Por Jorge Agurto
El miércoles 11 de noviembre se suscitó un interesante debate sobre la clasificación del Perú como país de renta media alta y el efecto de ésta en la cooperación privada internacional. Servindi publicó un resumen informativo sobre dicha mesa (ver: Debaten clasificación como país de renta media alta y nuevo escenario de la cooperación). En esta ocasión publicamos algunos audios del debate y comentarios personales al respecto.
La posición oficialista de la APCI
- Carlos Pando, APCI, 11 Nov. 2009 (8 minutos. Descargar archivo mp3. con clic derecho sobre el enlace y guardar como)
Carlos Pando, Director Ejecutivo de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI), fue portador de aquella posición del gobierno que presenta al Perú como un país triunfalista, que se consolida en su camino al desarrollo y abate la pobreza con un crecimiento imparable y una economía blindada frente a las crisis internacional.
En esa orientación, Pando no solo se afirmó en que Perú estaba en condiciones de ser virtualmente un país cooperante internacional para brindar asesoría técnica en nuestra exitosa de lucha contra la pobreza sino que además se pensaba crear un fondo de apoyo a otros países con menor desarrollo al nuestro.
En mi opinión, esa visión y postura triunfalista - cuyo principal portavoz es el elocuente Jefe de Estado Alan García - no solo es falsa sino además peligrosa por los errores a los que puede inducir tanto al propio Estado peruano como a la cooperación internacional.
Debemos empezar por señalar que durante el régimen actual no existen cifras confiables de la lucha contra la pobreza y sobre el crecimiento económico. Las modificaciones -por no decir manipulaciones- en las fórmulas de cálculo de ambos índices han sido advertidas de manera insistente por Farid Matuk, ex jefe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) a quién se le ha abierto un proceso judicial en obvia represalia por su posición crítica frente al censo nacional y a las triunfales cifras que exhibe el gobierno en la lucha contra la pobreza.
Para Matuk la pobreza alimentaria en lugar de disminuir aumentó de un 30 por ciento en el 2006 a un 32 por ciento el 2008 sobre la base de una medición más precisa como el déficit calórico que:
"(...) no está sujeta a las arbitrariedades de ajustar los precios urbanos con los precios rurales, o imputar el precio de los alimentos que los hogares producen por sí mismos".
"Hipotéticamente la línea de pobreza extrema indica la cantidad de dinero necesario para comprar los alimentos elementales para subsistir, pero hace exclusión a los gastos complementarios como el vestuario, vivienda, transporte, entre otros.
Esta elaboración podría corresponder a las necesidades políticas del gobierno de turno, ya que la construcción de la línea de pobreza extrema en el paí es un secreto de estado y solo tres personas han tenido acceso al programa de cómputo que elabora dicha línea. Por ello se concluir que se trata de propaganda política y no de un instrumento científico" (1)
Por otro lado, como lo han advertido otros especialistas, crecimiento económico no es igual a desarrollo. El Perú puede registrar un permanente crecimiento económico a consecuencia de la exportación de materias primas como gas, petróleo y minerales, pero este movimiento enriquece básicamente a grupos de poder y estratos altos pero no repercute en beneficio de la población mayoritaria.
Un claro ejemplo de esa situación es la región Pasco. Si simuláramos que Pasco es un país autónomo y dividimos las divisas que aporta el país y las dividiéramos entre su población quizás tendríamos a la nación más rica del planeta. Sin embargo Pasco es una ciudad empobrecida, semiderruída por la minería, con escasez de agua por la contaminación de sus lagunas, sin servicios adecuados, caótica, cuya capital se debate en desplazarse a un lugar donde no haya minerales empujada por un tajo voraz y enorme que avanza incontenible derruyéndolo todo, empujando a la población al desconsuelo y el infortunio más desgraciado.
Esta realidad del Perú real, que se reproduce no solo en las áreas andinas como Huancavelica, Apurimac y otras que son las más pobres del país a pesar de estar siglos exportando minerales que enriquecen a otras regiones, se profundiza y amplía en las regiones amazónicas donde viven pueblos sin ninguno de los servicios básicos del Estado.
La posición oficialista tampoco se detiene en proyectar el alcance de las vulnerabilidades que acarreará el impacto de los tratados de libre comercio que alienta el gobierno sin ningún reparo o consideración técnica, tampoco los efectos de la política de promoción de monocultivos para satisfacer las demandas internacionales de agrocombustibles o las oleadas migratorias que provocará el cambio climático y las megacentrales hidroeléctricas que pretende construir en lugares de alta biodiversidad para satisfacer las necesidades energéticas de Brasil.
Observadores internacionales ya están advirtiendo que la crisis financiera y el cambio climático están revirtiendo los supuestos avances internacionales en la lucha contra la pobreza y que esta se viene incrementando, alejando el alcance de las metas del milenio. Por ejemplo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advirtió este año que durante el 2009 por lo menos 2,8 millones de personas volverán a ser pobres. Del mismo modo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) confirmó en octubre de este año que la desigualdad social, la discriminación e inequidad se extiende en América Latina a niveles inaceptables y se registra 180 millones de pobres y más de 70 millones de indigentes.
Pero ninguna de estas consideraciones parece pasar por la mente de los estrategas oficiales de la cooperación internacional de Perú que se expresan como si fuéramos ya un país desarrollado a pesar de las profundas brechas que tenemos que tramontar.
Otro factor importante es la capacidad del Estado para sostener políticas eficaces de desarrollo social. Debemos evaluar con objetividad la capacidad del Estado peruano frente a desastres como el terremoto del sur de 2007. Han pasado ya dos años, el hospital de Ica aún sigue sin construir y aún no podemos reparar las escuelas ni asegurar los servicios básicos para sectores de la población que aún viven de manera provisional, a pesar que se encuentran en una zona urbana a pocas horas de la capital del país.
La crítica de Luis Sirumbal
- Luis Sirumbal, ALOP, 11 nov. 2009 (12 minutos, 46 segundos. Descargar archivo mp3. con clic derecho sobre el enlace y guardar como)
Como lo advirtió Luis Sirumbal, hay que evitar adoptar y repetir de manera mecánica -sin beneficio de inventario- una clasificación elaborada por el Banco Mundial para temas financieros y de deuda externa, como un indicador confiable sobre el nivel de desarrollo de un país y, en consecuencia, orientar a partir de éste a la cooperación privada internacional.
En América Latina crecimiento y desarrollo económico no significan lo mismo y equipararlos puede conllevar el ocultar graves fracturas económicas, sociales y culturales, que están como cimientos en la base estructural de la sociedad peruana.
Otro tema de fondo es el modelo de desarrollo que el gobierno actual no se cuestiona en ningún momento. Alan García se ha convertido en el adalid de un neoliberalismo trasnochado que machaconamente eleva la inversión privada a la categoría non plus ultra de la política económica y factor clave del desarrollo a pesar que ésta política no se aplica en ninguna parte y se bate en retirada en momentos en que los grandes capitalistas han debido trasgredir y violentar sus sagrados principios neoliberales y acudir sin escrúpulos y sin vergüenza ante los planes de salvataje tendidos por el Estado para intentar salvar sus empresas y cosechar a río revuelto, como lo vienen haciendo muchos.
En momentos en que la coyuntura económica internacional ofrece al gobierno la posibilidad histórica de dar un golpe de timón para emprender un programa de política nacional (no nacionalista) que aproveche nuestras ventajas comparativas y competitivas para brindar mejores oportunidades a nuestros connacionales el gobierno se autocomplace y solaza en exhibir indicadores de exportación que distan de reflejar un modelo de desarrollo integral y sostenible. Las cifras que hoy nos dan la ilusión de ser exitosos y jactanciosos por tener los bolsillos llenos de monedas no indican que seamos de manera firme "un país de renta media alta" y tengamos un porvenir asegurado, ni siquiera en el corto plazo. Solo reflejan la voraz depredación que se está haciendo de nuestros recursos no renovables: gas, petróleo, minerales; y que esta bonanza de crecimiento primario-exportadora ni siquiera está articulada o favorece una reconversión energética que acreciente estratégicamente el capital de nuestra pequeña, mediana y gran industria nacional.
Por razones que deben ser investigadas y sancionadas en su oportunidad nuestros hidrocarburos, como el gas, están comprometidos para abastecer otros países y ya se anuncia que los peruanos terminaremos pagando un precio mayor por nuestro propio gas. Esto sucede mientras se investiga lentamente un espionaje telefónico que se retarda, paraliza y obstruye con escándalos (ya sea asesinatos de artistas, súbita aparición de espías y luego hasta resucitación de bandas de pistacos) que hace recordar los psicosociales que empleaba Vladimiro Montesinos durante el régimen de Fujimori. La gran prensa peruana aparece atravesada de escandaletes que, de manera extraña, se superponen e intentan desviar la atención pública de temas de fondo, como la forma malévola y corrupta en que se han venido otorgando grandes concesiones y repartiendo beneficios comprometiendo a las más altas esferas del actual gobierno.
Una de las claves del desarrollo humano es la educación. Pero nuestros índices siguen siendo los peores, la inversión en educación pública es una de las más bajas del continente y el gobierno en lugar de alentar la educación intercultural y bilingüe para favorecer a las poblaciones "excluidas" se ha empecinado en destruir los avances en este campo mediante la imposición de la nota 14 para ingresar a los institutos pedagógicos, incluyendo a los que se orientan a las poblaciones indígenas. Esta agresión a la educación que necesitan las comunidades indígenas para intentar salir de la exclusión se produce en un contexto de enfrentamiento y agresión a la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), la organización más legítima y representativa de los pueblos indígenas amazónicos, y pionera en la gestión de programas de educación bilingüe e intercultural con el principal apoyo de la cooperación privada internacional.
Como lo advierte Sirumbal, y a pesar de que su peso específico es limitado comparada con el gasto público, la cooperación privada internacional aún tiene mucho que hacer en el Perú y debe preocuparse por observar de qué tipo es el crecimiento económico y cómo se redistribuye el ingreso en el país. No es sostenible un crecimiento basado únicamente en la actividad primario-exportadora y menos aún justificable -precisa Sirumbal- "poner los bosques en el mercado" aplicando la política del perro del hortelano o la de los ciudadanos de segunda categoría para mantener los cifras en azul en el corto plazo.
La tesis de que en el marco de la democracia representativa el partido de gobierno elegido tiene todas las atribuciones para definir las prioridades de la cooperación privada internacional y fijar las políticas del gobierno deben ser ponderadas también en el marco de un Estado rígido, monocultural y monolingüe, que tiene deficiencias seculares y congénitas para expresar y representar un país diverso, pluricultural y multilingüe. El manejo del conflicto amazónico -que explosionó en el caso Bagua- expresa esta incapacidad histórica que un gobierno sobrio e inteligente debería asimilar en vez de soslayar.
Las observaciones del PNUD y la Cooperación Española
- Jorge Chediek, PNUD, 11 nov. 2009 (8 minutos. Descargar archivo mp3. con clic derecho sobre el enlace y guardar como)
Jorge Chediek, Coordinador Residente y Representante Residente de las Naciones Unidas / PNUD fue mucho más cauto y atinado al afirmar que la crisis de la cooperación internacional va más allá de si el país es o no es de renta media, y en su didáctica y breve exposición enfatizó cómo ésta ha evolucionado superando modelos, esquemas y enfoques conceptuales.
Chediek confirmó que según su punto de vista el Perú tiene elementos para seguir atrayendo la cooperación privada porque "tiene un Burundi (2) dentro", con 14 por ciento de población que vive en pobreza extrema y un 36 por ciento en pobreza y que tiene enormes necesidades. El Estado peruano va a tener problemas para llegar durante un buen tiempo a esa población y la cooperación puede llegar de formas y con mecanismos que luego el Estado puede copiar. Tenemos que ganarnos el espacio con calidad y con impacto, afirmó Chediek.
- Teresa Nuñez, AECI, 11 nov. 2009 (7 minutos, 29 segundos. Descargar archivo mp3. con clic derecho sobre el enlace y guardar como)
Por su parte, Teresa Núñez, de la Agencia de Cooperación Española (AECI) indicó que España ha liderado la cooperación en países de "renta media" por que son en estos países donde se encuentran los grandes focos e índices de inequidad en la distribución de la riqueza, y la mayor concentración de pobreza extrema. En este sentido, también confirmó que América latina es una de las regiones que mayor desigualdad registra en el mundo y tiene las poblaciones más vulnerables ante los desastres mal llamados naturales porque "son achacables a la mano del hombre, como el cambio climático", expresó.
Un desarrollo por consensuar
Uno de los principales problemas que permanece en el umbral de las decisiones políticas del día al día es cuál es la noción de desarrollo a la que aspira el Perú como país. ¿Existe algún consenso al respecto cuando se adoptan las políticas de Estado? Sirumbal expresó su gran desconcierto y extrañeza porque la política marco de la cooperación internacional y los planes anuales de la cooperación no son el resultado de ningún debate ni de ningún consenso con los sectores interesados de la sociedad civil. Las organizaciones sociales se enteran de las mismas cuando se publican en el diario oficial porque no existen mecanismos que promuevan este consenso y menos aún se hace visible la función de un organismo planificador del desarrollo como el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN).
Las inconsistencias y diferencias de criterios de desarrollo se han colocado a la luz pública luego de las movilizaciones protagonizadas por los pueblos indígenas amazónicos. El debate se abre y polariza cuando el gobierno conserva en el discurso la defensa del ambiente, la diversidad cultural y la biodiversidad, pero, en la práctica, promueve grandes obras infraestructura y concesiona el 75 por ciento de la amazonía peruana, aún sobre áreas protegidas o territorios indígenas.
El gobierno del partido aprista que se muestra entusiasta y fervoroso partidario de la globalización financiera y económica debe guardar un mínimo de coherencia y permitir también que su discurso y sus políticas concretas sean observadas y juzgadas globalmente por la comunidad internacional. Los ciudadanos peruanos, las organizaciones de la sociedad civil, los organismos y la comunidad internacional tienen todo el derecho de evaluar y juzgar si el Estado peruano -hoy e cargo del Partido Aprista- cumple los tratados, compromisos y estándares internacionales que deben ser respetados por todo país que se reclama adu lto y civilizado o si trata simplemente de un gobierno "criollo" y embustero.
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Notas:
(1) Matuk, Farid: Diario La República, 20 de octubre de 2009, p. 11
(2) Según la Wikipedia Burundi es una pequeña nación ubicada en África Oriental y es el noveno país más pobre del mundo (según el IDH 2006), teniendo uno de los ingreso per cápita más bajo también. El mayor medio de subsistencia es la agricultura pero posee una de las reservas de níquel más grandes del mundo. Aunque la economía gira en torno a la agricultura, por culpa de la guerra civil, la erosión, y la emigración de la población, Burundi es incapaz de resolver sus necesidades alimenticias, llegando incluso a importar alimentos, lo cual significa un 17% del total de las importaciones. Entre 1993 y 1999 la violencia étnica entre hutus y facciones tutsi en Burundi produjo cientos de miles de refugiados y dejó al menos 250.000 muertos. Aunque muchos refugiados hayan vuelto de países vecinos, ha proseguido la lucha étnica, que ha obligado a otros a huir.
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