Cerca de 350 indígenas de diversas etnias brasileñas ocuparon este viernes las obras de una hidroeléctrica en medio de la Amazonía a cuya construcción se oponen, y amenazaron con dinamitar las instalaciones, informaron fuentes oficiales.
Los indígenas, entre ellos de las etnias kamaiurá y xavante, destruyeron a mazazos parte de las instalaciones de la hidroeléctrica en construcción, ubicada en el estado amazónico de Matto Grosso. Los invasores tienen aislados a unos 300 obreros, a quienes les impidieron abandonar las obras.
Los invasores comparten la reserva del Parque Nacional de Xingú, una de las mayores áreas indígenas del país y cuyos ríos nacen en la región en donde está siendo construida la hidroeléctrica, y desde hace varios meses vienen protestado por el avance de las obras.
El proyecto, con una inversión de 4,6 millones de reales (unos 2,1 millones de dólares), está ubicado a sólo dos kilómetros de la Reserva Ambiental Río Culuene, un territorio sagrado para los pueblos que habitan el Parque de Xingú y en el que han sido hallados importantes vestigios arqueológicos.
Los propietarios de la Pequeña Central Hidroeléctrica Paranatinga II avanzaron en la construcción de la represa sobre el río Culuene, principal afluente del Xingú, el río que atraviesa la reserva indígena de 2,64 millones de hectáreas y en la que viven unos 5.000 indígenas de 15 etnias.
Los manifestantes exigen la demolición de la presa porque alegan que está siendo construida en un lugar considerado sagrado, puede provocar daños ambientales en su reserva y ya disminuyó el nivel de las aguas y de la pesca en los ríos que atraviesan el área indígena.
El Gobierno brasileño informó que envió una delegación de funcionarios de la Fundación Nacional del Indio (Funai) y del Ministerio Público para intentar negociar con los invasores. Los manifestantes admiten que algunos líderes indígenas firmaron en el pasado un acuerdo para permitir la constricción de la hidroeléctrica a cambio de algunas tierras y recursos para proyectos sociales, pero alegan que en la época desconocían el alcance del proyectó energético.
Las obras de la hidroeléctrica, además, fueron cuestionadas por diferentes autoridades ambientales y judiciales.
Los propietarios del proyecto dijeron tener una licencia ambiental concedida por la Fundación del Medio Ambiente del estado de Matto Grosso, pero la Procuraduría afirmó que ese permiso sólo puede ser expedido por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente.
La Justicia llegó a embargar las obras, pero, según los indígenas, la construcción no fue suspendida en ningún momento. La Procuraduría presentó la semana pasada un nuevo recurso ante la Justicia para exigir la paralización de las obras.
La central hidroeléctrica está siendo construida entre los municipios de Campinópolis y Paranatinga, en el estado de Matto Grosso, y el proyecto prevé la inundación de un área de 1.290 hectáreas, de los cuales 920 hectáreas de vegetación nativa.
Fuente: Radio Cooperativa, EFE. Información recibida por cortesía de Genaro Bautista, Regiones Indias