Servindi, 26 de noviembre, 2009.- El relator especial de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, James Amaya, expresó su "extrema preocupación" por el desalojo forzado de una comunidad indígena Naso, donde ahora se pretende desarrollar un proyecto ganadero. (Imagen: EDLC)
El pasado 20 de noviembre, un grupo de 150 policías antimotines, que emplearon gases lacrimógenos, desalojaron a más de 200 indígenas nasos de las tierras que habitaban en la provincia de Bocas del Toro, cerca de la frontera con Costa Rica.
"Hago un llamamiento a las autoridades panameñas y del pueblo Naso a buscar vías de diálogo y de entendimiento sobre la base de respeto a los derechos humanos para llegar a una solución pacífica", manifestó Anaya.
Asimismo, afirmó que los pueblos indígenas no pueden ser desplazados por la fuerza de sus tierras sin su consentimiento ni sin un acuerdo previo de indemnización.
Los nasos han protagonizado varias protestas por los desalojos, incluida una en septiembre en que unos 20 indígenas se encadenaron a unas vallas sobre estiércol de caballo y gallinazos en los alrededores de la casa presidencial.