La decisión de que Luis Macas sea el candidato presidencial del Movimiento Indígena (el movimiento social más importante y trascendente del país), y de conformar un Frente Intercultural con diversos sectores sociales y políticos de izquierda, marca un quiebre en la etapa preelectoral.
Según algunas investigaciones realizadas por el Quincenario Tintají con el apoyo de encuestas, la candidatura sola de Macas parte con un piso de intención de voto superior al 6 por ciento. Y en caso de concretarse un Frente entre Pachakutik (con respaldo de la CONAIE y Ecuarunari), el Movimiento Popular Democrático, el Movimiento Gente Común de
Eduardo Delgado, el Partido Socialista, otras organizaciones políticas y diversos movimientos sociales urbanos y rurales del país, sindicatos y sectores culturales, el piso de inicio superaría el 10 por ciento.
De acuerdo a eso su candidatura sería la de mayor proyección en la izquierda ecuatoriana. Muy superior a la de Rafael Correa, que según los últimos datos de encuestas se encuentra estancada y en franca caída por no contar con el respaldo de movimientos sociales de trascendencia y porque la popularidad de su figura ya llegó al tope, e incluso gran parte de quienes tendrían intención de votar por él, si surge otro candidato de izquierda cambiarían su voto.
La constitución de un frente como el mencionado sería un hecho simbólico de trascendencia porque evocaría el frente anti TLC y Oxy que se ha expresado en los
últimos meses y cuyo punto más alto estuvo en la victoriosa movilización indígena de marzo, llevando al gobierno a decidirse por la caducidad del contrato con la petrolera estadounidense y dejando el TLC en coma.
Si a ese frente se suma la posible y necesaria presencia activa de determinadas personalidades como Julio Cesar Trujillo, Alejandro Moreano, Augusto Tandazo, Luis Maldonado Lince y otros, se ata una buena alianza con sectores y personalidades progresistas de la Costa que pueden asumir el programa tipo Medardo Mora (Rector de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí), Simón Cañarte (medianos productores de banano), Marena Briones y otros/as, y con una participación directa de dirigentes /as históricos reconocidos de los movimientos mencionados, se estaría construyendo un Frente con muy buenas posibilidades electorales porque se proyectaría nacionalmente.
Ese Frente unido por un programa común de izquierda que se centre en la defensa de la soberanía y particularmente en la nacionalización de los hidrocarburos y el llamado a una Asamblea Constituyente, en el que se ponga de manifiesto la diversidad y la defensa de esa diversidad, y en el que se ponga a consideración antes de las elecciones el nombre de una parte importante del posible futuro gabinete ministerial (en el que tal vez podrían figurar el propio Trujillo, Tandazo, Lince, Nina Pacari, Alberto Acosta, Edgar Isch, Eduardo Delgado, Enrique Ayala, Luis Villacís, Auki Tituaña, Guadalupe Larriva, Medardo Mora, el propio Rafael Correa y tantos otros con capacidad y trayectoria de izquierda) generaría confianza en muchos electores que votarían a la izquierda pero hoy tienen la intención de votar nulo como lo manifiestan ciertas encuestas.
Si la campaña se transforma en una especie de movilización nacional unitaria cantón por cantón (aunque a nivel provincial vayan con candidaturas propias cada sector); si se hace un lanzamiento multitudinario que marque presencia; si se hace una adecuada campaña de comunicación; si se elige un buen candidato vicepresidencial de la Costa (podría ser el
propio Correa) comprometido con un proyecto soberano e identificado como un complemento a la candidatura indígena en la construcción simbólica del imaginario de los ecuatorianos; si los distintos sectores no se pelean entre sí y no intentan imponer su palabra y sus banderas, estaremos construyendo la utopía de la unidad pero con posibilidades, con buenas posibilidades.
Entonces, ese Frente puede patear el tablero electoral. El triunfo y la actual gestión de Evo Morales en Bolivia también tienen influencia en el imaginario de los /as ecuatorianos /as y ayuda a fortalecer ese frente social y político liderado por la CONAIE y Macas.
Como diría Hegel, la consolidación de este Frente y de la candidatura de Macas se correspondería con el espíritu de la época. Hay cosas que se dan en determinados momentos históricos, hay percepciones colectivas que maduran en ciertos períodos. Hay que saber interpretar el espíritu de la época.
24 de mayo de 2006