Si el mundo fuera perfecto, todas las vocaciones políticas de buena voluntad se concretarían en maravillosas obras de la humanidad que convertiría a nuestro planeta en un paraíso. Me pregunto si en nuestro país es obra de buena voluntad hacer tantas leyes medioambientales y no cumplirlas, ¿por la dejadez?, ¿por corrupción?, o por la mezcla de los dos compuestos químicos de la complicidad.
Son tantos los planes de adecuación y manejo ambiental (PAMA) que parecen multiplicarse en años para no tener cuando ver la mejora concreta de las medidas medioambientales, porque las empresas se han acostumbrado a pedir la prórroga de los plazos cada vez que les vence, tanto que esta modalidad se ha convertido en una sistemática excusa para nunca asumir sus responsabilidades.
En Corrientes (Provincia de Alto Amazonas, Loreto) por ejemplo, los Achuar hace 30 años vienen reclamando por la contaminación que sufren, incluso con reporte de muertes. De las tantas evaluaciones que hubo, solo por cumplir, para verificar el nivel de contaminación de los desechos químicos, la efectuada por la Dirección General de Salud (DIGESA) es muy reveladora. Veamos lo que dijo textualmente el funcionario que presentó su exposición ante la Comisión de Pueblos Andino Amazónico Afroperuano, Ambiente y Ecología del Congreso:
“hemos encontrado en Jibarito y Guayurí, al regresar a esos puntos el caso del plomo que superaba nuestros límites máximos permisibles, nuestros valores máximos”
“de las evaluaciones que ha hecho OSINERG, de las evaluaciones que ha hecho Energía y Minas y de la propia empresa Pluspetrol, evidentemente, se traduce el reconocimiento del impacto. Hay 30 años de explotación, hay esfuerzos y los estamos escuchando, pero el impacto en la población es notoria hablando de cloruros, por ejemplo”
“estamos en estos momentos analizando que el plomo en sangre en parte de la comunidad, de los 199 analizados hay una proporción importante de pobladores que están con más de 10 microgramos por decilitro de sangre, que es el límite máximo – vamos a decir – permisible de plomo, contenido de plomo en sangre”
“y un poco para cerrar mi presentación, era que no he querido traerlo acá por no exacerbar más estos ánimos, pero básicamente en las presentaciones que nos han traído nuestros nativos de la zona, había efectos epidérmicos, dérmicos muy fuertes . Esto lo están estudiando los médicos, por supuesto. Se asemejaba mucho a la presencia de sal, o sea, las sales en el cuerpo es un poco el efecto que tienen los pescadores. Hay una presentación en la piel, eso es uno. Y dos, hay también afectación hepática, hinchazón de higados”.
“..........señores congresistas, indicando que en los PAMA, en los PAC lamentablemente no se ha privilegiado el aspecto de salud”
(Exposición del Ingeniero Jorge Albinagorta, Director de la Dirección de Salud Ambiental DIGESA, ante la Comisión de Pueblos Andino Amazónico Afroperuano, Ambiente y Ecología del Congreso de la República, realizado el día miércoles 12 de octubre de 2005, presidida por el Señor Walter Alejos Calderón).
Sin embargo, hasta la fecha, no hay ningún indicio de seguimiento al caso y si lo han hecho, esto no ha sido puesto en conocimiento de la población afectada.
Algo similar pasa con los recursos forestales, principalmente con los informales. Cada vez que son intervenidos por la autoridad sectorial, piden su absolución de rodillas y bajo el compromiso de no reincidir en infracción, apelan a la generosidad de los funcionarios que esta vez será la última oportunidad que se les permita sacar la madera tumbada. Pasa el tiempo, igual, la ilegalidad continua aún con más fuerza y astucia, al extremo de utilizar y movilizar a la población para presionar a las autoridades con el poder de la fuerza social manipulada, bloqueando carreteras e incluso incendiando los locales públicos como ocurrió en Puerto Maldonado en el 2002.
Al parecer este hecho sentó en Madre de Dios un precedente sumamente intimidatorio para que la ilegalidad siga imponiéndose, de modo que nadie se atreve a denunciar - salvo las organizaciones indígenas - los graves hechos de atropello que sufren los pueblos indígenas en aislamiento voluntario hacia la línea 343, por el río Las Piedras hasta el día de hoy, con el silencio cómplice de las autoridades.
Hablando de Puerto Maldonado, Capital de la Biodiversidad, convertida hoy en una de las regiones más trajinadas por la informalidad no solo por la extracción y blanqueo de la madera, sino también por la actividad minera irresponsable. El llamado río Colorado, no es porque así se llame por casualidad. Este río en realidad es colorado por el sedimento del lodo que se escurre desde las alturas del río Huaipetue que más parece haber sufrido un hecatombe de maldición recibida.
En 1997 los comuneros de San José de Karene mostraban con impotencia sus reclamos ante el Ministerio de Energía y Minas, denunciando a la vez la incursión minera de los formales e informales que a diestra y siniestra le convertían el río Huaipetue en cerros artificiales con 5 mil cargadores frontales, produciendo cada cargador frontal algo de 3 kilos diarios de oro. En contraste, uno en primera impresión puede suponer que la región es pobre, pero si nos ponemos a sacar cálculos de su riqueza informalmente socavada, solo en Huipetue se fue de la mano de la población una gran oportunidad para el desarrollo de esta aparente región pobre, cuya capital , Puerto Maldonado, parece una comunidad recién naciente y pobre, siempre dependiente del papá estado.
Si en Huaipetue la situación estuvo mucho más disimulada a lo largo de una década, parece ser esa misma la estrategia que pretenden aplicar los sacadores de oro en Delta 1. Los dirigentes de la Federación Nativa del Ríos Madre de Dios y afluentes (FENAMAD), una organización de resistencia indígena en la región, denunciaron que en un lugar llamado Delta 1, los mineros están ingresando con 150 máquinas MWM, sumado a los cargadores frontales, lo cual anuncia el próximo capítulo de la barbarie, afectando a las comunidades Harambuk de Barranco Chico, Puerto Luz y San José de Karene.
Lo trágico del asunto es que anticipa una posible violencia social y es que existen lotes mineros concedidos a terceros dentro de los territorios comunales, sin considerar las graves alteraciones culturales del que serán victimas los pueblos indígenas asentados en la zona. Hace más de 8 años que la FENAMAD viene solicitando, como también lo hicieron por enésima vez el 30 de noviembre de 2005, ante el Ministerio de Energía y Minas que aquellas concesiones sobrepuestas al interior de los territorios comunales sean anuladas, pedido que calza perfectamente con la legalidad de acuerdo al Convenio 169 de la OIT.
A los pueblos indígenas de Madre de Dios no se les da tregua, a estos pueblos les viene la noche con la concesión de los lotes 76, 111 y 113. El primero impactará directamente la Reserva Comunal Amarakaire, el segundo lote a los pueblos indígenas en aislamiento voluntario, mientras que el tercer lote se sobrepone a las comunidades de Bélgica, San Jacinto, Boca Pariamanu, Infierno de los pueblos indígenas Shipibo, Amahuaca, Ese Eja y Yine.
Volviendo al tema de la madera. En diversas partes de la amazonía existen en pleno siglo 21 seres humanos que aún no han tomado contacto con el resto de la sociedad. Ellos viven indefensos y mueren en enfrentamientos con los madereros ilegales que están sacando maderas incluso en los territorios declarados como reservas para estos indígenas. Estos indígenas, ahora empujados por todos los ángulos, no saben por donde escaparse y lo que hacen es responder con agresión, actitud que muchos de los ignorantes a la idiosincrasia de estos pueblos le dan el calificativo de salvajes.
Personalmente he visto 4 Chitonahuas que viven en el distrito de Yurúa, región Ucayali, asimilados a la fuerza en busca de protección, como sobrevivientes de una matanza donde hubo más de 10 bajas en la comunidad de Raya (río Mapuya – Ucayali). Conozco que por esas terribles muertes vive una niña de apenas 5 años, huérfana de padre y madre, a lado de su abuelo de nombre Retejo. Él cuenta que en principio fueron reclutados por madereros, posteriormente su clan fue exterminado por represalia, porque este grupo puso resistencia frente al abuso y violación del que eran víctimas.
En la Reserva Territorial Murunahua (por el río Yurúa) extraen madera de manera ilegal sacando la madera aserrada por Inuya a través de una trocha carrozable que cruza entre Yurúa y Mapuya. Esta madera sale por Sepahua (Ucayali).
Actualmente, por el Parque Nacional Alto Purús recién creado, existe una carretera que cruza desde la quebrada Unión que desemboca por Sepahua hasta Curiuja que desemboca por Purús con el cómplice silencio de los funcionarios sectoriales. En junio del año pasado unos 5 materos extraviados llegaron a la comunidad de Monterrey siendo decomisadas sus escopetas y sus herramientas por los comuneros de Monterrey, poniendo en conocimiento de las autoridades. Sin embargo esto quedó en nada, no hubo al parecer, ningún seguimiento.
Con la creciente del río de este año, se ha presenciado la bajada de decenas de cuartones que arrastrados por el río Purús salieron del Parque Nacional y no hubo ninguna reacción al respecto para denunciarlos, a excepción de las comunidades indígenas de Purús, organizadas en FECONAPU, que sí llegaron hasta Lima para denunciar el hecho y plantear al mismo tiempo el impulso de una política de manejo y administración directa del Parque por parte de los indígenas.
Quisiéramos que los candidatos que ahora prometen el oro y el moro cumplan con sus intenciones, aunque como es conocido, mas parecen ser flor de un día estas promesas. Creo que una propuesta seria sin ninguna exageración de patriotismo tendría más sentido a la realidad si la “mano dura” que siempre se hace mención en las campañas empezara con la fiscalización ambiental de las empresas contaminantes, sin fijarse en si son o no son extranjeros, tratando a todos por igual, porque igual de contaminantes son sus actos así sean formales o informales.
Ya no más prórroga de los PAMA, porque este argumento vengo escuchando 10 años y no pasa nada. Estoy seguro que con el próximo gobierno, estas empresas contaminantes están preparando sus baterías para solicitar prórroga de los PAMA. Esto de prórroga se ha convertido, como repito, en un escondite perfecto para eludir la responsabilidad, quién sabe, hasta terminar sus periodos de explotación de los recursos. En este sentido quisiera escuchar a los candidatos de no ser tolerantes con estos abusos.
Cuando vean un gobernante serio e incorruptible verán con que rapidez las empresas (petroleras y mineras, principalmente) no tendrán otra excusa que adecuarse a la nueva política de tolerancia cero. Si no están de acuerdo, sean los que primero tomen la iniciativa de dejar que otras empresas mas responsables ocupen estas actividades.
Cuando tuve la oportunidad de viajar en Lircay, pasando por Huancayo y Huancavelica, la verdad es triste ver como las lagunas y los ríos que antes eran manantiales puros de consumo animal y humano, se han convertido en veneno, pensar cómo nuestro país puede tolerar que un recurso elemental que da vida a la población no tenga la menor protección medioambiental.
Estoy seguro que muchos coincidirán que la gesta principal de la contaminación, la informalidad y el saqueo de nuestras riquezas, se inicia desde nuestras instancias sectoriales y de nuestras malas autoridades. Algo importante a tener en cuenta en la reforma del estado es que antes de juzgar a otros limpiemos la casa primero. Si desde el estado no se lidera este cambio, de nada nos sirve sacarle la paja del otro. La mano dura debe empezar desde la casa.
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* Gil Inoach Shawit, es lider indígena del pueblo awajún, ex Presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep)