Según la Biblia (Antiguo Testamento), Moisés alimentó a su pueblo, durante 40 años, con maná o pan del cielo que Dios le proveía mientras huían de Egipto hasta que llegaron a la frontera con Canaán.
Maná, según el diccionario, tiene dos acepciones: significa líquido azucarado que fluye de algunas plantas y también, manjar milagroso. Como se ve, el maná de Moisés sería ese manjar milagroso con el que Dios alimentó a su grey.
Pues bien, para buen entendedor, el maná o manjar milagroso, cae del cielo y no debería hacer daño a ser viviente alguno por ser enviado por Dios.
Sucede sin embargo que algo raro está pasando por mi añorada tierra: Llaucán. Ya no es la primera vez que pasa. No. Estos hechos van repitiéndose periódicamente y siempre que se producen lluvias de regular intensidad. El hecho más saltante se dio el 2001 y produjo el levantamiento y toma de carreteras por parte del pueblo bambamarquino. ¿El motivo? ¡La muerte de varios miles de truchas por las aguas contaminadas del río Llaucano!
Como todos conocemos, los ríos tienen sus lugares de origen en los colchones acuíferos que, naturalmente, quedan en los lugares más altos de la geografía. De aquí discurren las aguas gota a gota, hilo a hilo, hasta formar riachuelos que van a dar lugar, posteriormente, al río propiamente dicho.
Mi río, el Llaucano, tiene precisamente su origen en las alturas del cerro San Cirilo y otros, donde la Minera Yanacocha viene realizando trabajos. Por lo tanto, sus aguas están expuestas a sufrir de contaminación por los propios trabajos y materiales que emplea Yanacocha. Si no hay lluvias, parece que nada pasa. Pero si comienzan las lluvias y son continuas y de regular intensidad, entonces éstas empiezan a arrastrar todos los materiales contaminantes que se encuentran en los lugares de trabajo de la minera. Elemental, señores de Yanacocha.
Pero aceptemos que la Minera hace los trabajos de monitoreo que dice hacer en un comunicado que aparece como noticia en todos los medios de comunicación de Cajamarca, sin ningún cambio. - ¿Qué casualidad, verdad? - Si ello es así, entonces quedan dos únicas causas que han podido dar muerte a los peces del río Llauncano: 1. Los pobladores de las riberas del río han entrado en un trance de locura colectiva y se les ha dado por envenenar a todo ser vivo de su propio río y, 2. Del cielo cayó maná que los pobres peces, cual seguidores desobedientes de Dios, del tiempo de Moisés, guardaron para el día siguiente y, como en ese pasaje bíblico, se les malogró y envenenó. Como el hambre que tenían era atroz, tragaron el maná envenenado y ¡zas! ¡todos los peces muertos!
¿Así habrá sucedido realmente? ¿Podría haber una tercera razón? ¿Ésta no será que la culpable es la Minera Yanacocha? ¿Por qué no aceptar nuestros propios errores y tratar de enmendar, solucionar los problemas que se crean? Porque hay otra cuestión que aun está pendiente. He estado hace dos semanas en Llaucán y de piscigranjas y devolución de truchas del 2001 ¡ni rastros!
No es válido tomar la mentira como razón, señores de Minera Yanacocha. ¡Basta de abusar de poblaciones que ni siquiera el Estado, por ser su obligación, defienden!
Bueno, ésta es mi posición al respecto. Pero ¿cuál es la posición de Esteban Campos electo alcalde por Bambamarca y de Jesús Coronel, futuro Presidente Regional de Cajamarca? ¿Se pondrán al lado del pueblo y no de la minera? Esperemos con los dedos cruzados. Porque como se dice en la Biblia, ¡por sus obras los conoceréis!
Cajamarca, 27 de noviembre de 2006.
Mario Estrada Pérez
DNI 26635241
Fuente: Recibido de la Red Verde Perú - Cajamarca, publicado en El Maletero