblos" logrará aprobar el examen del Ministerio de Educación "y menos aun obtener los 14 puntos que exige la norma para pasar a la segunda etapa".
A fines del mes de enero el Ministerio de Educación (MED) emitió la Resolución Ministerial Nº 0017–2007–ED, orientada a normar el proceso de admisión en los Institutos Superiores Pedagógicos Públicos y Privados, las Escuelas Superiores de Formación Artística y los Institutos Superiores que forman en carreras docentes. La norma pretende asegurar el ingreso de alumnos con un buen nivel de formación y un perfil adecuado para estas carreras. Con este fin ha diseñado un proceso que consta de dos etapas. La primera, de carácter eliminatorio, consiste en verificar el logro de capacidades comunicativas, lógico matemáticas y de conocimientos generales básicos. En la segunda se aplicarán evaluaciones psicológicas, vocacionales y de aptitudes personales con respecto a la modalidad, nivel y especialidad sólo a quienes hayan obtenido 14 ó más puntos en la primera etapa.
En principio nadie puede estar en desacuerdo con el interés del gobierno en mejorar la situación de la educación peruana. Incluso, muchos habrán aplaudido la norma. De hecho varios analistas han considerado que uno de los grandes problemas de la formación magisterial es que a ella acceden jóvenes con bajísimos niveles de rendimiento académico y sin vocación o disposición para ejercer el trabajo docente. Es lógico suponer que si los institutos logran captar a los que reúnen las mejores condiciones para iniciar la carrera, podrán contar con una buena base sobre la cual desarrollar la formación.
Se podría suponer que luego de 11 años de formación escolar, los jóvenes egresados de la secundaria han logrado un conjunto de capacidades básicas de comprensión lectora, producción de textos, razonamiento matemático, así como algunos conocimientos en las demás áreas de formación y que están en condiciones de seguir estudios superiores. De hecho ésta ha sido la esperanza de padres de comunidades indígenas y campesinas que han luchado por la escuela, que han construido los locales, que incluso han pagado a los maestros, que han invertido una buena parte de sus recursos en la educación de sus hijos y que han perdido el apoyo que éstos les daban en el trabajo familiar. Los jóvenes que han invertido una gran parte de su vida en completar sus estudios, también han compartido estas expectativas.
Sin embargo, para nadie es un secreto que muchos de los jóvenes que formalmente terminan la secundaria tienen un manejo deficiente del castellano oral y escrito, que su capacidad de razonamiento matemático está muy por debajo de lo esperado de su nivel y que carecen de conocimientos básicos de historia, geografía, química, física y de otras áreas, a las cuales han dedicado cientos de horas de estudio. Lamentablemente, ésta es la situación de la gran mayoría de los egresados de secundaria del Perú, víctimas de un deficiente sistema de educación pública. Sus manifestaciones más extremas se encuentran entre los usuarios más alejados de las ciudades y de menores recursos económicos.
Sin embargo, en esta nota quisiéramos insistir en las consecuencias que esta norma va a tener en las posibilidades de jóvenes de diferentes pueblos indígenas de la Amazonía Peruana de acceder a la formación docente. Nuestra experiencia de 18 años de trabajo con jóvenes de 15 pueblos originarios nos dice que la pésima calidad de la educación brindada por el Estado hace que sea altamente probable que muy pocos o incluso ningún postulante de algunos pueblos logren aprobar el examen del MED y menos aun obtener los 14 puntos que exige la norma para pasar a la segunda etapa. Insistir en la implementación de la norma sin considerar esta situación, que es responsabilidad del Estado, significa cerrar las puertas de los institutos al ingreso de jóvenes de la gran mayoría de pueblos indígenas amazónicos. Si nuestras predicciones se cumplen, esta norma marcará el inicio del fin de la educación intercultural bilingüe (EIB) en la Amazonía peruana.
Es evidente que esta norma ha sido elaborada sin pensar en las implicancias que tendrá para el desarrollo de la EIB, la cual sólo beneficia al 11% de educandos y al 18% de las instituciones educativas de primaria que se ubican en zonas rurales y vernáculo hablantes. Si los postulantes de los pueblos indígenas no logran ingresar a los institutos superiores pedagógicos porque la educación que les ha ofrecido el Estado no les ha brindado las condiciones necesarias para cumplir con sus exigencias, no habrá ninguna posibilidad de incrementar esta cobertura en la Amazonía. De esta manera miles de niños seguirán sus estudios primarios en una lengua que desconocen, con todo lo que esto implica en términos de calidad del aprendizaje. Además significará la negación del derecho de los pueblos originarios a recibir una educación basada en su lengua y en su cultura. Este es uno de los peligros de pretender mejorar un aspecto de la educación en el país, sin tomar en cuenta la diversidad de situaciones en las cuales ésta se desarrolla y sin buscar estrategias de corto, mediano y largo plazo que permitan responder de una manera responsable a situaciones que el mismo Estado ha generado. Consideramos que la DINEIBIR-DEIB, dirección encargada de velar por el desarrollo de la EIB en el país, debería haber alertado a los responsables de la elaboración de la norma sobre este riesgo y contribuir en la búsqueda de alternativas.
Desde 1988 el programa FORMABIAP del ISPP Loreto y la confederación nacional indígena AIDESEP ha venido encarando las limitaciones académicas que sus estudiantes traen de la secundaria a través de un conjunto de medidas orientadas a superarlas durante el proceso de la formación. Las carencias que encontramos en muchísimos jóvenes indígenas que han concluido la secundaria sólo podrán superarse en la medida que el Estado se preocupe por implementar una EIB con calidad y pertinencia a lo largo de todo el proceso de formación escolar.
A inicios de febrero AIDESEP alertó al Ministerio sobre esta situación y le solicitó la búsqueda de alternativas que eliminen las trabas para el ingreso de los jóvenes indígenas a los institutos. Sin embargo, hasta el momento la única respuesta del MED ha sido que todos los jóvenes de los pueblos indígenas han cursado estudios secundarios con el currículo básico, en la medida que no se ha implementado una modalidad intercultural bilingüe para este nivel. Por lo tanto, considera que los postulantes indígenas deben estar en condiciones de responder a una evaluación que tiene como parámetro el currículo nacional. Esto lamentablemente no corresponde con la situación real de la mayoría de pueblos indígenas, los egresados de secundaria son pocos y reiteramos que la educación que han recibido no les permitirá lograr el nivel académico que esperan los funcionarios del Ministerio.
Si el MED no logra comprender esta situación y asumir la responsabilidad que le compete, las 40 vacantes que el programa FORMABIAP del ISPP Loreto y AIDESEP había asegurado para postulantes Achuar del río Corrientes y Kichwas del medio Napo y Tigre-zonas en las que no se desarrolla EIB- quedarán desiertas.