Servindi, 19 de octubre, 2009.- La historia del pueblo amazónico Akuntsu sufrió otro lamentable episodio tras la muerte de Ururú, la integrante más anciana de esta pequeño y unido grupo conformado tan sólo por cinco miembros (Video de Survival).
Ururú presenció el genocidio de su pueblo y la destrucción de su hogar en la selva del estado de Rondônia, Brasil, durante los años 60 cuando los terratenientes ganaderos y sus pistoleros a sueldo se trasladaban a tierras indígenas.
Este hecho fue protagonizado debido a que el Gobierno brasileño pretendía construir la carretera BR 364, lo cual logró.
Ahora, este pueblo se encuentra al borde de la extinción. Konibú, hermano de Ururú, y ahora también el superviviente akuntsu de mayor edad, está gravemente enfermo lo que supone una pronta y lamentable disminución en este grupo.
Otros dos hombres supervivientes, Konibú y Pupak, tienen en su cuerpo las cicatrices de las balas que les impactaron cuando huían de los terratenientes que arrasaron sus casas con máquinas excavadoras y prendiéndoles fuego.
Al conocer el lamentable deceso, el titular de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), Altair Algayer, señaló que era una luchadora, una mujer fuerte y resistió hasta el último momento.
De otro lado, durante las investigaciones de la FUNAI, se encontraron restos de casas que habían sido destruidas por los terratenientes ganaderos que talaban la selva para crear pastos para el ganado.
Estos intentaron ocultar las pruebas de su delito, pero se descubrieron palos de madera, flechas, hachas y cerámica rota.
Los akuntsu eran siete cuando la FUNAI los contactó en 1995. La más joven, la hija de Konibú, murió en enero del 2000 cuando un árbol cayó encima de su casa.