- Adhesión de Australia reduce a tres los gobiernos que votaron en contra de la Declaración.
- Servindi noticias 3 de abril, 2009 (Archivo mp3, 2 minutos, 38 segundos)
Servindi, 3 de abril, 2009.- El gobierno australiano anunció su adhesión a la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, luego de que en 2007 la anterior administración conservadora votara en contra de este trascendental acuerdo internacional.
"Hoy Australia cambia su posición. Lo hacemos con ánimo de repensar las relaciones entre los australianos indígenas y los no indígenas y para construir una relación de confianza entre ambos", afirmó al inicio de su discurso la ministra para Asuntos Indígenas de Australia, Jenny Macklin.
La adhesión de Australia a la declaración obedece al compromiso electoral de la campaña del 2008 del laboralista Kevin Rudd quien anunció modificaciones a la postura del gobierno anterior.
El representante para los Asuntos Aborígenes de la Comisión Australiana para los Derechos Humanos, Tom Calma, felicitó al gobierno australiano por "el paso gigante que está tomando hoy día en acoger los principios fundamentales de respeto mutuo y compañerismo remarcados en la Declaración".
Sin embargo, Calma añadió que "los pueblos aborígenes de Australia continúan marginados y se enfrentan a una pobreza enraizada y a una discriminación constante".
Según Tom Calma, el reto que tiene ahora el gobierno es construir un entendimiento de la declaración entre los oficiales del gobierno, las comunidades aborígenes y la comunidad en general, para así darle un significado y contenido a sus disposiciones.
La Declaración de las Naciones Unidas (ONU) sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas fue aprobada por la Asamblea General en septiembre de 2007, con los votos en contra de Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, tras dos décadas de negociación.
Durante la aprobación de la declaración en el 2007, el embajador australiano ante la ONU, Robert Hill, manifestó que no podían "respaldar un texto que pone en peligro la integridad territorial de un país democrático".
La declaración establece estándares mínimos de respeto a los derechos de los pueblos indígenas del mundo, que incluyen la propiedad de sus tierras, acceso a los recursos naturales de sus territorios, la preservación de sus conocimientos tradicionales y la autodeterminación.
Según cifras oficiales, 450.000 habitantes australianos son aborígenes. 65 por ciento de aborígenes sufre algún tipo de enfermedad.