26 de julio 2006.- En un Congreso (15-17 julio 2006) acaba de fundarse la Coordinadora Andina de Organizaciones indígenas, integrada por ECUARUNARI-Confederación de las Nacionalidades y Pueblos Kichwas del Ecuador, CONAMAQ- Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyo, de Bolivia, CONACAMI- Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería , CITEM- Coordinadora de Identidades Territoriales Mapuche, ONIC Organización Nacional Indígena de Colombia, CCP - Confederación Campesina del Perú; y la CNA- Confederación Nacional Agraria, de Perú.
Mientras en Ecuador el ex ministro y líder indígena Luis Macas, es candidato a la presidencia de la república y en Bolivia Evo Morales, líder del Movimiento al Socialismo (MAS) es presidente de la república desde hace seis meses, parecía que Perú era una excepción. Ahora tenemos una novedad política de primer orden: la CONACAMI es el punto de partida de una organización política indígena; así, simplemente. Luego de un corto proceso de siete años en defensa de las comunidades campesinas afectadas por la minería, esta organización acaba de dar un salto en un congreso convocado expresamente para hacer política.
En Cusco, por fin, aparecen otras caras, otros apellidos, del mismo color de la tierra, señalando sus profundas diferencias con la clase política peruana que ignora por completo el problema étnico del país y no es capaz de aceptar su racismo y desprecio de todo lo que sabe a indígena. Su dirigente principal, es Miguel Palacín Quispe, un hombre joven nacido en una comunidad de Cerro de Pasco. Él y los hermanos de Ecuador y Bolivia, tienen una visión propia de lo que ocurre en el continente y el mundo, tienen un juicio crítico suficiente para proponer un horizonte nuevo y unas ganas muy grandes de renovar la política con otras prácticas y otros discursos: "No es que los Estados nos den una mano, sino que nos quiten sus manos de encima"; ¡Cortaron nuestras ramas, hojas... pero no las raíces.... y ahora Volvemos!; ¡Diez Veces nos golpearon.... diez veces nos levantaremos!; "Hemos venido a proponer"; fundamos en este histórico reencuentro bajo el grito de Túpac Katari: "Volveré... y seré millones.
Se trata de organizaciones de pueblos quechuas de tres países. Después, irán sumándose los pueblos amazónicos y costeños. Paso a paso, sin apuro, irá formándose una alternativa política para los pueblos indígenas y para todos nuestros países andinos.
Algunas de las ideas de partida son:
1. Una clarísima negación del actual estado peruano: Rechazamos la nueva estrategia de colonización capitalista y neoliberal, a través de los TLC, comprobamos que esa neo colonización, revela la caducidad de las estructuras políticas, económicas y sociales de los llamados "Estado-Nación", de los Estados Uni Nacionales, Uni- Culturales, que se han formado y siguen actuando, sobre la base de la exclusión de la amplia diversidad de Pueblos, Naciones y Comunidades Andinas; y que no han podido tampoco establecer ni menos defender a las sociedades, economías y culturas de los países andinos.
2. Una propuesta central: construir otro Estado, multinacional: Refundaciones como Estados Pluri Nacionales que nos incluyan y en base a los principios de equilibrio en igualdad de condiciones, rotación, reciprocidad y redistribución.
3. Un reencuentro de hombres y mujeres orgullosos de sus culturas y tradiciones de los países andinos con la naturaleza: Nos afirmamos en nuestro orgullo social y cultural, basado en nuestras sabidurías, conocimientos, valores, éticas, tecnologías, en armonía con la madre naturaleza, la historia y propias espiritualidades.
4. El principio de los hermanos zapatistas mexicanos aparece de modo transparente: reiteramos que la estructura de la Coordinadora Andina recoge los principios comunitarios e indígenas del control colectivo, la rotación, "Mandar Obedeciendo", unidad en la diversidad representada por los delegados y delegadas de las organizaciones de cada uno de los países integrantes.
5. Un severo cuestionamiento de la democracia sin ciudadanos que hay en nuestros países: Conformación de Asambleas Constituyentes, con representantes desde los Ayllus, Markas y Comunidades, no vía partidos ni elecciones tradicionales.
6. Volver a mirar el espacio del país y Reconstituir los territorios e institucionalidades de los Pueblos Indígenas.
7. Llamamos a las mujeres y hombres, explotados, oprimidos y marginados, campesinos, cocaleros, ribereños, afro americanos, fabelas, ranchos, barriadas, los informales, estudiantes, obreros, intelectuales; y todos los demás grupos sociales en la diversidad de formas organizativas de la ciudad y el campo, que resisten al salvajismo capitalista neoliberal, a UNIRNOS POR UNA LIBERACIÓN DE TODOS CONTRA TODO TIPO DE EXPLOTACIÓN Y OPRESION, para la cual esta Agenda Indígena es un insumo, que los invitamos a analizar y llegar articular los procesos más amplios de unidad en la diversidad.
8. Frente a la histórica ceguera, Proponemos que todas las instancias internacionales (Multilaterales, Naciones Unidas y otras) dejen de invisibilizarnos y sustituirnos, y tomen en cuenta nuestros derechos.
Quienes escriben estas propuestas son dirigentes indígenas bilingües y tri lingües, plenamente modernos, críticos de su tiempo, que viajan, leen, cantan y disfrutan de la vida, tienen lap tops y celulares. Ellos y ellas ya no necesitan hablar con voces prestadas, como aquellos muñecos en brazos de ventrílocuos.
Después del asesinato de Túpac Amaru II, el primer gran intelectual y político quechua que dirigió la revolución nacional de 1780, los pueblos indígenas peruanos pagaron muy cara esa derrota porque los españoles prohibieron que los llamados indios aprendiesen a leer y escribir, se vistiesen con sus propios trajes y adoptasen la moda ibérica, leyesen Los Comentarios reales de nuestro Inka Garcilaso de La Vega. En Ecuador, periferia del viejo virreinato, surgió hace 25 años la primera generación de intelectuales indígenas. Después, Bolivia siguió el ejemplo y luego, Perú. Las distancias disminuyen, los buenos ejemplos viajan como las canciones y se reproducen en el aire que respiramos. No hay ministerio del interior en el mundo que pueda impedir es ejercicio de nuestra libertad.
Una moción aprobada en el congreso abrirá otra etapa en la historia de las guerras de religión en nuestro continente. La Coordinadora Andina de Pueblos Indígenas pedirá al Papa la devolución del Qoricancha, templo sagrado mayor de los Incas, en el Cusco, ilegalamente ocupado por los dominicos. Se trata de un gesto simbólico de afirmación de la espiritualidad indígena frente a la opresión católica y cristiana de más de quinientos años.
Boaventura de Souza, intelectual portugués, Anibal Quijano, y quien escribe estas líneas fuimos invitados al congreso. Dimos nuestro parecer y ofrecimos nuestro apoyo. Coincidimos en que el nacimiento de esta Coordinadora Andina de Pueblos Indígenas es un acontecimiento histórico. También estuvo Hugo Blanco, en el otoño de su vida, como un quechua convencido de la necesidad de una fuerza política indígena plenamente autónoma.
¿Cómo no recordar al Amauta José Carlos Mariátegui y a Alberto Flores Galindo? Mariátegui hace casi ochenta años sostuvo que las reivindicaciones indígenas son revolucionarias y forman parte de la mejor tradición universal, propuso que sólo había que esperar que las reivindicaciones culturales de los pueblos indígenas se conviertan en políticas y que la liberación indígena sería obra de los propios indígenas. Ecuador, Bolivia y México viven ya ese momento. Perú da sus primeros pasos firmes en esa dirección. Tito Flores Galindo antes de morir nos recordó que hay un horizonte utópico europeo y americano. Lo vio en los sueños de algunos rebeldes de nuestra historia, en cuadros de pintura, en relatos de las primeras luchas por la tierra, el los paraísos inventados por Tomas Moro, Campanella o los anarquistas de Barcelona. Si viviera habría estado, seguramente, en ese Congreso del Cusco.
Humberto Cholango dirigente mayor de ECUARUNARI, luego de su primer encuentro con Saqsaywaman dijo en el discurso inaugural del Congreso que sentía un nuevo vuelo del cóndor. Se trata de una percepción compartida.