Indígena Mecapal, grabado del maestro Alfredo Zalce, artista michoacano comprometido con las causas de los indígenas de América Latina |
Respetar el concepto de Municipio indígena autónomo es uno de los pendientes principales para la gobernabilidad de los pueblos y comunidades indígenas de Michoacán. Y junto con éste, entre los asuntos fundamentales pendientes de respuesta satisfactoria, se incluyen además: el reconocimiento a la libre determinación y autonomía de los pueblos y comunidades; la garantía de la tenencia, uso y usufructo comunal de los recursos naturales; y la integración de nuestras poblaciones a las vertientes principales de la vida económica y social del país, en condiciones de respeto e igualdad.
Estos asuntos cardinales estuvieron presentes en Nurío, Pamatákuarhu y Zirahuén, durante los encuentros de discusión promovidos por la caravana de La Otra Campaña. Igualmente, se expuso la necesidad urgente para el establecimiento de estructuras organizacionales, auténticamente representativas, como sería el caso de un Consejo autónomo de representantes de bienes comunales. Estas estructuras nos hacen falta. Ayudarían a poner en práctica la autogestión colectiva de los territorios y recursos patrimoniales de nuestras comunidades y cimentar las bases de una nueva economía rural.
Es por estas razones que debemos ahora dar paso, como parte de las acciones concretas resultantes de La Otra Campaña y de la organización independiente de las autoridades comunales, al ejercicio de autonomías regionales y comunales plurales y diversas.
Estas autonomías –de hecho– son condiciones necesarias para la creación de estructuras institucionales auténticamente representativas en nuestros territorios, las cuales permitan el ejercicio de pluralismos político-administrativos para una verdadera gobernabilidad económica, social, medioambiental, y no sólo para una simbólica representación interna, ostentación protocolar de bastones de mando y procuración menor de justicia.
Se debe pugnar, por lo tanto, por la integración de un nuevo y consistente tercer nivel de gobierno que represente, ante las instituciones e instancias exteriores, los intereses de nuestras comunidades, el cual daría lugar al ejercicio, no solamente de facto sino también de derecho, de una jurisdicción indígena –inédita en el contexto de las promesas de políticos y gobernantes, incluyendo a los candidatos en campaña por la presidencia de la República.
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A partir de la visita de la caravana zapatista, continuaremos pugnando por conseguir que se vuelvan realidad las siguientes condiciones, las que, en su conjunto, serían componentes de un proceso tendiente a la reconstitución del pueblo Purhépecha y de los otros pueblos indígenas de México y Michoacán.
1. Un nuevo Pacto Social Estado-pueblos indios, que garantice la construcción de una nueva nación pluricultural y multilingüe. Una nación de naciones;
2. Una nueva Constitución a nivel federal que garantice el ejercicio de los derechos legítimos como pueblos indios, incluyendo, fundamentalmente los asuntos de la libre determinación, autonomía y tenencia comunal de tierras y territorios; y el control de nuestras riquezas naturales y patrimonio cultural;
3. El establecimiento de Autonomías Regionales (plurales y diversas, en el Lago, la Meseta y otras regiones), práctica social de autogestión, autodeterminación y autonomía a ser ejercida en “caracoles” y asambleas comunales, y ordenada legalmente en “constituciones internas”. Estas autonomías –de hecho– son esenciales para el ejercicio del pluralismo político-administrativo que sentaría las bases para una verdadera gobernabilidad rural comunal;
4. Un nuevo y consistente Tercer Nivel de Gobierno que represente, ante las instituciones e instancias exteriores, los intereses de nuestras comunidades. Este nivel gubernamental consistiría en –y estaría delimitado por: (i) la agregación territorial de zonas geográficas con población predominantemente indígena; (ii) la suma organizacional de comunidades individuales (colindantes o separadas); y (iii) el ejercicio de las funciones de un nuevo tipo de “municipio”, regido y organizado bajo esquemas comunales de representación;
5. Jurisdicción Indígena, comprendiendo las áreas claves para la auténtica gobernabilidad y gestión local y regional: organización comunal interna; salud pública y medioambiental; educación y servicios sociales; procuración de justicia, gestión económica y de los bienes de todos; y comunicación y patrimonio cultural;
6. Formalización de Constituciones Internas, al poner por escrito, refrendar y poner en la práctica nuestras normas internas de gobierno y gestión. Estas se basarían en nuestra percepción milenaria de la vida y la sociedad, y en los instrumentos y maneras de ejercer nuestros recursos colectivos: propiedad comunal de tierras, territorios y patrimonio cultural; asambleas comunales y de barrio; cumplimiento de cargos y responsabilidades sociales; y ejercicio extendido de relaciones sociales y familiares, entre otros;
7. Organización de un Consejo de Autoridades, auténtico y legítimamente representativo de cada uno de los pueblos indígenas. Junto con el sentido de pertenencia y los elementos valiosos de nuestras lenguas, culturas e historias, la autonomía indígena y la organización comunal son los puntales del bienestar y de la dignidad de nuestros pueblos y comunidades;
8. Formulación de Planes Autónomos para el bienestar comunal, erradicando el obsoleto paradigma de los “pliegos petitorios”, las “audiencias”, las “ventanillas” y las “cartas de solicitud”. La gestión de los asuntos internos, en todos sus aspectos (económicos, sociales, políticos), se fundamenta en una “jurisdicción” multisectorial y en la toma de decisiones, formulación de planes y programas de inversión así como el ejercicio directo de recursos y presupuestos;
9. Organización de una Alianza Permanente de organizaciones sociales, incluyendo aquellas de profesionistas, estudiantes, artistas, comunicadores, en conjunto con las autoridades de los pueblos y comunidades indígenas. Esto según lo demandan nuestras realidades regionales, y como suma y resultado de este esfuerzo colectivo de organización impulsado bajo La Otra Campaña; y
10. Gestión autónoma de los aspectos culturales, científicos, de creación y comunicación. Esta acción final es con la intención de preservar la sabiduría de nuestros hombres y mujeres mayores, de enriquecer nuestro patrimonio cultural (físico, material, tangible e intangible), a fin de facilitar el surgimiento de un nuevo arte comunal y popular, gráfico, digital, y en todos los aspectos, manteniendo la propiedad intelectual en el ámbito interno de los pueblos y comunidades indígenas.
Barrio de San Pedro Urhépati, Santa Fe de la Laguna, Michoacán, México, a 10 de abril de 2006
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* La autora, Bertha Dimas Huacruz, es de orígen indígena p’urépecha, médica, especialista en salud pública y comunera de Santa Fe de la Laguna. Recibió el Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2004 y 2005