Servindi, 29 de diciembre, 2009.-Â La superposición de los lotes de hidrocarburos 135 y 137, pertenecientes a la Pacific Rubiales Energy, y la desmedida tala ilegal son los principales peligros que afronta la recién creada Reserva Nacional Matsés, en el departamento de Loreto, cuya flora y fauna representa un muestrario casi completo de la diversidad amazónica.
Esto ha originado que la comunidad nativa Matsés anuncie que no permitirá la presencia de ninguna empresa de hidrocarburos tanto en el territorio de la comunidad como en el de la reserva nacional que ponga en riesgo la subsistencia de los pobladores y la selva amazónica.
En agosto pasado, el Ministerio de Ambiente promulgó el Decreto Supremo 014-2009-MINAM, que crea la Reserva Nacional precisamente para proteger la cabecera de los ríos Gálvez y Yaquerana, garantizar la reproducción constante de los recursos ictiológicos y conservar la flora y fauna silvestres.
Sin embargo, tras el decreto, quedan pendientes diversas acciones de las instituciones públicas que permitan asegurar la sustentabilidad de la zona y que incluya la propuesta de sus principales actores: los matsés.
Larga espera y nuevas tareas
Luego de insistir durante quince años, la comunidad vio concretada su propuesta de crear una reserva que se extienda aledaña a sus territorios. A las 452,735 hectáreas demarcadas y tituladas en Registros Públicos a nombre de la Comunidad Nativa Matsés –que conforman 14 asentamientos- se añaden ahora 420,635 hectáreas destinadas para la reserva.
Según el especialista Lelis Rivera, del Centro para el Desarrollo del Indígena Amazónico (CEDIA), el lote 135 se superpone 600 hectáreas al sur de la reserva nacional, precisamente en el área en donde se hallan los bosques enanos de arena blanca, conocido como varillales, en la margen izquierda del río Blanco.
Además, peligrosamente, este lote de hidrocarburos se adentra en la Zona Reservada Sierra del Divisor, también en Loreto, la cual alberga la mayor cantidad de primates registrados en el neotrópico. De la misma forma, este lote se superpone al área destinada para la ampliación del territorio comunal.
Sin respetar el derecho de consulta previa, la empresa Pacific ha remitido un ejemplar del Estudio de Impacto Ambiental a la comunidad a través del consejo distrital de Yaquerana.
Dicho estudio, que no ha contado con la participación ni de las autoridades ni de los miembros de la comunidad, ha generado la justificada indignación de los pobladores.
En el estudio en mención se consigna la instalación de cuatro pozos exploratorios, uno de los cuales se ubicaría a menos de 5 kilómetros del río Yaquerana, en el límite con Brasil, en pleno corazón de los varillales (Tapiche Blanco). Un leve movimiento de tierra o el paso de un tractor en esta zona altamente sensible, podría generar un canal que dañaría gravemente a los varillales, sostiene Rivera.
Respecto del otro lote, el 137, también se superpone sobre los asentamientos de la comunidad y los varillales del río Blanco.
Según especialistas ambientales de diferentes instituciones, habría una veintena de lotes petroleros que se superpondrían a áreas naturales protegidas, la mayoría de las cuales otorgadas a través de un proceso irregular.
Por su parte, la comunidad matsés ya tiene una decisión tomada: rechazar la concesión petrolera y exigir que el Estado acepte esta decisión que viene acompañada de un plan de desarrollo adaptado a las necesidades de convivencia con la naturaleza.
De tanto cansarse en pedir apoyo al Estado, han empezado a diseñar su propio plan estratégico con la ayuda del municipio, que incluye piscigranjas, planes de manejo turístico, artesanía, entre otros.
Asimismo, el próximo 19 de enero, se iniciará el proceso de elaboración del Plan Maestro de la Reseva Nacional Matsés que será presentado al Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp).
Mientras tanto, con apoyo de Cedia, se han instalado dos puestos de control de tala ilegal, ubicados en la parte sur, cerca al lote 135, en la cabecera del río Loboyacu (Matanzas). En cada puesto hay dos guardianes con un panel solar, para evitar el pase de este tráfico ilícito.
Para los próximos dos años, Cedia tiene pensado extender este sistema pagando los honorarios de dos guardaparques, cuya capacitación estaría a cargo de Sernanp.
Lamentablemente, el compromiso del ministro del Ambiente para capacitar a 14 nativos como guardaparques ha quedado inconcluso al conocerse que el Sernanp solo tiene presupuesto para un solo guardaparques.
Nativo será jefe de la reserva
Hace unas semanas, la comunidad nativa ha remitido al jefe del Sernanp la relación con una terna de nativos candidatos para asumir la jefatura de la reserva nacional, el cual deberá ser nombrado a partir del primero de enero, de acuerdo al compromiso que hizo el ministro del Ambiente con la comunidad.
Respecto a la tala ilegal, el Inrena había entregado concesiones madereras sin considerar si existía madera para extraer. Varios de los concesionarios han invadido los territorios aledaños, tanto de la comunidad como de la actual reserva, incluida la zona de varillales, y también de Sierra del Divisor, para extraer madera de forma ilegal.
Ante las quejas de los nativos, Fondebosques ha iniciado el proceso de reversión de tres contratos ilegales. Cuando se regule esta situación, se propondrá anexar la parte de los varillales que no fue incluida a la Reserva Nacional, proyecto que ha sido considerado de prioridad para el Gobierno Regional de Loreto. Dicha zona no había sido incluida porque estaba concesionada a la tala de madera.
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A primera vista, la región de Matsés parece ser un área típica de los bosques amazónicos de tierras bajas húmedos, hiperdiversos, y con una abundante vida silvestre. La región está dominada por colinas suaves y abruptas, y el prístino bosque es atravesado por quebradas y ríos ().
Sin embargo, una mirada más cercana nos revela unas bandas anchas de bosque, en ambos lados del río Blanco, que reflejan unas sombras de color lila; estos tonos inesperados fueron nuestro primer indicio de que la región de Matsés era extraordinaria. (...) "Los bosques que crecen sobre los suelos de arena blanca (conocidos en el Perú como varillales) tienen la diversidad de especies más baja de todas las comunidades del bosque amazónico. Típicamente, los árboles tienen poco diámetro y son bajos y hay una escasez de animales. ¿Por qué debemos conservar estas comunidades de baja diversidad? Aunque los bosques de arena blanca son casi cinco veces menos diversos que los bosques más ricos de la tierra firme de la Amazonía, generalmente las especies que ocurren allí son endémicas. En los últimos diez años, biólogos que han estado trabajando en los bosques de arena blanca cerca de Iquitos han descubierto más de dos docenas de especies nuevas para la ciencia, incluyendo cinco aves y numerosas plantas e insectos. Estas especies no han sido registradas fuera de los bosques de arena blanca y muchos sólo ocurren en el Perú. Las comunidades de bosque de arena blanca son poco comunes en el paisaje. En toda la cuenca Amazónica, representan ~3% de los bosques de selva baja y ocurren principalmente dentro de la cuenca del río Negro en Venezuela y Brasil. En el Perú, los hábitats de arena blanca son aún menos comunes. Hay ocho parches conocidos de bosque de arena blanca en el Perú, representando menos del 1% de la selva baja peruana (Figura 12A). Actualmente solamente una de estas áreas se encuentra protegida, la Reserva Nacional Allpahuayo-Mishana (58.069 ha), y solamente une 20% de esta reserva es bosque de arena blanca. Los ocho parches de arena blanca están aislados unos de otros y tienen hábitats similares a los de Colombia, Venezuela y Brasil. Esta distribución dispersa probablemente refuerza no solamente el endemismo pero también la vulnerabilidad de la flora y fauna de arena blanca en el Perú. Por ejemplo, una nueva especie de atrapamoscas (Polyoptila clementsi) fue descrita en el 2005. Se conocen menos de 25 individuos en el mundo y todos ocurren en dos parches de bosque de arena blanca en y cerca a la Reserva Nacional Allpahuayo-Mishana. Los bosques de arena blanca son extremadamente frágiles. Estos suelos tiene la más baja disponibilidad de nutrientes registrada para cualquier lugar, los nutrientes minerales residen dentro de los organismos vivos, y las raices y los hongos capturan rápidamente cualquier nutriente de la descomposición. Si se talan los árboles en el bosque de arena blanca, los nurientes se lixivian rápidamente a través de la arena, y el suelo se degrada. Usando estos bosques para actividades de extracción o de agricultura sería contraproducente económicamente, ya que se invierten más recursos en talar el bosque que en lo que se podría recuperar por medio de actividades madereras o agrícolas. Como los bosques de arena blanca son hábitats raros, frágiles y albergan especies vulnerables y endémicas, la propuesta Zona Reservada Los Varillales (195.365 ha; Figuras 2, 12A), representa un oportunidad inigualable para la conservación. A lo largo del río Blanco hay pequeños asentamientos humanos esparcidos, sin embargo la mayoría del área está deshabitada y el bosque está intacto. Durante solamente los tres días en que estuvieron en el sitio, los científicos encontraron especies nunca antes registradas en el Perú, y algunas nuevas para la ciencia. Esta área representa el bosque más grande de arena blanca en el Perú, y como poblaciones más grandes son más resistentes a la extinción, creando la Zona Reservada Los Varillales ayudará a resguardar especies raras y endémicas que de lo contrario desaparecerían para siempre. Grupo de Trabajo a cargo del Inventario Biológico Rápido. Informe 16, The Field Museum, 2006 |
Si usted desea conocer el Inventario Biológico Rápido completo publicado por el Field Museum el 2006 de un clic en el siguiente enlace:
- Inventario Biológico Rápido Matses (Documento PDF, 116 páginas)