El poderoso movimiento indígena ecuatoriano se enfrenta a uno de sus mayores retos con las elecciones presidenciales que tendrán lugar el próximo mes, y en las cuales, presenta por primera vez su candidatura. Según ellos no se trata de ganar, se trata de proseguir la lucha indígena dejando atrás un periodo de crisis profundo.
La última vez que el movimiento indígena participó en unas elecciones presidenciales fue una gran victoria, pero ésta pronto se convirtió en un desastre.
En el 2002, Pachakutik, el brazo político del movimiento indígena nacional CONAIE, escogió formar una alianza con Lucio Gutierrez, feroz opositor del movimiento neo-liberal, anteriormente militar y líder del golpe de estado. Vencieron.
Cuatro miembros de Pachakutik fueron nombrados ministros, entre ellos la destacada ministra de asuntos exteriores indígena Nina Pacari. Pero tan solo unos meses después de tomar posesión, Gutierrez se pasó a la derecha y firmó acuerdos con el IMF para dar continuidad a las políticas neoliberales en el país. Al mismo tiempo, empezó a desestabilizar al propio movimiento indígena.
Aunque sólo tres meses después, en el 2003, Pachakutik abandonó el gobierno de Gutierrez, la credibilidad política y la fortaleza del movimiento indígena alcanzadas tras 20 años de trabajo escrupuloso y revueltas fueron dañadas. Los observadores, que antaño proclamaban CONAIE como uno de los movimientos civiles más fuertes en América Latina, empezaron a escribir sobre el fin del movimiento.
Sin embargo, tras un período amargo, CONAIE se reorganizó con su histórico líder, Luis Macas, como presidente. Macas viajó a lo largo del país, fuera del alcance mediático, y visitó las comunidades indígenas con un mensaje: estamos en peligro, preparaos para un nuevo levantamiento. El peligro era el plan del gobierno por el que se pretendía firmar un tratado de libre comercio con los Estados Unidos, y el movimiento indígena debía evitarlo.
Así que Marzo de este año, casi con la misma fuerza y el mismo factor sorpresa que el levantamiento de Inti Raimi en 1990 tuvo para los ecuatorianos, mediante el que se hicieron visibles la presencia y las demandas de la población indígena, los indígenas se levantaron de nuevo. Junto con obreros, estudiantes y campesinos, paralizaron el país durante semanas con la movilización por la Defensa de la Vida. Sus demandas consiguieron poner fin a las negociaciones del tratado de libre comercio con los Estados Unidos, precipitar la expulsión de la tan impopular compañía de gas estadounidense Occidental, iniciar el proceso de nacionalización de hidrocarburos y llamar a una asamblea constituyente.
Estas movilizaciones no sólo evidenciaron que CONAIE se mantenía bien activa, sino que también condujeron al gobierno a la cancelación del contrato con Occidental, que a su vez propició el abandono de las negociaciones sobre libre comercio por los Estados Unidos.
Con el acercamiento de las elecciones presidenciales, Pachakutik fue invitado a aliarse con Rafael Correa, cada vez más de izquierdas, e incluso se le prometió la vice-presidencia. Los candidatos saben que el voto indígena es crucial. Tras largas discusiones, sin embargo, el movimiento indígena decidió presentarse con su propio candidato para las elecciones presidenciales del 15 de Octubre. Eligieron a Luis Macas, una de las personalidades más destacadas del movimiento, un hombre que participó en la creación de CONAIE en 1986, lideró los levantamientos de 1990, fue el primer indígena electo para el parlamento en 1996, además de ministro de agricultura durante el gobierno de Gutierrez.
Esta entrevista con Luis Macas se llevó a cabo a principios de agosto, cuando los sondeos mostraban un apoyo escaso:
- ¿Por qué decidió presentar su candidatura a la presidencia después de la mala experiencia que Pachakutik tuvo en las últimas elecciones presidenciales?
Bueno, primero de todo no fue decisión mía. Todo lo que se hace dentro del movimiento indígena es por decisión colectiva. Mi candidatura vino propuesta por Ecuarani (la mayor organización indígena de la región en Ecuador, y parte de CONAIE) y pasó luego a Pachakutik, surgiendo algunas complicaciones puesto que Pachakutik agrupa varios sectores sociales. Hay indígenas, obreros, campesinos, estudiantes, movimientos femeninos y urbanos. Algunos de estos sectores preferían la alianza con Rafael Correa, pero el sector indígena estuvo unido en apoyar mi candidatura. Acepté porque me lo pidieron.
- ¿Por qué motivo fue necesario para el movimiento indígena presentar su propio candidato?
En el pasado reciente, el movimiento indígena ha sufrido cierta dispersión después de la participación política en la alianza con Lucio Gutierrez. Así que hemos trabajado para reestructurar la organización y ojala que estas elecciones mantengan y fortalezcan la reestructuración del movimiento indígena.
Nuestro objetivo en estos tres meses de campaña es posicionar Pachakutik como un movimiento de izquierdas, revolucionario. No estamos aquí sólo para participar, o para conseguir escaños para la alcaldía o el consejo. Estamos aquí para luchar.
Algunos dicen que está perdiendo una oportunidad brillante para llegar a ser Vicepresidente junto con Correa, una oportunidad que le daría el poder para redistribuir riqueza entre los pobres, por ejemplo.
Hay dos cosas fundamentales que quiero decir respecto a esto. Primero de todo, no sabemos quién es realmente Rafael Correa, del mismo modo que no sabíamos quién era realmente Lucio Gutierrez. Gutierrez nos hizo pedazos, su intención era la de dividir el movimiento indígena.
No estamos en estas elecciones para ganar. Ganamos con Gutierrez y ¿a dónde nos condujo? ¡El país está peor que nunca!
Estamos en esto porque estamos construyendo un proceso sólido desde las raíces, un proyecto político elaborado con nuestras propias manos, usando nuestras mentes. Así es como de verdad avanzaremos. No importa si ganamos o perdemos.
Tu propuesta más importante es la creación de un estado plurinacional ¿porqué es necesario?
Nace de una crítica al sistema político reinante. Las instituciones políticas son exactamente las mismas que las existentes en Europa. No ha habido una contribución de los procesos sociales e históricos propios de aquí. Se hablan 13 lenguas en este país, hay 13 nacionalidades, pero éstas no están reconocidas por el estado, ni tampoco reflejadas en el sistema educativo.
Queremos un estado que reconozca a todos, que refleje la realidad sociopolítica, cultural y regional del país, donde cada nacionalidad pueda expresar sus derechos culturales, políticos e históricos fundamentales. Lo que tenemos hoy es un estado colonial, un estado uni-nacional que dicta que la cultura es tal, la lengua oficial es tal, etc.
¿No se va a dividir así el país en trece pequeñas naciones?
No buscamos atomizar al país, para nada. Lo que estamos diciendo es que todos y cada uno deberíamos tener el derecho de ejercer nuestros derechos territoriales y políticos y decidir nosotros mismos como organizarnos. La manera en que la gente ejerce la democracia, de acuerdo con su propio proceso, no es homogénea.
Otra cosa es la diversidad. No se ve la participación de la mujer o de los jóvenes. Ellos deben ejercer sus derechos también.
Todos en Ecuador dicen querer la unidad nacional, pero ¿cómo? ¿Poniendo a todos en el mismo saco? ¿Imponiendo el mismo modo de vida a todos? No creo en nada de esto.
Lo que queremos para este país es unidad dentro de la diversidad, y si ésta no existe, la unidad estaría en peligro. Necesitamos establecer, poco a poco, una coexistencia entre los blancos, los blanco-mestizos, los indio-mestizos, y los negros, distinta y de respeto mutuo. Lo llamamos tejer una tela distinta.
¿Cómo ve a los indígenas excluidos del estado tal y como impera ahora?
Estamos excluidos en general. Pero si miras a estas elecciones, se ve claramente. Cierto, nuestra constitución dice que todos tenemos derecho a ser candidatos, a ser electos. Pero en realidad, cuáles son las posibilidades de los indígenas si nunca ha existido un sistema educativo en las comunidades indígenas? Si nunca hemos tenido servicios básicos como agua, luz, electricidad? En este país, el 30% de la población es analfabeta. Esta es una forma de exclusión social.
Otro problema es la distribución de la riqueza, que es totalmente discriminatoria. Si miras las campañas de Roldos o Viteri (otros candidatos a la presidencia), tienen una maquinaria electoral grandiosa. Nosotros no disponemos de los mismos medios para desplazarnos. Nuestra única fortaleza es que debemos trabajar juntos, unidos, lo que llamamos minga, trabajo colectivo donde todos ayudan, unos con el transporte, otros con la comida, todos aportan para la gasolina y otras necesidades. Así es como hemos trabajado desde que empezamos a participar en política electoral en 1996. Tenemos que levantarnos unidos, de otra manera sería imposible.
En sus reuniones electorales, habla de que vivimos una crisis global que es la ausencia de identidad propia, la ausencia de valores humanos y de comunidad. ¿Qué significa exactamente?
Estoy hablando sobre una crisis que la gente, perteneciente a una cierta cultura, a una cierta identidad, está sufriendo. La modernidad está acabando con las identidades que existen en el mundo, no sólo en las pequeñas poblaciones indígenas de nuestra región. Lo percibo como una plaga. Porque cuando uno no tiene la posibilidad de hacer lo que ha hecho siempre, quedarte en tu territorio, cuando las dificultades económicas te fuerzan a moverte para buscar una manera de sobrevivir, esto provoca la descomposición de la familia, la descomposición de la comunidad. Te convierte en un ser distinto. Ya no eres parte de la comunidad a la que pertenecías anteriormente, tienes que vestirte diferente, tienes que comer otras cosas, tienes que actuar de forma distinta. El valor, por ejemplo, de aprender colectivamente desaparece cuando estas desplazado.
Por ello, digo que el modelo económico reinante, el neoliberalismo, es perverso. Este acabará definitivamente con las culturas. Y este modelo económicos es mucho más perverso cuando llega a las comunidades indígenas. Cuando el Banco Mundial, el Banco Interamericano y otros vienen y dicen: esto es lo que haremos para que esta gente pueda desarrollarse, a pesar de que sea ajeno a su visión. Obviamente, estamos en estos momentos en gran peligro.
¿Y cómo piensa se pueden afrontar estos peligros?
Bueno, no sólo debemos fortalecer nuestros instrumentos de resistencia, pero tenemos que empezar a combatir de alguna manera estas cosas dañinas que llegan a nuestras comunidades, a nuestra gente. Y ¿cómo lo haremos? Como hemos hecho históricamente, mediante la lucha. Hemos llevado a cabo movilizaciones y levantamientos, este es un frente, y la política electoral es otro frente en el que hemos presentado nuestra propuesta, no sólo para el movimiento indígena, pero para el país entero. Como una asamblea constituyente, la cual vemos como la única manera de transformar las estructuras del Estado, la transformación del sistema político. No sólo queremos un estado plurinacional dentro de un estado burgués, debe haber una transformación total, una transformación social y económica total.
¿La movilización contra el tratado de libre comercio en marzo fue parte de esta lucha?
Si. El tratado de libre comercio es un ejemplo claro de cómo un imperio económico, con su superávit, se impone. Es como decir: bueno, pues no hay espacio para todo esto en nuestro almacén, luego aquí esta nuestro maíz, arroz, leche, carne. Pero ¿que sucede con la independencia de nuestra nutrición? Es una modo de debilitarnos en muchos aspectos. La nutrición es una parte fundamental de nuestras vidas, de nuestras familias, de nuestras comunidades. Tiene que ver con nuestra historia, cultura, territorio. Por todo ello, yo le llamo independencia nutricional.
No queremos que nos pase lo que sucedió en Cuba, por ejemlo, a principio de los noventa. Cuba se acostumbró a recibir de todo de la antigua Unión Soviética. Y la caída de la Unión Soviética, creó una crisis tremenda en Cuba. No queremos que esto suceda. Y no queremos lo que pasó en Méjico cuando los Estados Unidos llegaron con su maíz. Ahora hay diez millones de personas sin empleo.
Si no encontramos una salida, si no encontramos una alternativa para fortalecernos internamente, para fortalecer nuestro aparato productivo con tecnología, para mejorar la calidad de nuestras tierras, y agua para asegurar nuestra nutrición diaria, entonces nos lo impondrán todo.
¿Qué aprendió en el gobierno mientras ejerció de ministro de agricultura?
Bueno, aprendí qué es un gobierno. Aprendí qué son los espacios políticos. Aprendí que uno no puede hacer nada si no hay apoyo y comprensión del presidente. Y sin duda no lo había en el caso de Lucio Gutierrez. Este se fue a los Estados Unidos tras haber sido elegido y se sintió a gusto con los multilaterales e hizo lo mismo que el gobierno anterior hizo. No tuvo ni en cuenta el plan nacional para fortalecer la agricultura en Ecuador que habíamos elaborado.
¿Cómo se sintió a nivel personal cuando él traicionó a Pachakutik?
Me sentí muy pero que muy triste. Pero al mismo tiempo me fui armado de coraje: este Gutiérrez no se va a burlar de mí. Recuperaremos nuestras fuerzas y nunca más permitiremos a nadie estar al cargo de lo que nosotros debamos cumplir.
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* Rune Geertsen vive en Bolivia y ejerce como periodista para la ONG Danesa IBIS, que trata con los derechos de los indígenas en Bolivia, Ecuador y Perú www.ibis.dk/latinoamerica
Fuente: Una versión en inglés de esta entrevista fue publicada en el sitio Upside: www.upsidedownworld.org